Una abultada deuda vinculada al narcomenudeo con un preso que comanda una gavilla polirrubro desde la cárcel era una de las pistas que circulaban ayer como móvil del doble crimen de las hermanas halladas en un basural del barrio perecino de Cabín 9. Por el hecho hay dos detenidos relacionados con un auto en el que se presume que las víctimas fueron trasladadas al descampado —ambos serán imputados este viernes— mientras que joven de 18 años buscado como presunto autor material se mantenía prófugo al cierre de esta edición.
Estefanía Mariel Gorosito, de 28 años, y su hermana Marianela Andrea, de 25, fueron halladas el miércoles a la mañana en un descampado ubicado en Camino del Indio y Chajá, una zona semirrural ubicada en los bordes de Cabín 9. Los cuerpos presentaban varios balazos y aunque en el lugar se halló una vaina servida se presume que fueron asesinadas en otro sitio y luego arrojadas allí. Más allá del tinte narco aportado por los ribetes mafiosos del hallazgo la investigación encabezada por el fiscal Patricio Saldutti no descartaba hasta ayer otras hipótesis.
Horas antes
Las pistas que orientaron la investigación del doble crimen surgieron, curiosamente, antes del hallazgo de los cuerpos. La noche del martes, cerca de las 23, los cuatro ocupantes de un Citroën C3 gris abandonaron el vehículo luego de notar la presencia de una patrulla de Gendarmería en Chajá al 200 de Pérez, muy cerca de donde horas después serían hallados los cuerpos. Los gendarmes iniciaron una persecución que terminó con la detención de un joven paraguayo de 18 años identificado como William E. y domiciliado en Villa Banana.
Los gendarmes llevaron el procedimiento a la subcomisaría 18ª de Cabín 9 y advirtieron que entre los que habían fugado había un herido. En el vehículo, que presentaba un impacto de bala con orificio de salida en la puerta trasera, se hallaron rastros de sangre en el asiento trasero y también se secuestró material balístico como una vaina servida. Hallados los cuerpos de las hermanas, sobre las 8 de la mañana, los efectivos de la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) comenzaron a rastrear el auto en busca de pistas.
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Al mediodía supieron que a la 1.30 un hombre de 30 años había denunciado el robo del Citroën en la subcomisaría 20ª de San Martín al 6200. Damián Ezequiel R. declaró que a las 18 del martes había dejado el auto en la puerta de la casa de su novia en Melián al 6300, que pasada la medianoche se había dado cuenta de que se había olvidado las llaves puestas y que al salir el vehículo ya no estaba. Los pesquisas de la AIC establecieron que tal robo no había existido y el denunciante terminó detenido.
A media tarde los investigadores identificaron a un joven de 18 años que anoche era buscado como presunto autor material. Identificado como Lucas Martín C., la policía allanó su casa de la zona de Iriondo y Garay pero no estaba allí. También se allanaron dos domicilios del dueño del Citroën donde sólo se secuestró un celular. William E. y Damián R. serán imputados este viernes por Saldutti.
Vínculos
Las otras pistas que tienen los investigadores surgen de las víctimas. Ayer este diario intentó contactar a la familia de las hermanas, que prefirió no realizar declaraciones. La puerta de la casa de barrio Belgrano presentaba algunos impactos de bala que habían sido arreglados.
Con el correr de las horas en barrio Godoy, lindero con Cabín 9 pero del lado rosarino, circulaba una versión que vinculaba a las chicas asesinadas con la venta de drogas en esa zona del sudoeste rosarino. Esa versión indicaba que las hermanas le debían 900 mil pesos —una 600 mil y la otra 300 mil— a un preso que supo manejar el narcomenudeo en esos barrios desde su celda en Piñero y a quien tiempo atrás solían visitar. Y que, sumado a la deuda, habrían intentado empezar a vender para otra gente. Sin embargo, consultados al respecto, voceros de la investigación señalaron que las víctimas no figuraban entre las visitas del mencionado recluso.
Pero esos no eran los únicos indicios del vínculo entre las hermanas y el narcomenudeo. Fuentes del Ministerio Público de la Acusación (MPA) confirmaron que al menos una había estado mencionada en el marco de otras investigaciones previas. Por un lado a raíz de una relación de pareja con un tal “Kakita”, sindicado como tiratiros de otro preso acusado de liderar una banda polirrubro. Esa misma chica también había aparecido en el radar de la fiscalía en un video en el cual era sometida a una golpiza por parte de otras mujeres.
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Anoche al cierre de esta edición la División Homicidios de la AIC seguía buscando a “Lukitas” C. como principal sospechoso de un doble crimen por el cual este viernes serán imputados los dos detenidos, aunque hasta ayer no se sabía de qué delitos o con qué grados de participación.
En este marco, resta saber si el esclarecimiento del hecho arrojará alguna información sobre la configuración de las bandas que se disputan el sudoeste rosarino para la venta de droga y delitos adyacentes como usurpaciones y extorsiones, un escenario en el que se rueda siempre la misma película más allá de que los actores suelen ir cambiando a medida que caen presos o son asesinados.