Durante cinco días, la escena rosarina recibirá al festival SubVersión Feminista, una propuesta organizada por el grupo Cueras que ofrecerá una obra cada día, con entrada gratuita, desde hoy y hasta el sábado, además de distintas actividades que tendrán lugar en la Facultad de Humanidades y Artes. Dannae Abdalla y Julia Logiódice, a cargo de la organización, contaron que uno de los objetivos del ambicioso encuentro es “profundizar en la transversalización de la perspectiva de género en las artes escénicas”. El ciclo de obras será inaugurado hoy, a las 20.30, en la sala Cultural de Abajo (Entre Ríos 578) con la pieza “Territorio coraje”. La programación completa se puede consultar en https://www.instagram.com/cueras.gc/.
¿Cómo surge la idea de este festival?
Somos artistas, gestoras culturales y militantes feministas que desde hace años venimos transitando espacios de formación y prácticas juntas. En el año 2021 formamos Cueras, una asociación de gestoras culturales centrada en proyectos de artes escénicas con una perspectiva de transformación social. Este es el segundo festival que llevamos adelante como asociación, y en esta oportunidad quisimos apostar a la articulación de las artes escénicas con la agenda feminista y armar un festival enmarcado en el 8 de marzo. La idea surge a partir del cruce de nuestras militancias políticas y artísticas: creemos en la capacidad transformadora de las artes escénicas para promover una práctica reflexiva sensible capaz de desmontar los imaginarios sociales sobre los que se sostiene el patriarcado, y a su vez, estamos convencidas que en el corazón del movimiento feminista está la potencia transformadora para construir un mundo más justo. Creemos que cuando nos encontramos se mueven las ideas que gestan las revoluciones más diversas. Por eso, en esa oportunidad, quisimos apostar a la construcción de nuevos escenarios donde sentirnos unidas y tramar lo común.
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Dannae Abdalla y Julia Logiódice, del grupo Cueras, a cargo de la organización.
¿Cuál es el objetivo del festival?
Por un lado, profundizar en la transversalización de la perspectiva de género en las artes escénicas. En ese sentido, buscamos visibilizar y abrir agenda a espectáculos que, a nuestro entender, abordan la perspectiva de género desde alguna arista, entendiendo que los feminismos se inscriben en los lenguajes más diversos. Por otro lado, el festival se propone apuntar a la generación de nuevos públicos. A partir de la articulación que logramos con el Instituto Nacional de Teatro y la Facultad de Humanidades y Artes de la U.N.R., buscamos acercar las salas del circuito independiente de las artes escénicas a toda la comunidad universitaria con campañas específicas de comunicación destinadas al sector. Cabe aclarar que otro de los objetivos es que los teatros se llenen cada vez más de gente y por eso todas las actividades del festival son gratuitas. Los conversatorios tendrán lugar en la Facultad de Humanidades y Artes, y los espectáculos se llevarán a cabo en el teatro Cultural de Abajo, sala perteneciente al colectivo A.T.I.R (Asociación de teatros independientes de Rosario). Entendemos que de esta forma es posible fomentar el acercamiento de personas que asistan al teatro por primera vez, nuevas y nuevos espectadores que quizás no formaban parte de los circuitos teatrales independientes,y luego de esta primera experiencia comiencen a serlo. En este sentido, nuestro festival es un aporte para garantizar el derecho al acceso a las expresiones artísticas para todos y todas. Es decir, para que el teatro deje de ser un privilegio de pocos.
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“Mi animal. Entre el grito y el canto”.
¿Cuál es la deuda, los temas pendientes, que tiene la sociedad con la agenda de género?
”La deuda es con nosotras” fue una de las consignas con las que se convocó a marchar este 8M. Con esto queremos decir, a pesar de la enorme lucha de las organizaciones y colectivos feministas y de las conquistas traducidas en políticas públicas con perspectiva de género, la deuda que la sociedad y el Estado tienen con la agenda feminista sigue siendo enorme. Necesitamos que se reconozcan las tareas domésticas y de cuidado, necesitamos ser nombradas, necesitamos una justicia feminista, necesitamos igual salario por mismo trabajo, necesitamos que dejen de matarnos. Y así podríamos seguir. Ahora bien, como gestoras culturales, nuestro campo de acción es el cultural, y sabemos que nuestro principal desafío se aloja ahí. Pero estamos convencidas que nuestro hacer también es político. Por eso la creación de un festival enmarcado en el 8M. En ese sentido, necesitamos cada vez más la presencia de mujeres y disidencias en los escenarios que pisamos, en los textos que decimos, en las técnicas que usamos, en los espectáculos que dirigimos. Porque necesitamos erradicar la violencia machista de todas nuestras prácticas artísticas y porque no queremos una cultura que transforme todo en mercancía. Ese es nuestro desafío y nuestro compromiso artístico y político. Afianzar redes, tender puentes, visibilizar desigualdades y fomentar la producción de políticas públicas en clave de género para seguir promoviendo las diferentes formas de feminismos en todos los lenguajes y territorios que nos sean posibles.