Un confuso incidente en el que participaron varias patrullas policiales terminó con disparos de arma de fuego en la zona donde velaban a Kevin Nicolás Aguirre, un chico de 16 años al que mataron de un balazo por la espalda el jueves pasado a las 22.30 en Humberto Primo y Felipe Moré, en el barrio Ludueña. Lo ocurrido terminó con corridas de las personas que participaban del cortejo y algunas detenciones, con el joven que manejaba la moto en la que murió Kevin herido de un balazo en el pie y con la intervención de una fiscal de Flagrancia y funcionarios del Ministerio de Seguridad en la zona.
Las explicaciones del incidente exponen diferencias marcadas de acuerdo a quien lo relate. Según los allegados a los familiares de Kevin cuando los deudos marchaban por calle Junín hacia el cementerio La Piedad llevando el féretro con los restos del adolescente, tanto en vehículos como a pie, espontáneamente se acercaron patrulleros que se alinearon con la caravana. Se generó así un clima de tensión donde se escucharon algunos insultos y desde los móviles partieron disparos con munición de posta de goma que desmadraron la hilera del cortejo.
El jefe del cuerpo policial actuante aseguró, sin embargo, que debieron acercarse porque algunos miembros del cortejo, en sintonía con un hábito repetido en ceremonias fúnebres en algunos barrios populares, empezaron a efectuar disparos al aire para despedir al difunto. La presencia de policías requiriendo frenar los disparos caldearon más la atmósfera por lo que se produjeron las corridas.
Fiscal precavida
La fiscal de Flagrancia interviniente, María de Los Angeles Granato, dijo a este diario que la dinámica de lo ocurrido no está clara. "Recién estamos empezando a tomar testimonios de gente que participaba de la ceremonia fúnebre y de los policías. Es prematuro definir qué ocurrió", indicó. Sobre la posibilidad de acciones de violencia institucional abusiva de la policía la funcionaria dijo no poder confirmarlo ni descartarlo, dado que todo está en análisis.
La fiscal confirmó que un chico de nombre Michael, que es testigo de la muerte de Kevin dado que lo llevaba en la moto cuando lo mataron, resultó herido en una pierna por un disparo, en apariencia con una bala de posta de goma, pero que se encuentra fuera de peligro.
Desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) consignaron que efectivos de la Policía de Acción Táctica (PAT) observaron que tres personas que iban en el cortejo circulando en moto iban realizando disparos al aire por lo que comenzaron una persecución para hacerlos desistir lo que terminó con los tres detenidos. Uno de los que disparaba, según la PAT, era Michael P., el chico mencionado, a quien se le secuestró un revólver con balas percutadas y sus vainas. Los otros dos acusados de disparar fueron demorados y recuperaron la libertad tras la toma de declaraciones. También actuaron móviles del Comando Radioeléctrico. La fiscal elevó un informe a la Unidad de Corrupción y Violencia Institucional de la Fiscalía para evaluar accionar de personal Interviniente en el hecho.
Conflicto barrial
El asesinato de Kevin se inserta en las tramas de arraigada conflictividad barrial, donde se entremezclan la fragilidad social y laboral con economías delictivas precarias, básicamente la del robo grosero y la venta de droga al menudeo. El fiscal de Homicidios Pablo Pintos señaló anteayer que a Kevin le efectuaron varios disparos, se subieron luego a la moto de su primo Michael y se fueron.
El avance de las pesquisas sugieren, según fuentes del MPA, que ese conflicto está basado en una disputa por drogas. También se asienta la idea de que querían matar a Michael y no a Kevin. El joven que murió estuvo dos años en el programa Juventudes Incluidas. Su madre, Lucrecia, tabajó en el comedor Sagrada Familia con la voluntaria social Mercedes Delgado, quien murió víctima de un tiroteo entre bandas cerca de allí, en Garzón y Bielsa, el 8 de enero de 2013.
De los dos lados del conflicto que estalló en la muerte de Kevin, señalaron a este diario fuentes que trabajan con vecinos del barrio, hay una disputa por asuntos de narcomenudeo. Por los balazos que mataron al adolescente está acusado un tal Andy Lupi al que el viernes le quemaron la casa. A este sindicado tirador le atribuyen responder a dos vendedores de droga apodados Caracú y Diente, que son padre e hijo.