Miguel Angel Russo está ante una gran encrucijada. Central enfrenta al sábado a Godoy Cruz en un partido que sólo sirve para cumplir con el fixture del Clausura. Porque el desafío supremo será el miércoles y domingo próximos en los duelos a cara o cruz ante Belgrano, cuando la promoción golpee la puerta del mundo auriazul y allí el saldo será sencillo: cielo o infierno futbolístico. Primera división o B Nacional, así de cruel. Por eso el DT deberá tomar la decisión más atinada para el armado del once inicial que saltará a la cancha ante los mendocinos. Hay varios jugadores que acumulan cuatro amonestaciones y otra amarilla les hará purgar una fecha. Además algunos presentan dolencias musculares, golpes o se están recuperando de malestares físicos (ver infografía). Y el resto de los habituales titulares está totalmente apto para jugar, pero nadie puede anticipar que el roce típico de la competencia oficial no genere secuelas que luego cuesten un dolor de cabeza. Por eso Miguelito deberá consultar muy bien con su almohada la decisión a la hora de plantar a los once ante el Tomba. Es cierto que en fútbol el que no arriesga no gana y llegar a Córdoba encadenando tres victorias (hasta ahora Argentinos y Tigre) sería un fuerte envión anímico de cara a la promoción. En el fútbol no hay recetas y la verdad se escribe dentro del rectángulo de juego. Ahora el entrenador auriazul tiene la palabra. ¿Arriesgará el sábado a la mayoría de titulares? ¿Hará una mixtura? ¿Elegirá a un equipo ciento por ciento alternativo? Hoy al mediodía, luego del trabajo táctico, podría quedar resuelta la cuestión. ¿Quién juega el sábado?