Naum Kransnianski, más conocido como Naum Krass, nació el 5 de septiembre de 1934 en Entre Ríos. Desde entonces, dedicó su vida a la militancia y al teatro. En Rosario, creó el grupo Tiempo y fue cofundador de la Escuela de Teatro y Títeres. Pero por sobre todo repaso, la historia de Naum se sigue escribiendo en presente: actúa, dirige, escribe y coordina múltiples actividades culturales. Para celebrar sus 91 años, se sube al escenario con sus dos obras más recientes.
Los domingos 7 y 21 de septiembre, a las 20.30, el actor se presentará en el Teatro de la Manzana (San Juan 1950) con “Currículum de un comunista”. Los domingos 14 y 28, en la misma sala y a la misma hora, hará lo propio con “Dos viejos judíos”, junto a Martín Fumiato. Ambas propuestas son dirigidas por Ricardo Arias.
Las dos piezas tienen mucho que ver con la biografía y la identidad de Krass: la dramaturgia fue concebida a partir de vivencias, recuerdos y reflexiones personales. En este sentido, “Dos viejos judíos”, la primera de las dos obras en tomar forma, es muy especial porque recupera la amistad que Naum sostuvo durante 70 años con su colega David Edery, fallecido en 2021.
Una amistad para contar
“Siempre que Ricardo nos veía a David y a mí, que andábamos todo el tiempo juntos, nos decía: ‘Con ustedes quiero hacer una obra que se llame ‘Dos viejos judíos’”, contó Krass en diálogo con La Capital. Ese deseo se materializó en la pandemia, a través de sucesivos encuentros virtuales entre David, Naum, Arias y Eva Ricart.
“Empezamos a recordar vivencias de las tantas cosas que hicimos juntos con David. Ricardo iba armando el rompecabezas, y llegó un momento en que consideró que la dramaturgia estaba lista y era hora de ponerse a ensayar. Era tan hermoso lo que se armó, estábamos tan contentos con David. Un mes antes de la fecha programada para el estreno, David se muere”, compartió Naum.
“No sabíamos qué hacer porque no era posible reemplazar a un actor como David. Después de un tiempo, decidimos que había que hacerla sea como sea, en homenaje a la pasión que habíamos puesto en ese trabajo y en honor al amigo que se nos fue ensayando hasta el último respiro”, sumó el actor.
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Martín Fumiato y Naum Krass en "Dos viejos judíos"
Foto: Guillermo Turín Bootello
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Entonces, apareció Martín Fumiato. “Teníamos mucha diferencia generacional, él tiene 45 años menos que yo. Una friolera. Pero cuando tomó el texto y lo empezó a leer, pasó algo muy hermoso. A la primera frase que dijo, se convirtió en un judío más viejo que yo. La diferencia generacional desapareció. Martín no tuvo que reemplazar a nadie porque reemplazar a David es imposible. Martín fue Martín con su impronta. Al final de la obra, siempre digo que David se nos aparece en cada función y pido un aplauso para él”, detalló Naum con emoción.
“‘Dos viejos judíos’ me va a acompañar hasta el fin, porque representa a estos dos amigos que fuimos con David, con diferencias abismales desde lo idelógico. Fuimos amigos 70 años a pesar de eso. Estuvimos enamorados de la misma mujer. Yo comunista, y él casi religioso. Pero seguimos sosteniendo el vínculo hasta el fin y también eso es un mensaje”, cerró el actor sobre la obra que se estrenó en noviembre de 2021 y que se podrá volver a ver este mes en La Manzana.
En 2024, ante la inminencia de su cumpleaños número 90, esta vez fue Naum quien convocó a Arias. “Le dije a Ricardo que quería cumplir los 90 años arriba del escenario”. Así fue que una vez más, se juntaron y a partir de “anécdotas, vivencias, sensaciones personales”, surgidas de la experiencia militante de Krass en los años cincuenta y sesenta, surgió “Currículum de un comunista”.
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En la obra, un actor entrerriano, judío y comunista de 90 años, expulsado de su partido, se propone fundar “el Partido Comunista de verdad” y proponerse como secretario general. Con la “excusa de la convocatoria en el teatro”, Naum expone su currículum militante y repasa algunas de las “complicaciones” de haber sido artista, judío y comunista en el Siglo XX en Argentina.
“Para mí este es un momento muy importante de mi vida, en el que puedo mirar con cierta sonrisa un período muy cruel y muy violento, pero también de mucha pasión juvenil, de ansias de libertad. Cumplir 90 años arriba del escenario una forma de decir ‘aquí estoy, estoy presente, no pasé por esta vida como un inquilino’. Estoy comprometido todavía con el quehacer de mi profesión y con la entrega que siento que debo hacer para con la gente”, aseguró Krass sobre su presente.
"No hay que bajar las banderas"
La obra cobra una resonancia particular en un contexto en el que la palabra comunista volvió a aparecer en los discursos públicos (incluso los del presidente de la Nación), como un insulto. Justamente por esto, para Naum es fundamental llevar adelante esta propuesta.
“Los actores, los artistas, no tenemos otra herramienta que esta: el decir, el hacer, el despertar conciencia, el conmover, que la gente que vaya pensando que otra cosa puede ser posible aunque sea por un momento. No vamos a hacer la revolución con el teatro, pero sí vamos a crear un espacio en donde la gente se conecte con la poesía, con la esperanza, con el otro. Sentimos la necesidad de hacer esta obra en este momento, en este preciso instante donde todo es tan violento y tan cruel. Como actores comprometidos con el tiempo que nos toca vivir, nos proponemos hacer cosas que no sean pasatistas”, subrayó el actor.
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Ricardo Arias y Naum Krass en la puesta de "Currículum de un comunista"
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De esta manera, Krass repiensa las potencias políticas. Si ya no es la revolución estructural que se podría vincular con el comunismo que militó en otra época, no abandona la voluntad de transformar desde otro lugar.
“Las revoluciones que soñábamos cuando éramos jóvenes las fuimos resignificando. Despertar todos los días y creer en lo posible, compartir el desayuno con la mujer que amás, juntarse con amigos, recorrer las calles conocidas. Aferrarse a la vida y ser feliz es la mejor venganza contra la violencia”, afirmó.
“Currículum de un comunista” contiene otro mensaje contundente para las nuevas generaciones con compromiso político: que las estructuras partidarias y sus limitaciones no agoten los deseos de construir otros mundos posibles. “Que quede como mensaje que la utopía se construye desde el lugar donde uno esté. No bajar las banderas me parece muy importante. Eso es lo que ellos quieren, silenciarnos, callarnos. No hay que bajar las banderas”, aseveró el actor.
En este nuevo aniversario de vida, Naum repasa el camino recorrido, pero sin nostalgia. “Miro siempre para atrás, no para quedarme en el ayer sino para aprender de los errores que cometí y para agradecer todo lo que la vida hizo por mí”, dijo y recordó cómo ingresar a la docencia formal en la Escuela de Teatro y Títeres lo transformó. Recordó una puesta de “El diario de Ana Frank” en el año 86. Recordó, más acá en el tiempo, la emoción que le produjo ser reconocido como Ciudadano Distinguido de la ciudad de Casilda (donde trabajó como docente durante diez años) a pedido de sus ex alumnos, y como Artista Distinguido de Rosario.
“No es que me cambie la vida, pero son mimos, reconocimientos a una vida intensa dedicada a esto”, apuntó Krass.
“Me sorprendo a mí mismo. Cada vez que voy a subir a escena digo: ‘Que lo tiró, tanto tiempo que ha pasado y aquí estamos’. Empecé en el año 1953 a dar mis primeros pasos en el teatro. ¡En el año 53! Y aquí estoy con tantas cosas que han pasado. He sobrevivido a tres golpes de Estado. En el año 51, en el año 55 y en el año 76, el Ejército Argentino entró a mi domicilio en Buenos Aires. Y aquí estoy. Estoy agradecido de estar acá”, cerró.