En los próximos días, más precisamente el 11 de septiembre, se cumplirá un nuevo aniversario de la muerte de Domingo Faustino Sarmiento, fecha en que se conmemora el Día del Maestro. Si hay alguien que se preocupó y ocupó de la educación en nuestro país, fue Sarmiento. Allá por los años 1830 al 1870, una mínima parte de los argentinos sabía leer y escribir. En alguna oportunidad, discutiendo con sus pares en el gobierno de San Juan, en el Congreso nacional y aún siendo presidente de la República, Sarmiento les recordó que "una escuela que se abría, era una cárcel que se cerraba". Es posible que dicha afirmación sea un tanto exagerada, fruto de su bien conocida verborragia, pero pinta de cuerpo entero al educador, al estadista, al político y al escritor. Sarmiento también decía "Hombre, pueblo, nación, Estado, todo, todo está en los humildes bancos de la escuela" y "Todos los problemas, son problemas de educación". Me parece oportuno aclarar, a esta altura de mi carta, que rescato al Sarmiento educador. El lector conoce las críticas y resistencias de muchas voces pensantes e intelectuales del país sobre su personalidad y pensamientos de otras disciplinas. En estos días que nos toca transitar la vida en Argentina, nos enteramos, por voces oficiales,que hay dos millones de chicos que no terminan la escuela. Les confieso que me considero semianalfabeto porque no domino la computación y no hablo inglés. Imaginen el futuro que les espera a personas que no concluyen el ciclo primario o secundario. Están excluidos de por vida de condiciones laborales, económicas y sociales dignas. Nos aguardan generaciones de analfabetos. Y esta circunstancia es responsabilidad directa y exclusiva del Estado, quien debe atender la deserción escolar. Es sencillo y demagógico decir que la educación es gratuita y obligatoria. Eso no basta si no se controla qué pasa con esos millones de chicos. El Estado debe hacer un seguimiento serio y seguro de esos chicos en sus casas, con sus padres y/o tutores. Muchas veces en conversaciones con amigos resaltamos las condiciones y riquezas naturales que Dios le concedió al país: energía, minería, tierras fértiles, agua dulce, bellezas naturales, etcétera. Pero, sin educación, a pesar de tener todos esos recursos naturales, seguiremos siendo cada vez más un país pobre. La riqueza de un país se mide, además de sus recursos antes mencionados,por la capacidad de las actuales y futuras generaciones. El próximo año elegimos un nuevo gobierno. Roguemos para que el nuevo presidente se parezca bastante a otro Sarmiento en lo que respecta a que la educación debe ser la prioridad, por encima de otras cuestiones. Nuestros graves problemas no son la economía, los fondos buitre, el fútbol para todos, la corrupción en el gobierno, etcétera. El verdadero problema a vencer es la educación y ocupación de millones de analfabetos. Si enfocamos el tema a lograr ese cometido, veremos cómo en forma paulatina, pero firme, se lograrán avances en temas como seguridad, narcotráfico, corrupción y demás flagelos, que desde hace algún tiempo quiebran nuestra sociedad. Caso contrario, de no atacar este problema primordial, seguiremos a la deriva, tardando décadas en encauzar los lineamientos de la educación, que alguna vez, hace mucho, supimos conseguir.
1397909876Jorge Omar Bustamante
Como bien destaca la nota aparecida hace unos días en La Capital, se cumplieron el 1º de septiembre 75 años del comienzo de la invasión alemana de Polonia, la que originó dos días después la declaracion de Guerra de Inglaterra y Francia al país gobernado por el nazismo en ese entonces, de acuerdo a compromisos previos concertados con Polonia, algo que no tuvieron en cuenta ingleses y franceses cuando Rusia invadió traicioneramente Polonia en el momento en que los ejércitos polacos enfrentaban la "blitzkrieg" alemana o se retiraban derrotados hacia oriente, es decir, no hubo declaración de guerra de ingleses y franceses a Rusia. Al término de la contienda, los países vencedores, aunque en realidad si hubo vencedores esos fueron los mercaderes de la muerte, es decir, los traficantes y fabricantes de armas, hicieron el juicio de los lideres nazis llevado a cabo en Nuremberg, y hete aquí que tendrían que haberse sentado en el banquillo junto a los jerarcas de Hitler, en primer lugar Josef Stalin, Viacheslav Molotov y Lavrenti Beria, por los crímenes cometidos contra su propio pueblo y por las invasiones de Polonia y Finlandia, algunos de los líderes y militares ingleses y norteamericanos, por los salvajes raídes realizados contra ciudades indefensas pobladas por civiles y refugiados alemanes, y en especial el líder norteamericano Harry S. Truman, quien ordenó arrojar dos bombas atómicas que bien pudieron soltarse en el mar a la vista de los militares japoneses. Esa guerra tuvo la particularidad de que con el avance de la tecnología de esa época los medios de destrucción fueron mayores y más masivos, por lo que se deduce de esto de que las siguientes guerras que emprenda el hombre, ante un avance y progreso aún mayor de la tecnología, el poder y alcance destructivo de las armas será aún mayor, poniendo al borde de la aniquilación no ya a un ejército o una nación entera, sino a la humanidad toda. Luego de la operación Bagration en junio de 1944 los rusos hicieron desfilar por las calles de Moscú 50.000 prisioneros alemanes, ante un aturdido y silencioso público formado por civiles rusos, y se escuchó a una mujer madura gritar a los que tenía alrededor, "mirad, tienen (los soldados alemanes prisioneros) la edad de nuestros hijos en el frente, obligados a combatir, matar y morir por culpa de los dirigentes". Reflejar la tragedia de los pueblos y los civiles y soldados en una guerra mejor que lo que refleja esta frase de esa madre rusa, es imposible.
Derecho a la salud
e integridad física
Tengo la sensación de que mi situación actual no solo depende de una visión regresiva, sino de una actitud represiva por parte de un sistema dirigencial que pone en la mira sus propios intereses y no el mejoramiento de la salud de alguien como yo. En estos últimos meses he luchado por mi vida y por mi vista, pero evidentemente la voz de un juez, que debería entenderse como dominante y determinante, un grupo de poder la ha pasado por encima como si fuera silencio, o ruido, que en este caso es lo mismo. ¿Qué estoy reclamando? Que respeten mi derecho a la salud e integridad física, que mi obra social (Consejo Profesional de Ciencias Económicas Cámara 1 de Santa Fe) cumpla una resolución judicial en tiempo y forma. No estoy pidiendo que me regalen nada. Estoy pidiendo que se cumpla lo que es justo, porque de la justicia depende mi situación. No creo que tenga mucho para decir. Creo que el juez ya ha hablado por mí. Pero si quiero destacar que el doctor Miguel Garrote, uno de los especialistas del caso, neurocirujano por excelencia de Rosario, y la doctora Berta Roth, directora del área de Terapia Radiante y Diagnóstico por Imágenes del Instituto de Oncología Roffo (Universidad de Buenos Aires), han depositado su confianza, sapiencia y compromiso en que la situación que atravieso requiere de una intervención inmediata en lugar y tiempo acordados. ¿Qué es lo que ocurre? ¿No me creen? ¿Quieren saber lo que es levantarse por la mañana sin la esperanza de distinguir las formas y los colores que apenas pude vislumbrar el día anterior? ¿Tengo que volverme ciego para que hagan algo? ¿Quieren arruinar una vida para probar que los mecanismos que ustedes "obra social" crean para sumar deterioro a las vidas que ponen a su disposición? Ya no estoy luchando. Hay una decisión del juez que tuvo la necesidad de fallar a favor de mis ojos, que son mi necesidad. Pero no se confundan, no les estoy pidiendo una mirada nueva (los ojos no se regalan y lo que yo miro no es lo que ustedes ven), estoy pidiendo que no estorben a mi esperanza en poder encontrar a alguien competente que detenga el deterioro progresivo de mi visión, que ya es baja, que a veces se nubla y otras es nula. No estoy pidiendo mucho: no jueguen con las oportunidades que otorga la ciencia y el progreso. Pues la ciencia, en mi caso, está en Alemania (Universidad de Heidelberg). La tecnología de avanzada, mi posibilidad de hoy esta allá, a miles de kilómetros, por eso no interrumpan mi esperanza, no dilaten mi espera, tampoco lo hagan con la esperanza de los científicos que han puesto en un caso de extrema gravedad como es el mío. Estoy indignado por el hecho de ser afiliado de una "obra social" que actúa por capricho. ¿Y cómo puedo entender yo los caprichos? No los entiendo (pues por algo son caprichos), pero sí entiendo las nefastas consecuencias, sí entiendo los perjuicios que he recibido en los últimos meses. ¿No debería acaso comportarse como un ente preventivo respecto de la salud? "Prevenir antes que curar", reza el dicho. Por desgracia mi obra social no cumple ninguna. Que alguien me explique si la salud debe ser controlada con arbitrariedad. Que alguien me explique si se puede curar sosteniendo medidas enfermas. Curemos las decisiones para poder curar a los pacientes "Prevenir y curar", debería ser el dicho. O También si se me permite "Cumplir… para curar".
El Regimiento 11º
y el Martín Fierro
José Hernández publicó en 1872 su genial "Martín Fierro" y en 1879 "La vuelta de Martín Fierro". Ambos libros, traducidos a más de setenta idiomas, son el máximo exponente de la literatura gauchesca y considerados la obra cumbre de las letras argentinas. Sobre ella Ricardo Rojas opinaba que "el gaucho dejaba de ser un hombre fuera de la ley para convertirse en héroe nacional". Leopoldo Lugones definía al gaucho "como emblema de la argentinidad". José María Rosa señala a este poema gauchesco como una "interpretación de la historia nacional". Críticos literarios e historiadores especularon siempre si el gaucho Martín Fierro existió realmente o si el personaje fue un sujeto ideal fruto del talento del autor y aunque la polémica es razonable, es más probable que la verdad se encuentre en la historia del Regimiento 11º de Infantería. Este cuerpo de combate, creado hace 200 años el 8 de noviembre de 1814, integró el Ejército Libertador de San Martín, siendo su primer jefe Juan Gregorio de Las Heras. Intervino en las campañas libertadoras de Chile y Perú cubriéndose de gloria y en 1912 fue destinado a Rosario donde miles de jóvenes cumplieron con su servicio militar, retornando en 1964 a la provincia de Mendoza. Nuestra ciudad lo honró dando su nombre a una de sus calles: "Regimiento de Infantería 11º". La larga historia militar de esta unidad, destinada a la zona de Tandil en 1865 y comandada entonces por el coronel Álvaro Barros, se enorgullece también por haber sido protagonista fundamental del Martín Fierro. Álvaro Barros, comandante de la frontera sur y posteriormente fundador de Olavarría, le contó a su amigo José Hernández que en sus filas revistó un gaucho "desacatado" que respondía al nombre de Melitón Fierro, valiente, generoso, amante de su tierra al que las injusticias de la época lo vuelven un gaucho ladino y matrero, pero que nunca dejó de ser independiente, sacrificado y altanero. Este acontecimiento resguardado y comentado de generación en generación asegura firmemente que inspiró a José Hernández para elaborar su magnífica obra y posiblemente el encuentro con el Coronel Barros le fortaleció aún más el conocimiento de los hombres y de la geografía patria sirviéndole para componer con singular lenguaje y con calor de humanidad su genial poema.
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