El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, ratificó ayer que la formación de la línea Sarmiento que chocó en Castelar había sido reparada recientemente, pero sostuvo que "no se puede cambiar en un año lo que no se hizo en 50", y acusó a sindicalistas de realizar declaraciones con "una enorme irresponsabilidad".
"No nos pidan que hagamos en un año lo que no se hizo en 50", sostuvo Randazzo, quien aseguró que "se trabaja todos los días muchas horas" para mejorar el servicio y agregó: "Hubiera sido más fácil haberme quedado haciendo los DNI y pasaportes".
Tras ratificar que el tren que chocó tenía sus frenos reparados, el ministro sostuvo que "pudo haber un accidente, hay accidentes todos los días" y cuestionó a los delegados sindicales de la línea Sarmiento, que denuncian que la formación tenía problemas en su sistema de frenos.
"Hay una enorme irresponsabilidad para decir cualquier cosa, sobre todos algunos trabajadores del Sarmiento", afirmó Randazzo en declaraciones a radio Del Plata y aseguró que "antes de que salga cualquier formación se hace un alistamiento y esta formación no recibo aviso de fallo ninguno, está firmado".
También precisó que no se registró "ninguna comunicación entre el motorman y la central de control" durante todo el trayecto e insistió en que el Gobierno difundió "datos objetivos" sobre lo ocurrido con la formación, que "mantuvo una aceleración ascendente y en ningún momento desaceleró".
"Yo no estoy diciendo que el responsable es el motorman, sería una irresponsabilidad mía, lo que tratamos de trasladar son datos objetivos", puntualizó, aunque remarcó que "a más de 60 kilómetros (por hora), ni siquiera a esa velocidad hubiera podido parar en la estación de Castelar".
En este sentido, afirmó que lo ocurrido en Castelar "no es lo mismo que lo que pasó hace un año" y que "no se compran coches en la esquina del almacén", en alusión a la tragedia en la estación de Once de febrero de 2012, en la que murieron 52 personas y hubo unos 700 heridos.
El ministro señaló finalmente que "la gente que viaja todos los días necesita estar tranquila" y anticipó que redoblará "la apuesta todos los días para hacer mejor el servicio", aunque sostuvo que es "necesario un cambio cultural si queremos tener un servicio que el pasajero se merece".
"Hay un proceso de compra de 25 formaciones de nueve coches cada una que va a cambiar totalmente la prestación del servicio del Sarmiento", agregó.
Tras el choque de trenes del Sarmiento en la estación de Castelar, delegados gremiales afirmaron que la formación 3727, chapa 1, de doble piso que embistió a otra que estaba detenida tenía "problemas de frenos" y que, por ese motivo, los trabajadores de la línea ferroviaria no querían que sea puesta en servicio.
"Una formación, el chapa 1, como le decimos nosotros, se quedó sin frenos. Ese equipo estuvo parado hace seis meses, no queríamos que esa formación saliera", dijo Rubén "Pollo" Sobrero, referente gremial de la Unión Ferroviaria.
Al Senado. Por su parte, el senador nacional socialista por Santa Fe, Rubén Giustiniani, reclamó la presencia de Randazzo en el Senado para que "brinde informes en relación a la responsabilidad de dicho ministerio en la regulación, fiscalización y control del servicio público ferroviario de pasajeros en el área metropolitana de Buenos Aires".
"Lo ocurrido en Castelar parecería indicar que pese al cambio de los operadores del servicio, nada ha cambiado en materia de la seguridad y la calidad del servicio", afirmó el senador.
"Se mantiene incólume —continuó— el perverso funcionamiento del sistema de los servicios públicos concesionados vigente desde la década de los años 90, caracterizado por la connivencia entre funcionarios y empresarios, donde los perjudicados siempre son los usuarios".
"Entes de control permanentemente intervenidos por el Estado, subsidios millonarios pactados entre cuatro paredes y oscuros funcionarios con causas judiciales por enriquecimiento ilícito, son sólo algunos de los rasgos salientes de este modelo que desnudó la tragedia de Once y que aún parece estar vigente", señala Giustiniani en los fundamentos.
D'Elía. El dirigente kirchnerista Luis D'Elía insistió ayer en su teoría de un "sabotaje" y lo relacionó con el bombardeo a Plaza de Mayo de 1955.
A través de Twitter, D'Elía sostuvo que "con frenos nuevos, los últimos 150 metros y a 63 kilómetros (por hora) el tren fue sólo al choque" y consideró que "el motorman se fugó a la parte de atrás o se tiró".
El líder del partido Miles publicó esto luego de la polémica que generó el jueves, cuando sugirió que el choque se produjo "en momentos en que se insinúa" una posible candidatura del ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
"Sabotaje: Si bombardearon una Plaza llena de gente, ¿cómo no van a estampar un tren a toda velocidad contra otro lleno de trabajadores?", lanzó D'Elía.
32 internados
Al menos 32 personas continúan internadas por el choque. Cinco de ellas están en grave estado: tres adultos y dos menores. Los mayores de edad se encuentran en terapia intensiva, y de los tres, uno reviste mayor gravedad: padece traumatismo de cráneo y está en "coma farmacológico con respirador", alojado en el hospital Posadas. Los otros dos sufrieron traumatismos en sus rodillas con compromiso vascular; a uno se le hizo un by-pass.