"Se debe votar cuando estén dadas las condiciones". Luciano Cefaratti, vicepresidente primero de Rosario Central y asambleísta en la AFA se explayó sobre todo lo que está girando en la órbita de la casa madre del fútbol argentino, que no es poco por cierto. La incertidumbre que gira en torno a las elecciones en calle Viamonte todavía es demasiada. De allí las reuniones que se están realizando en busca de un acuerdo lo más prolijo posible. Siempre con las mismas caras (Segura, Tinelli, Angelici, Blanco, Lammens Moyano, Tapia, Spinoza y los abogados). Más allá de eso, el directivo canalla sostiene que los contactos son permanentes y que la voz de Central está en cada una de esas reuniones. Las expectativas, lo que pasó en aquella asamblea polémica y elección fallida, lo que vendrá, algunos de los tópicos por los cuales transitó la charla del vice auriazul con Ovación.
"La verdad que está todo muy confuso. Uno ve claramente que después de lo que pasó en la última asamblea el gobierno nacional tomó postura e intentó mediar. Evidentemente hay dos grupos que intentan llegar a un acuerdo pero es muy difícil porque del lado de Segura apostaron a hacer todo por imposición, sobre todo esto de querer hacer la asamblea el viernes 18 cuando todos sabemos que a derecho no correspondía. Creo que toda esta negociación no arroja mayor claridad por eso hay demasiada incertidumbre y no se sabe si va a haber un gobierno de transición y cuál es el criterio para componerlo. Lo que sí es seguro es que Fútbol para Todos va a continuar", dijo Cefaratti.
—¿Puede ser una salida viable esta extensión del gobierno de Segura hasta que se convoque nuevamente a elecciones o el criterio de Central es que se tiene que votar cuanto antes?
—Creemos que se tiene que votar cuando estén dadas las condiciones. No tiene que ser algo de apuro para sacarnos el problema de encima. Sí es inevitable que la conducción que haya hasta la próxima elección tiene que tener representación de todos los sectores y es ahí donde nosotros apostamos a algo conjunto, que no sólo permita que el Poder Ejecutivo de AFA tome las decisiones y fije los criterios. Todo eso es lo que se estuvo charlando en todos estos días. No creo que sea lo mejor pero hoy hay demasiado ruido y las condiciones no son las mejores.
—En estos últimos días hubo muchas reuniones, pero participaron siempre las mismas personas. ¿Qué participación tuvo Central?
—Tuvimos participación. De hecho hubo reuniones para tomar decisiones grupales. En lo personal estoy en diálogo permanente tanto con Tinelli como con Spinoza para tratar de que ellos, cuando vayan a representarnos a esas mesas, tengan también la voz nuestra. Después, obviamente uno tiene que confiar en el representante porque es imposible que alguien se pare en una reunión cada cinco minutos para llamar a otros 30 directivos. Charlas hay todo el tiempo.
—¿En ese sentido se sienten bien representados en el sector de Tinelli?
—Sí. Todos los sectores tomamos conocimiento de lo que se va dialogando. Por supuesto también hay cuestiones que salen por la prensa pero tiene que ver con especulaciones y conjeturas que se hacen pero que en la mesa de negociación no estuvieron presentes.
—¿Qué sensación les quedó después de aquella elección fallida, que terminó siendo un verdadero papelón?
—Me parece que la palabra es frustración y también un poco de vergüenza porque evidentemente todavía nos falta mucho para tener ese tipo de hechos históricos sin ninguna manchita. Lo que uno vio es que en el conteo hubo un error involuntario, pero no sabemos si al error involuntario lo acompaña alguna otra cosa. Siempre queda la duda. Uno trata de poner claro sobre oscuro, pero lo que pasó ese día terminó siendo un papelón en el cual más allá de que uno no haya tenido una participación directa, en forma indirecta toda la dirigencia argentina lo lamenta y por lo cual se siente frustrada. Nosotros hace poco que estamos trabajando como dirigentes pero tampoco podemos esquivarle al bulto.
—¿Al que le toque, le va a resultar difícil limpiar la imagen de la AFA y no precisamente por lo ocurrido en la última asamblea?
—Va a ser difícil porque son estructuras que desde hace mucho tiempo están acostumbradas a trabajar de un modo determinado y son cuestiones que cuesta cambiar de un día para el otro, pero me parece que con algunas decisiones importantes que se tomen en el inicio de la gestión se puede llegar a marcar un poco el rumbo. Más allá de eso son estructuras que vienen de larga data.
—En la elección frustrada, después del error, Angelici pidió votar de nuevo pero a mano alzada. Seguramente cuando sea será otra vez con voto secreto, pero si existiera la posibilidad, ¿Central tendría algún problema para hacerlo de esa forma?
—Nosotros no tenemos ninguna objeción porque no tenemos ninguna contradicción entre lo que decimos públicamente y lo que pensamos en privado. Sí entendemos la postura de algunos clubes, que sentían algún tipo de presión o inseguridad. Lo ideal sería que eso se pudiera hacer sin inconvenientes, pero no vivimos en el país de las maravillas y hay garantías que no se pueden dar. Viendo lo que les pasó a los dirigentes de Excursionistas o Central Ballester uno duda y tiene la incertidumbre de saber si estamos preparados para tomar una decisión de ese tipo.