Guardias de hospitales públicos y de clínicas privadas de la Ciudad de Buenos Aires se encontraban ayer colapsadas por enfermos con síntomas de dengue. Según citó el medio Infobae, entre los centros privados la situación se daba en las clínicas Santa Isabel, de Flores, y la Suizo Argentina, de Recoleta.
Al igual que sucedió en su momento con el coronavirus, debido a la gran cantidad de personas que se acercan a la consulta médica, la mayoría de los establecimientos adoptaron un “nuevo criterio epidemiológico” y diagnosticaban el dengue sólo por sintomatología, nexo epidemiológico y zona de residencia del paciente en lugar de proceder a un análisis de sangre.
Tal es el caso del barrio de Mataderos en Ciudad de Buenos Aires, cuyo hospital de referencia, el Santojanni, optó por este criterio con la aprobación de las autoridades sanitarias del gobierno porteño. También se sumaron los barrios Villa del Parque, Monte Castro y Parque Avellaneda.
En la Capital Federal, en el último semestre (semana 12 de 2023), se confirmaron por prueba de sangre 1.166 casos de dengue, de los cuales el 42% se concentraron en la comuna 9 integrada por Parque Avellaneda, Liniers y Mataderos.
Desde el Ministerio de Salud porteño señalaron que los casos se mantienen principalmente en esos tres barrios, aunque también hay casos en otros de las comunas 4 (Barracas, La Boca, Nueva Pompeya y Parque Patricios), 7 (Flores y Parque Chacabuco), 8 (Villa Soldati, Villa Lugano y Villa Riachuelo) y 11 (Villa General Mitre, Villa Devoto, Villa del Parque y Villa Santa Rita).
Respecto de la decisión de los centros de salud de dejar de practicar los test, Clarín señaló que en esas zonas se sostendrá el muestreo de 1 cada 20 pacientes para diagnóstico etiológico por laboratorio para establecer circulación y serotipo.
Con relación a la situación en el país, la cartera que conduce Carla Vizzotti advirtió que los casos “aumentaron de forma más acelerada”.
El panorama del brote es desalentador. La sequía generó que, al menos en las zonas más afectadas, no hubiera grandes invasiones de mosquitos. Pero lo que a priori parece beneficioso tiene su contraparte ya que promueve un desentendimiento de la enfermedad, con pocas acciones de descacharreo y bajo uso del repelente.