En la maratónica audiencia de acusación a 26 personas como integrantes de una banda liderada por Luciano “Lucho” Cantero; su madre, Lorena Verdún; y su pareja, Erica Bullón; se hizo referencia a tres homicidios. Uno de ellos llamó por demás la atención. Fue el asesinato de Luciano Roberto Muscio, a quien mataron a balazos para robarle la moto la tarde del domingo 3 de julio pasado sobre la autopista Rosario-Buenos Aires, a la altura del kilómetro 278, en jurisdicción de Alvear y frente a la fábrica General Motors. El sindicado como autor del crimen está mencionado como miembro de la banda y es uno de los 12 prófugos que tiene la causa. Según la imputación, una de las actividades que nutría al grupo delictivo era el robo de motos que marcaban en picadas o encuentros de motoqueros. “Hay que ponerlo (matarlo) para sacársela”, se afirma en una escucha judicializada entre dos integrantes de la banda a la hora de “pulir” como asegurarse el robo de una moto. A Muscio le robaron una Honda Tornado 250.
“¡Ey, Capocha! Hasta 2036 con los permisos y todo ¿No?” Un breve pero gracioso diálogo entre dos presos, en medio de uno de los cuartos intermedios que tuvo la audiencia de ayer, se coló en el audio de la sala en la que la fiscal Marisol Fabbro acusó a 26 personas como integrantes de una organización criminal liderada por el trío Lucho Cantero, Verdún y Bullón. Capocha, el detenido al que estaba dirigida la chanza, se llama Dylan Tomás Baldón y tiene 18 años. Este joven fue detenido hace diez días y acusado por el fiscal de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos Matías Edery por haber celebrado a balazos limpio junto a Lucho la llegada de la Navidad pasada en el techo de una casa de Arrieta al 1700. Y en la audiencia de este jueves, la fiscal sostuvo que era el nexo de la banda entre quienes se encuentran presos en la cárcel federal de Marcos Paz, ente ellos el hijo de Claudio “Pájaro” Cantero, y la gente que estaba en la calle a quién él les transmitía las órdenes.
A los 26 acusados se les endilgó “haber formado parte de una asociación ilícita que se dedicó a cometer delitos contra las personas, contra la vida, contra la propiedad, contra la libertad, contra la administración pública, contra la seguridad pública, contra la fe pública y contra la salud pública” en el departamento Rosario con el fin de “procurar ocupar y dominar sectores y barrios” y “excluir de allí a bandas antagónicas con el fin de obtener beneficios económicos producto de diversas actividades ilícitas, como su expansión territorial”. Para lograr sus objetivos, dice la acusación, “cometieron diversos delitos” como “homicidios, lesiones, encubrimientos, amenazas, extorsiones, abuso de armas, portación y tenencia ilegal de armas de fuego y venta ilegal de estupefacientes”.
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Para Fiscalía el muchacho de remera roja es Dylan Tomás Baldon, alías Capocha, el nexo entre Lucho Cantero y la calle.
Foto: Rosario 3.
La imputación toma como inició de operaciones de la banda el asesinato de Damián Gastón Gómez, el 21 de junio de 2021 en Balcarce y Anchorena, hasta la caída de los últimos apresados. “Mami me estoy muriendo. Me pegaron una banda de tiros. Lucho me mandó a pegar. Hace algo. Denuncialo. No me quiero morir ma!”, decían los siete audios que por WhatsApp alcanzó a mandar la víctima antes de morir contándole a su madre y a sus amigos quién había ordenado su asesinato.
Además de los crímenes de Gómez y Muscio, también se hizo referencia al asesinato de Ulises Gamarra Urquiza, ocurrido la noche del 23 de febrero pasado en inmediaciones de San Francisco Solano y Pueyrredón, detrás del hipermercado Libertad. La víctima fue ejecutada cuando estaba en un Volkswagen Fox blanco prestado en el que llevaba 24 mil dólares y 23 mil pesos. Tres personas que iban en una moto pararon junto al vehículo y después de un supuesto diálogo y un forcejeo con dos de ellos, lo asesinaron a balazos. Tras ello, otros integrantes de la banda amenazaron de muerte a la pareja de Gamarra.
La organización criminal operaba en los barrios 17 de Agosto, Las Flores, Las Delicias y Plata. El delito se agravó por la participación de ocho pibes que cuando cometieron los delitos eran menores de edad, entre ellos el mencionado Capocha y Dylan Cantero, el menor de los hijos de Ariel Máximo “Viejo” Cantero y Celestina Contreras, quien en junio pasado cumplió 18 años.
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Siempre según la acusación, los líderes de la banda son Lucho; su madre, Lorena Verdún; y Érica Bullón, su pareja y madre de su pequeño hijo. Entre los acusados también están Macarena “Tía Maca” Cantero, hermana del Pájaro y de Máximo Ariel “Guille” Cantero; y su pareja Martín Walter “Pariente” Medina; Gastón Ezequiel Schneider, hijo del Viejo Cantero; Dylan Lautaro Cantero, tío de Lucho; y Lucas Alejandro Ponce, quien está en pareja con “Chuky”, hermana de Guille y Dylan. Sobre este último, de quien en la calle se afirma que no tiene diálogo con su sobrino por las fotos viralizadas de Lucho con el trapero Zaramay y un arsenal, fue mencionado en una serie de escuchas judicializadas.
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Luciano "Lucho" Cantero junto al trapero Zaramay.
Lucho, Lore y Erica
La acusación sobre los 26 sindicados como integrantes de la banda delictiva tuvo pincelazos que llevan a recordar pasajes de la película brasileña “Ciudad de Dios”. Una banda de pibes muy jóvenes que en base a una historia de violencia generacional terminan controlando territorios a sangre y fuego. Catorce de los acusados fueron detenidos el pasado lunes en 80 allanamientos ordenados por la fiscal Fabbro en los barrios Las Flores, 17 de Agosto, Las Delicias y barrio Plata. En esos operativos se secuestraron alrededor de 8 millones de pesos, 25 motos de distintos modelos y cilindradas, 12 autos de distintas marcas, 90 celulares, joyas, un camión Scania, una pistola Bersa 9 milímetros, una escopeta, dos rifles, un chaleco antibalas, seis cargadores de armas de fuego, dispositivos de grabación de videos, pen drives, cheques, documentación de distinto tipo, anotaciones en cuadernos, 30 municiones de diversos calibres y tres máquinas de contar dinero. El resto de los acusados ya estaban detenidos.
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La banda, según se la describió, “tenía gran poderío económico y de fuego” y contaba con “liquidez en moneda nacional y extranjera” producto de “actividades ilegales como la venta de estupefacientes, sustracción y venta de vehículos o la adquisición de viviendas mediante actos intimidatorios”. Sus objetivos “están direccionados a incrementar su patrimonio ilegal con bienes muebles e inmuebles a los que buscan otorgarles un destino legal sin perjuicio de haber sido obtenidos a la inversa”, según la acusación.
La hipótesis de la fiscalía es que Lucho es quien da las órdenes desde su celda en la cárcel federal de Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires, “bendiciendo las zonas donde se puede operar”. “Se comportan como dueños del territorio y ninguna actividad puede tener lugar allí sin su venia”, dijo la fiscal.
Otra área de negocios mencionada es “la extorsión” ejecutada por Erica Bullón antes de ser detenida “mediante la triangulación de llamadas entre las víctimas y su pareja”. La joven, de 23 años, fue condenada el pasado 26 de julio a tres años de prisión efectiva por haber participado en extorsiones y balaceras organizadas por Lucho desde su celda de Marcos Paz. Según la acusación de los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, Bullón cumplió con las órdenes que le dio su pareja desde prisión para que exigiera 200 mil dólares a las víctimas.
Lucho, Verdún (quien está presa en el penal de Ezeiza) y Bullón fueron acusados como “jefes” de la asociación Ilícita. Capocha Baldón como “organizador” y el resto de los imputados en calidad de miembros. Hoy continuará el duelo entre la Fiscalía y las defensas en una audiencia que podría seguir incluso mañana.