En diálogo con La Capital, la joven cuenta que no es su primer rescate. Además de comadrejas overas, la santafesina también ha rescatado loros, tortugas, patos, iguanas y cachorros de gato montés. Luego de curarlos, son liberados, ya que se trata de animales silvestres. Si bien los rescates son temporales, en su día a día la joven y su familia conviven además con diez perros y cinco gatos, que ya son parte del grupo familiar.
La santafesina comentó que el amor por los animales es algo arraigado en su familia, ya que sus padres le enseñaron el respeto por cualquier forma de vida. Además, señaló que su hermana, médica veterinaria, y ella, peluquera canina, son quienes están más involucradas están en los rescates.
Si bien Agustina realiza el trabajo de rescatista hace años, una situación particular se dio a finales de 2023. Una familia de comadrejas con pocas probabilidades de sobrevivir llegó a su vida y todo cambió. Al compartir el minuto a minuto del rescate y recuperación de las zarigüeyas en la red social X, su audiencia se multiplicó y emocionó en partes iguales.
La particularidad de esta historia, es que las comadrejas no suelen percibirse animales "tiernos" o "adorables". No obstante, el trabajo con zarigüeyas que realizó Agustina Volpato hizo que muchos usuarios se ablandaran y enternecieran. Frente a esto, la santafesina afirmó que el dulce racconto del rescate hizo que "se salven muchos ejemplares al conmover corazones”, y que le escribieron personas contándole que ahora, al saber que son animales inofensivos, se animaban a cuidar crías huérfanas.
El minuto a minuto del rescate de las zarigüeyas
El 28 de noviembre del 2023 Agustina recibió una llamada que cambió todo. Al otro lado del teléfono le comentaron que había una comadreja overa atropellada a un lado de la ruta, con sus pequeñas zarigüeyas todavía en su marsupio (la bolsa que tiene en su cuerpo donde se gestan las crías). No era la primera vez que Agustina se enfrentaba a un rescate de estas características. En la zona de San Jerónimo Norte, ella es la única que sabe cuidar y reinsertar a la naturaleza a este tipo de animales.
Lamentablemente, la comadreja madre falleció, junto a dos crías. Ocho crías del tamaño de un dedo pulgar quedaron a cargo de la joven santafesina. Al ser animalitos tan pequeños y estar separados de su madre, sus chances de sobrevivir eran muy reducidas.
Por su pequeñísimo tamaño, la única manera de alimentar a las zarigüeyas bebés es a través de una jeringa con suplemento lácteo para gatos. Las crías necesitaban alimento cada dos horas, lo que se convirtió en una tarea muy demandante para Agustina, ya que esto implicó que debiera suspender muchísimos planes, por lo menos durante el periodo más débil de las crías.
Durante días, Agustina compartió el minuto a minuto en X del rescate de Sia y sus hermanitos, pero dado las adversas condiciones, siete de las crías no sobrevivieron. Como los usuarios ya se habían encariñado con los pequeñísimos animales, la rescatista compartía actualizaciones constantemente, y muchas veces le tocaba comunicar que alguna de las crías había fallecido.
Esto le resultaba un poco “pesado” a la joven. “A pesar de sentirme acompañada, era muy triste informar día a día que otra zarigüeya más había muerto”, expresó.
A pesar del gran esfuerzo de la rescatista, siete de las crías murieron por las difíciles condiciones naturales a las que se enfrentaban. Pero Sia “la imparable” fue la excepción.
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Sia "la imparable", la zarigüeya estrella
Luego de que las pequeñas crías fueran rescatadas del marsupio de su madre y pese al gran esfuerzo de Agustina, muchas de ellas murieron. La única que logró sobrevivir fue Sia “la imparable”, quien se volvió muy querida y hasta admirada en el mundo virtual.
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Cuando Agustina encontró a Sia, el animalito pesaba sólamente 13 gramos, pero actualmente está cerca de los 200. El aumento de peso mejoró su calidad de vida.
La pequeña comadreja todavía se encuentra al cuidado de Agustina, pero ella aclaró que busca reinsentarla en la naturaleza lo antes posible. Aunque para la rescatista no encariñarse resulta “imposible”, trata de manipular a los animales lo menos posible para facilitar su regreso a la vida silvestre.
En redes sociales, el contenido que suele enamorar a los usuarios es el de perros y gatos, sobre todo si son cachorros, ternura máxima. No obstante, con el amoroso trabajo de Agustina, muchos cibernautas se ablandaron y conmovieron frente a una familia de comadrejas, especie a la que comúnmente se le tiene miedo.
Para mostrar el aprecio que sentían por la pequeña criatura, algunos usuarios realizaron "edits" de la comadreja, la convirtieron en un humano más. Hasta la vistieron con la camiseta de la selección y usaron el ingenioso apodo de "MesSia", en referencia al capitán argentino.
La importancia de preservar a las zarigüeyas
Aunque la muerte de los hermanitos de Sia fue un momento difícil de atravesar para Agustina, el relato del rescate en redes sociales sirvió a modo de concientización. “Intento que mis redes sean un lugar donde, con un poco de ternura y gracia, podamos generar conciencia sobre lo importante que es preservar la especie”, señaló la santafesina.
Un dato muy importante señalado por la joven es que las zarigüeyas son controladoras de plagas naturales: “Ellas (las zarigüeyas) se alimentan de todos los insectos que le molestan al humano. Cucarachas, langostas, alacranes, orugas, grillos, arañas, entre otros”, afirmó la joven y agregó: “También de pequeños ratoncitos y pequeñas serpientes”.
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Grillos y lombrices, el menú que Volpato le provee a Sia, la comadreja imparable
Agustina apuntó que comúnmente las comadrejas tienen “mala fama” por comerse pollitos y huevos de gallineros cercanos: “No lo hacen por maldad, es su instinto”, explicó la joven y continuó: “Si aseguramos nuestros gallineros, es mucho más beneficioso tenerlas cerca”.
Por otro lado, la joven aseguró que como las zarigüeyas tienen una temperatura corporal baja, no transmiten ni rabia ni leptospirosis, y que “son animales huidizos, no atacan”.
Por último, Agustina recordó que por más ternura que estas “zarigüeyitas” pueden generar, nunca hay que olvidarse que se trata de animales silvestres, y que hay que respetarlos.
Qué hacer en caso de cruzarse con una zarigüeya
Las zarigüeyas, o comadrejas overas, como se las conoce en Argentina, son el único marsupial de Sudamérica, y es vital su preservación. En caso se cruzarse con un ejemplar, si se trata de una comadreja adulta que está caminando cerca, Agustina sugiere que lo mejor es no molestar, y dejarla seguir su camino.
Si el animal está en un lugar que no le corresponde, como un galpón o un gallinero, lo mejor es capturarla con una trampera para gatos, y liberarla en un lugar alejado.
Pero, si se trata de una cría, el primer paso es ponerla en una caja de cartón con alguna fuente de calor y trapitos. Según la edad que tenga, se la puede alimentar de diversas maneras, la leche deslactosada o una banana pisada son un buen primer alimento para que recuperen energía. Luego, si no es posible cuidar a la cría, tal como lo hace Agustina, es importante buscar algún centro de rescate que la pueda recibir.