En las últimas horas, se viralizaron declaraciones de Ángela Torres en las que contó que, desde muy chica, sufrió comentarios públicos sobre su cuerpo, lo que derivó en trastornos alimenticios. El recorte reabrió el debate sobre la presión que aún recae sobre las mujeres en torno a su imagen. En ese marco, Leticia Brédice se comunicó con Karina Mazzocco en A la Tarde y habló a corazón abierto sobre su juventud y las dificultades que atravesó con su cuerpo y su salud mental.
“Leticia Brédice tiene muchas ganas de hablar sobre esta temática, que también la golpeó profundamente”, adelantó Mazzocco antes de iniciar la nota. Aunque la actriz se mantuvo alejada de los medios y del cine en los últimos años, decidió romper el silencio y abordar de frente sus experiencias con las adicciones y los problemas de salud mental que atravesó.
Qué dijo Leticia Bredice
En comunicación telefónica con Karina Mazzoco, Leticia Bredice habló acerca del sufrimiento que atravesó durante varios años “La comida es una fuente de placer, ¿pero qué pasa cuando se convierte en un problema?”, comenzó diciendo la actriz. Luego, reveló: “Yo pesaba 40 kilos y me seguía viendo gorda. Quería seguir tomando anfetaminas”.
Bredice explicó que en aquel momento sufrió una adicción: “Es una adicción muy difícil de dejar: te quita la concentración, la autoestima. Empieza la mentira, le decís a todos que comés, la comida la tirás; muchas mujeres vomitan”. La actriz recordó: “Con las anfetaminas sufrí muchísimo tiempo. Me parecía que eran la solución para que yo trabaje, para que valoren mi vocación, mi talento, mi cara y mi cuerpo”.
Según reveló, con el tiempo, entendió que en el centro del problema estaba su salud mental. Sentía un “vacío en el pecho” y buscaba aprobación únicamente desde lo físico. “Solo me importaba lo que veían los otros”, reconoció.
En este sentido, señaló que hoy observa a muchas mujeres atravesando situaciones similares: cuerpos extremadamente delgados, señales de exigencia y sufrimiento. “Veo mujeres de 40, 50 y 60 con cuerpos anoréxicos. Y también nenas con las rodillas chiquititas, el cuello delgadísimo. Empezás a esconderte y a enojarte con todos. Sentís que es el mundo contra vos: lo que los demás quieren ver y lo que vos no sos”, expresó.
Brédice recordó que, en su época, admitir lo que pasaba era “una vergüenza”. “Las actrices te decían: ‘No digas que tomás anfetaminas’”, reveló. Y contó que solo empezó a salir del trastorno cuando esas pastillas dejaron de venderse por los daños que provocaban. “No las pude conseguir más, gracias a Dios. Ahí empezó a aflojar mi trastorno alimenticio. Cuando no había anfetaminas, empecé a ser yo. Y me la tuve que bancar”, detalló.
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