Damasco. —
Damasco. —
Observadores de las Naciones Unidas fueron atacados ayer cuando intentaban confirmar reportes sobre la muerte de al menos 78 civiles a manos de las fuerzas leales al presidente de Siria, Bashar Assad, dijo el secretario general de la ONU, Ban ki-moon. Ban condenó la "indescriptible barbarie" ocurrida el miércoles en la localidad de Mazraat al-Qubeir, al igual que la Casa Blanca, mientras que la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, exigió nuevamente que Assad deje el poder y salga de Siria.
Guerra civil. El número exacto de muertos y las circunstancias de los asesinatos durante la noche del miércoles en Mazraat al-Qubeir, en las afueras de Hama, eran imposibles de confirmar, pero la violencia refuerza la creciente convicción de que un plan de paz negociado por el enviado internacional, Kofi Annan, se cae a pedazos a medida que el país se encamina hacia la guerra civil. El propio enviado especial de la ONU y la Liga Arabe para Siria, Kofi Annan, reconoció ayer que su plan de paz fracasó y que es momento de que la comunidad internacional considere opciones para terminar la crisis en ese país. "Debo de ser franco y confirmar que el plan de paz fracasó. Claramente, el momento ha llegado para determinar qué más podemos hacer para asegurar la implementación del plan, o para determinar qué otras opciones existen para solucionar la crisis (en Siria)", afirmó Annan.
Algunos reportes hablan de casi 80 personas que perdieron la vida. Activistas de oposición dijeron que hasta 40 mujeres y niños estaban entre las víctimas fatales en la aldea musulmana sunita situada cerca de Hama, y publicaron imágenes en internet de cuerpos ensangrentados.
Baño de sangre. Las últimas muertes, menos de dos semanas después de que 108 hombres, mujeres y niños fueran asesinados en la localidad de Houla, aumentaron la presión sobre las potencias mundiales para que detengan el baño de sangre en Siria, pese a que están paralizadas por la disputa entre Occidente y los países árabes contra los aliados de Damasco: Moscú y Pekín.
Durante la Asamblea General sobre el conflicto en Siria, Ban dijo que monitores de la ONU, que viajaron a Siria para verificar el cumplimiento con la vapuleada tregua declarada el 12 de abril, recibieron disparos cuando iban en camino a Mazraat al-Qubeir. Siria negó las afirmaciones de la oposición, calificándolas de "totalmente infundadas", e insistió en que facilitaba la tarea de los observadores en el país.
Por Facundo Borrego