Como encargada de recaudar dinero, resguardar armas y gestionar actividades delictivas para dos bandas distintas, una mujer de 24 años fue condenada a 7 años de prisión por integrar dos organizaciones delictivas: la que comandó el preso Pablo Nicolás Camino desde la cárcel federal de Rawson y la que dirigió Nicolás “Pupito” Avalle desde el complejo federal de Ezeiza, dos grupos criminales considerados células de Los Monos a los que se les atribuyen delitos violentos y letales balaceras extorsivas.
Se trata de Nidia Núñez, señalada con su sobrenombre de “Coty” al momento de su detención en octubre de 2023. La mujer aceptó 7 años de prisión en un juicio abreviado como miembro de dos asociaciones ilícitas y coautora de una extorsión agravada para quedarse con un auto. La pena fue acordada con la defensa de la acusada por los fiscales Patricio Saldutti y Luis Schiappa Pietra. En una audiencia que se realizó el martes en el Centro de Justicia Penal, el juez Mariano Aliau validó la propuesta y dictó la condena.
Es la segunda condena en siete días que se dicta a una persona acusada de pertenecer a la banda de Camino. El martes de la semana pasada fue sentenciada en un juicio abreviado Agustina Génesis Cantero a 3 años de prisión como miembro de esa organización, pena que se unificó en 9 años con una anterior por delitos enmarcados en actividades de la banda criminal.
La banda de Camino se desplegó en dos etapas. En sus orígenes era comandada por el preso y su hermano desde la cárcel de Piñero. Era una célula de la banda de Los Monos que tributaba a Ariel “Guille” Cantero y que funcionó desde marzo de 2020 hasta que fue desbaratada en octubre de 2021. Una vez desmembrada, Camino comenzó a operar con otra gente.
A esta segunda organización se le atribuyeron hechos violentos de alta resonancia pública, como el crimen al azar del músico Lorenzo “Jimi” Altamirano y el ataque a tiros al supermercado Único de los suegros de Lionel Messi. Esto último, como parte de una disputa feroz con otra facción de Los Monos por el control de la barra de Newell’s.
Roles dentro de la banda
Según la investigación, Núñez integró la segunda formación, que ganó terreno en los barrios Godoy, Villa Nueva, Villa Urquiza y Belgrano de la zona oeste, con delitos como homicidios, amenazas, abusos de armas, usurpaciones y arreglos con policías. La que a partir de noviembre de 2022 y hasta marzo de 2023 enfrentó con atentados y balaceras a instituciones públicas a dos referentes de la barra rojinegra: Leandro “Pollo” Vinardi y Damián “Toro” Escobar.
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Su contribución en ese esquema, según la condena, era el de proveer de armas a la banda a órdenes de quien era su pareja, Carlos Olguín, un preso de Coronda imputado en su momento como organizador de la asociación ilícita y que luego también fue ligado a Pupito Avalle. Para la Fiscalía, Núñez cumplía además junto a otras mujeres de la asociación medidas encomendadas por el líder, como señalar domicilios y encargarse de la logística para cometer atentados con armas.
Dentro de este armado fue condenada por planificar junto a otras personas una seguidilla de intimidaciones contra un grupo familiar de barrio Triángulo y Moderno al que extorsionaron para que entregaran su domicilio, bajo amenazas de muerte o de ataques a tiros.
Extorsiones
Como parte de esas maniobras extorsivas, el mediodía del 21 de febrero de 2023 dos hombres en una moto Suzuki atacaron la propiedad con al menos diez disparos contra el frente y un auto Renault Sandero que no llegaron a herir a nadie. Al día siguiente una mujer no identificada se presentó en el domicilio y exigió la entrega del vehículo, bajo amenaza de continuar con las balaceras.
Fue así que la víctima, por temor, en ese mismo instante entregó un boleto de compra venta en blanco con los datos de su pareja en calidad de “vendedor”. Las intimidaciones continuaron hasta que el 19 de marzo de ese año policías del Comando Radioeléctrico secuestraron el auto en Seguí y Rouillón. Al volante iba Antonela “Gorda Anto” Fernández, de 31 años, condenada en octubre a 9 años de prisión por integrar la banda. La mujer entonces dijo ser la dueña del vehículo con pedido de captura y exhibió el boleto en blanco. Con ese auto, según surge de su condena, se cometieron en los primeros días de marzo los asesinatos de Wilson Silveira y Benjamín Echavarría.
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En un contexto de lealtades cambiantes donde las mismas personas aparecen prestando servicios a distintos grupos, Núñez fue también condenada por su pertenencia a la banda de Avalle. Allí también fue situado el preso Olguín al frente de su propio grupo de colaboradores, hasta que en 2023 comenzó a disputarle el poder a Avalle y “caranchearle” la cartera de víctimas.
Esta asociación ilícita también ligada a Los Monos operó desde marzo de 2021 hasta fines de 2023, con epicentro de actuación en Villa Gobernador Gálvez. Avalle fue condenado en marzo pasado a prisión perpetua como jefe de esa organización y por unos cincuenta hechos delictivos. Al grupo se le asignaron extorsiones de sesgo muy violento a negocios, fábricas, boliches, sindicatos y particulares.
El rol de Núñez en este esquema, según la condena, era el de recaudar y resguardar dinero en efectivo, armas de fuego y material balístico para que estuviera disposición de la organización criminal, además de encargarse de pagar a otros miembros por tareas cumplidas.