Las dos fuerzas que pretenden la victoria cerraron sus campañas electorales este jueves en Venezuela. Desde el atardecer de este jueves el país quedó en vilo hasta el domingo cuando unos 21 millones de venezolanos acudirán a las urnas para definir unas elecciones cruciales que marcarán su historia.
El actual presidente Nicolás Maduro, que va por la reelección, protagonizó la “gran toma de Caracas” al frente de una caravana que durante horas recorrió la gran capital.
En varios puntos los miles de seguidores se concentraron para saludar y participar del festejo. El mayor despliegue se concentró en la céntrica avenida Bolívar, donde al ritmo de canciones de salsa, reguetón y temas musicales se aglomeraron manifestantes vestidos con camisetas rojas y gorras con dibujos de gallos en alusión al “gallo pinto”, que es la imagen de campaña de Maduro.
La coalición opositora, en tanto, que promete un cambio para Venezuela tras 25 años de gobiernos socialistas, se concentró en el este de la capital, uno de sus principales bastiones.
La avenida principal de Las Mercedes, de más de un kilómetro de largo, sirvió de escenario para vivar a la líder María Corina Machado y al candidato presidencial y exembajador Edmundo González Urrutia, una figura que hasta hace unos meses atrás era un completo desconocido, pero que según el último sondeo de la encuestadora independiente Delphos podría lograr una amplia victoria al ostentar 59% de intención de voto.
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El exdiplomático se tornó en la cara visible de la oposición en la boleta electoral después de que la líder del movimiento Vente Venezuela, la ex diputada Machado, quedara inhabilitada de ejercer cargos púbicos por 15 años por la Contraloría General de la República, tras su mayúsculo triunfo en las primarias de octubre con un 92%.
“Lo que nosotros estamos seguros es que tenemos la victoria, y esa victoria la tenemos comprobada, no solamente en las mediciones de opinión, que todas, absolutamente todas, nos dan la victoria, sino en los propios venezolanos que a lo largo y ancho de Venezuela nos han expresado sus manifestaciones de respaldo, de cariño en estos últimos días”, declaró ayer González Urrutia en una rueda de prensa con los medios internacionales apostados en Caracas.
Éxodo
Venezuela ha provocado el mayor éxodo en la historia del continente americano: unos 8 millones de ciudadanos emigraron en los años del chavismo, de los cuales 6 millones permanecen en países de América del Sur con Colombia a la cabeza, que recibió 2,8 millones de venezolanos.
El gobierno de Maduro puso palos en la rueda para reducir la cantidad de personas que sufragan en el exterior.
De casi 5 millones de venezolanos aptos para votar fuera del país, apenas 70 mil están habilitados, el 0,32% del padrón, debido a requisitos inaccesibles impuestos por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Lula
Venezuela, además, divide a América como ningún otro país. Maduro contaba en un principio con la connivencia uniforme de los países de la izquierda continental que conforman la “Patria Grande”. Pero en los últimos días se trenzó con Luiz Inacio Lula da Silva, el mandatario brasileño que brega por elecciones limpias; también se contrarió con el expresidente argentino Alberto Fernández y, aunque en segundo plano, con el colombiano Gustavo Petro.
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Este jueves el presidente de Chile, Gabriel Boric, mostró su respaldo a Lula y dijo que es inconcebible que Maduro amenace con “baños de sangre” si no gana las elecciones del próximo domingo.
“Concuerdo y respaldo las declaraciones de Lula (...) Lo que reciben los mandatarios y los candidatos son baños de votos y esos baños de votos representan la soberanía popular, que debe ser respetada”, dijo Boric.
México, a pesar de sus afinidades ideológicas, no se ha pronunciado ni a favor ni en contra de Maduro. Ganas de ponerse de su lado no han faltado, pues varios integrantes prominentes del partido oficialista se definen abiertamente como bolivarianos.
En los últimos años se han acercado a Maduro las potencias del eje iliberal del planeta como Rusia, China, Irán, Turquía, Corea del Norte y Bielorrusia.
Sin precedentes
Las encuestas son el reflejo un hartazgo generalizado a una crisis humanitaria sin precedentes. Un cuarto de siglo de chavismo en el poder dejó a un sistema de salud colapsado, una economía rota en la que los salarios pierden frente a la inflación, cortes de energía y agua como moneda corriente y más del 69% de la población bajo niveles de pobreza multidimensional, según el último reporte de HumVenezuela.
Esta debacle forzó a 7,7 millones de ciudadanos a migrar en busca de mejores condiciones de vida, en lo que marcó una de las mayores crisis de desplazamiento en el mundo. El resultado electoral, en caso de que el chavismo persista en el poder, amenaza con provocar una nueva oleada migratoria, según sondeos independientes.
Incertidumbre
Así como prima la ilusión de un triunfo opositor, también sobrevuela la incertidumbre por lo que pueda llegar a pasar en estos comicios.
Brasil anunció que no enviará delegaciones de observadores electorales y el expresidente argentino Alberto Fernández reveló que le retiraron la invitación.
En el caso de Brasil, el Tribunal Superior Electoral de ese país decidió cancelar el envío después de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, diera unas declaraciones sobre el sistema de votación brasileño donde cuestionaba su fiabilidad.
En concreto, Maduro dijo durante un mitin que los sistemas electorales de Brasil, Estados Unidos y Colombia no eran auditables. “En Brasil ni una sola cédula es verificada”, dijo. Y añadió que en Venezuela se realiza “verificación en tiempo real del 54 % de las urnas”.