Carlos Reutemann fue amo y señor de Brasil. Después vendrían otros a ganar más ediciones inclusive que él. Pero ningún sudamericano venció tanto en la tierra hermana como él. Ni Ayrton Senna. Ahí llega Franco Colapinto, justo cuando está en boca de todos como nunca en la Fórmula 1.
Será la 51ª edición del Gran Premio de Brasil, pero los mismos brasileños siempre consideraron a la de 1972 como válida pese a que no contó con puntos para el campeonato mundial. ¿Y quién ganó? Reutemann, por supuesto. Ahí empezó el idilio, aunque el primer triunfo de los tres oficiales en el país vecino sería casi cuatro años después.
Si bien Chico Landi tuvo participaciones esporádicas en los comienzos, el furor brasileño en la Fórmula 1 llegaría con Emerson Fittipaldi a finales de los 70. Fue en ese año que el circuito de Interlagos fue parado y remodelado para recibir a la máxima categoría y recién se reinauguraría para abrila del 72.
La prueba piloto y el Lole en punta
Fue la prueba piloto para ingresar a la F-1 y, pese al boicot de las principales escuderías del momento (Ferrari, Tyrrell, McLaren y hasta Surtess), el GP se hizo con solo 11 autos en pista y tribunas repletas alrededor de un dibujo interminable de casi 8 mil metros.
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El Brabham BT34, rumbo a la victoria en el primer GP de Brasil en Interlagos.
Ya se habían disputado dos GP en la temporada, el día del debut oficial del Lole en el retorno a la Argentina con la mágica pole position, y en Kyalami, Sudáfrica. Brasil era la tercera cita, pero lo dicho, sin puntos.
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Todo fue organizado para que Fittipaldi venciera con su Lotus y eso iba logrando hasta faltando cinco vueltas de las 37 (la vuelta se daba en casi tres minutos). Ahí se rompió un tensor justo cuando le sacaba una vuelta a un tal Helmut Marko (sí, el mismo asesor deportivo de Red Bull, que está detrás de Colapinto) y Lole heredó la punta para su primer festejo grande.
El momento de Emerson y Pace
Después, las primeras ediciones oficiales sí fueron para los brasileños, dos para Emerson Fittipaldi (también corría su hermano Wilson) y la de 1975 para el compañero de Reutemann en Brabham, José Carlos Pace.
Sería la única victoria de Pace en la F-1 y después de su muerte a principios del 77 en un accidente aéreo, el autódromo dejaría de llamarse Interlagos para llevar su nombre.
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Reutemann ya dejó atrás a sus oponentes y se encamina a la victoria en Interlagos, en 1977.
Niki Lauda rompería la hegemonía sudamericana en el 76, pero en los cinco años siguientes llegarían los tres triunfos de Reutemann. El primero en 1977, en su tercera carrera con Ferrari con el modelo 312T2, de punta a punta como solía demoler el argentino cuando tomaba la punta.
Al año siguiente repetiría, en el estreno de Jacarepaguá en Río de Janeiro bajo un sol abrasador, exprimiendo lo último del modelo T2 que pasaría al T3 para la carrera siguiente.
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Ultima presentación del modelo T2 de Ferrari y triunfo abrumado en Río 78.
Cuando Reutemann decidió: "Acá mando yo"
El Lole conseguiría hacer podio en el 79 en una carrera anodina de nuevo en Interlagos, con un Lotus que empezaría a perder su enorme dominio del año anterior en manos de Mario Andretti. Fue tercero detrás de los sorprendentes Ligier de Jacques Laffite y Patrick Depallier.
Abandonaría de entrada en la edición de 1980, en San Pablo, ya en el mismo equipo Williams que hoy cobija a Colapinto. Y en 1981 se destaparía con esa victoria inolvidable, magnífica, de punta a punta, bajo la lluvia que nunca paró en dos horas de carrera en Jacarepaguá.
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Desobedeció durante cuatro vueltas el cartel que a menos de diez vueltas del final le ordenaba dejarle el lugar a su compañero Alan Jones (como había hecho en la apertura del año, en Long Beach). Y esa decisión fue el principio de la tensión insoportable que vivió el argentino hasta fin de añocon el australiano y un equipo que no lo apoyó como debía para ser campeón.
Después de la frustración de F-1 en Las Vegas, y ante la partida de Jones, Frank Williams hizo hasta lo imposible para que Reutemann continuara y siguió apenas dos carreras en el 82. La última tenía que ser en Brasil, por supuesto, su reino, en el mismo Río. Que al final de esa temporada su coequiper Keke Rosberg se haya consagrado, ya forma parte de otra historia.
Más que cualquiera de los brasileños
Si bien lo dicho, otros pilotos superarían su marca de victorias en Brasil (Alain Prost ganó seis veces y Michael Shucmacher 4), Reutemann ganó más en Brasil que los brasileños más laureados.
Fittipaldi ganó esas dos ediciones pero cuando podía haberlo hecho más veces, se embarcó en el proyecto del equipo enteramente brasileño, primero con la azucarera estatal Copersucar y luego con su propio nombre, y el campeón 72-74 desapareció de escena.
El carioca Nelson Piquet, tres veces campeón mundial, ganaróa dos veces: en 1983 y 1986. El otro tricampeón, el gran Ayrton Senna, paulista él, vencería en 1991 y 1993. Y Felipe Massa lo haría en 2006 y 2008, el día de la increble definición bajo la lluvia, donde llegó a la meta como campeón pero 30 segundos después Lewis Hamilton recuperaba un puesto y le alcanzaba para celebrar el primero de sus siete títulos.
¿Y los otros argentinos?
Otros dos argentinos hubieran sumado puntos con el sistema actual que premia hasta el 10º ubicado: Ricardo Zunino y Gastón Mazzacane.
El sanjuanino fue 8º con el Brabham en 1980 a una vuelta de René Arnoux, mientras que 1981 llegó bajó la lluvia de Río, a 5 vueltas de Reutemann con el Tyrrell dn la 13a posición.
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En esa edición se dio la particularidad que por primera y única vez participaron tres argentinos, aunque Miguel Angel Guerra no podía hacer clasificar al Osella y recién lo lograría dos GP después en Imola.
En 1988, Oscar Poppy Larrauri clasificó en Río para su primer GP de Fórmula 1. Lo hizo en el 26º y último lugar, pero cuando iba para la grilla de partida un problema eléctrico del motor del Eurobrun lo dejó a pie.
Una década después, Esteban Tuero debió abandonar en la vuelta 44 por un problema mecánico de su Minardi cuando marchaba 15º.
Y Gastón Mazzacane tuvo dos buenas actuaciones en Interlagos. En el 2009 llegó 10º con el Minardi y en su penúltima carrera en F-1, en 2001, ocupaba esa posición cuando lo traicionó el embrague de su Prost después de mitad de carrera.