"¿La familia de Franco Casco tiene el poder de armar una causa? ¿Quién armó la causa, tres jueces federales en connivencia con Ramón Casco y Elsa Godoy?". De esa manera Luciano Hazan, querellante en el juicio por la desaparición forzada seguida de muerte de Franco Casco, criticó la postura que durante los alegatos de cierre tomaron las defensas de los 19 policías que están siendo juzgados desde fines de 2021. La semana pasada comenzaron las réplicas en la etapa final del debate que tendrá sentencia este jueves con 14 de los acusados enfrentando un pedido de pena de prisión perpetua.
Hazan, como parte de la Defensoría General de la Nación, representa a Ramón Casco, padre del chico de 20 años oriundo del conurbano bonaerense que a fines de septiembre de 2014 visitó Rosario y, luego de haber estado detenido en la comisaría 7ª, fue hallado muerto en el río Paraná tras estar desaparecido durante 24 días. Las otras dos querellas son las de Santiago Bereciartúa como representante de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación por un lado, y Salvador Vera y Guillermo Campana por otro en representación de una hermana y del hijo de Casco. En diálogo con La Capital manifestaron su postura en relación a las declaraciones mediáticas y durante el juicio de las defensas de los 19 policías acusados con distintos grados de participación de la desaparición, tortura, y encubrimiento de la muerte de Franco Casco.
La teoría acusatoria, sostenida en el juicio por el fiscal federal Fernando Arrigo y acompañada por las querellas, sostiene que Franco Casco fue detenido el 6 de octubre en la zona de la comisaría 7ª y trasladado a esa dependencia, donde lo alojaron en un cuarto conocido como "la jaulita". Allí, según esta hipótesis, el joven fue golpeado y torturado y luego, una vez fallecido, arrojado a las aguas del Paraná. Una de las querellas sostiene, a partir de las sogas que sujetaban al cadáver en las extremidades cuando fue hallado en el río, que el muchacho fue fondeado. Sobre lo que sucedió dentro de la comisaría, para esta teoría del caso reviste de mucha importancia el testimonio, tanto durante la instrucción como en el juicio, de las otras personas que estaban detenidas en la comisaría y dijeron haber escuchado cómo los policías golpeaban a un joven que dijo llamarse Franco Casco.
Las defensas, por su parte, contraponen que las distintas autopsias realizadas al cadáver de Casco no determinaron la causa de su muerte. A su vez aseguran que el muchacho fue detenido el 7 de octubre y no el 6, y que fue liberado a la noche, teoría que basan en las actas de procedimiento policial que a su vez son parte de las evidencias cuestionadas por la acusación. La detención, según esta hipótesis, fue por resistencia a la autoridad luego de que los policías acudieran al llamado de un vecino por un joven sospechoso. Esta persona era un referente de las reuniones vecinales en la comisaría por el tema de la inseguridad y hoy está procesado por falso testimonio.
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Las defensas también se apoyan en una serie de videos de cámaras de vigilancia de la zona norte que registran a una persona, para ellos Franco Casco, caminando por la calle el 8 de octubre. Se trata de uno de los principales ejes del debate, dado que los familiares de la víctima niegan que se trate del joven fallecido. En tanto, los peritajes sobre estas capturas no arrojaron resultados concluyentes aunque hicieron hincapié en las similitudes entre las imágenes analizadas.
¿Causa armada?
Desde la desaparición de Franco Casco sus familiares fueron acompañados por organizaciones de derechos humanos que impulsaron el pedido de esclarecimiento, que se profundizó luego del hallazgo del cuerpo del joven. Asimismo de parte de los familiares de los policías acusados también tomó fuerza un reclamo colectivo ante las extensiones de las prisiones preventivas de quienes continúan presos desde 2017. Fue entonces, recién tres años después de la muerte de Casco y cuando los policías fueron indagados y detenidos, que este sector se embanderó detrás de la idea de que se trata de una causa armada por ensañamiento con los agentes. Una consigna que los primeros tres años de la causa no existió y que durante el debate también fue apropiada por las defensas.
Sobre este punto es que en los alegatos de cierre y en las réplicas puntualizaron las querellas. “Pensar que esto fue un armado con personas privadas de la libertad y por alguna tendencia política no tiene sentido. Toda la prueba ha sido valorada por la acusación de manera conjunta, lo vio el fiscal de instrucción, el juez de instrucción, los jueces de la Cámara de Apelaciones”, analizó Luciano Hazan, que comparte querella con sus pares Andrés Pennisi y Mariano Maciel.
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“Gran parte de la defensa habló de una causa armada, de que no existe delito alguno. No dejaron librado a que haya habido algún error en la interpretación o valoración de la prueba. Directamente dijeron que hubo gente que armó una causa, que se acordó ir en contra de la policía utilizando a la familia de Franco”, expresó en ese sentido Santiago Bereciartúa. Sobre este punto el abogado puntualizó el jueves en las réplicas de los alegatos: “Realmente creo, conociendo la inteligencia de varios de los defensores, que ni ellos se creen lo de la causa armada, sino que lo que buscan es tratar de restar credibilidad a los testimonios de los detenidos".
Por su parte, Guillermo Campana puntualizó en que esta teoría de la causa armada incluye el hecho de que los familiares de la víctima, que piden por el esclarecimiento y justicia desde hace 9 años, acepten negar que es Franco la persona que aparece en los registros de las cámaras de vigilancia. “El núcleo por el cual consideran que se armó la causa es que se ha construido un relato, que se convenció a la familia para que no reconozca a Franco en los videos que se exhibieron en las audiencias, que se convenció a los jueces para que indaguen y priven de libertad a los policías, y a los fiscales para que instruyan la investigación. Como si fueran poco inteligentes o hubieran sido persuadidos”, sostuvo Campana.
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En la audiencia de réplica el abogado amplió esta idea al sostener: “La defensa monta una narrativa sobre todo este conjunto de personas que no se conocían entre sí, que no tenían vínculo laboral, político, funcional, de amistad, y que de hecho se domiciliaban incluso en distintas jurisdicciones”. “Se trataría entonces, en primer lugar, de la primara causa armada por una violación grave a los derechos humanos que se conoce, en la que las víctimas no son los sujetos vulnerables señalados en todos los libros e investigaciones académicas y periodísticas; sino que en este caso los responsables de los hechos denunciados intentan presentarse como victimas de una causa armada por otros actores”, agregó.
Testigos detenidos
Otro de los puntos controvertidos durante el debate fueron los testimonios de las personas que estaban detenidas en la comisaría 7ª cuando Franco Casco estuvo allí. “Contaron con crudeza lo que ocurrió con Franco, contaron cómo funcionaba la comisaría en términos de violencia contra las personas detenidas. Ahí apuntaron las defensas porque son pruebas importantes”, analizó Luciano Hazan consultado por este diario. “Hubo testigos amedrentados cuando estuvieron detenidos para que no declararan, algunos fueron amedrentados al salir en libertad, todos fueron denunciados por las defensas por falso testimonio. Por lo cual llegaron al debate teniendo una causa por haber declarado y aún así mostraron naturalidad”, agregó.
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“Necesitaban desacreditar a los testigos detenidos, que no solo plantearon que Franco estuvo detenido a la noche sino que lo escucharon decir su nombre. Para desacreditar eso buscaron pequeñas diferencias entre lo relatado durante la investigación y lo dicho en las audiencias de juicio”, expresó Campana en diálogo con La Capital sobre este punto. En la audiencia de réplica de alegatos se explayó sobre el caso puntual de uno de los detenidos, acerca de quien la defensa sostuvo que había declarado a cambio de beneficios. “Beneficio que sería un traslado, que estaba ya por producirse al momento de ocurrido el hecho, motivo por el que ya se encontraba alojado en la cuadra. Surge insoslayable la pregunta: ¿y el resto de los testimonios también consistentes con el relato de los hechos brindado por A.?”, indicó el querellante.
En la misma jornada el querellante Bereciartúa apuntó sobre la supuesta conspiración de los detenidos en la comisaría al momento de declarar: “Si hubo un acuerdo parcial en los penales, porque no todos dijeron que lo escucharon a Casco, ¿no hubiera sido factible que alguno de los que supuestamente no quisieron ser parte del acuerdo diga que lo invitaron a participar?”.