Una de las víctimas del triple crimen de Capitán Bermúdez era un joven de 25 años que estaba prófugo en una causa federal desde mediados de 2022. Se trata de una investigación por venta de drogas en el barrio porteño de Puerto Madero, el Cordón Industrial y rosarino y la localidad de Ricardone con más de diez procesados. Eber Ramos, uno de los tres asesinados a golpes y puñaladas en la madrugada del sábado en una casa donde iba a realizarse una transacción con dinero, era el principal investigado en esa causa por venta de drogas al menudeo de la que logró escapar tres veces.
Ramos es la única de las víctimas del múltiple ataque que contaba con antecedentes penales. Los restantes fallecidos, Emiliano Daniel Saucedo, de 31 años, y Santiago Manuel Ochoa, de 25, fueron despedidos con dolor en cientos de publicaciones por redes sociales. En la vivienda donde se encontraron los cuerpos hubo dos detenidos, uno de ellos dueño de la casa y amigo de Ramos, quienes serán imputados la tarde de este lunes a las 14 por la fiscal Luisina Paponi, del Ministerio Público de la Acusación de San Lorenzo.
Entre otras medidas de la investigación, el sábado a la tarde fue allanada la casa del padre de Ramos, quien en medio del operativo frente a la casa del barrio Posta donde ocurrió el triple crimen había ido a retirar la pick up que de su hijo, estacionada en la cuadra. Según trascendió, se secuestró su celular y otro que pertenecía a Eber. De acuerdo con fuentes federales, el joven había tomado fuerza en el negocio del narcomenudeo tras la caída de Ramón Alberto “Willy” Velázquez como el líder de una banda narco en Serodino, detenido a mediados de 2021.
En medio de un mar de hipótesis extraoficiales, aún no se sabe qué que motivó los crímenes de las tres personas que estaban el sábado dentro de la vivienda de la calle 13 de Marzo 384. La principal es que en el lugar se hizo una reunión para realizar una transacción monetaria y un detonante desconocido motivó el baño de sangre. En la escena del múltiple crimen se encontró una mochila con alrededor de cuatro millones de pesos.
Los cuerpos fueron encontrados por la policía luego de que una mujer fuera cerca de la 1.30 del sábado a la comisaría 2ª a denunciar que su novio, Santiago Ochoa, no había regresado a la casa donde convivían en barrio Copello. Se había ido el viernes a las 22 con una mochila con dinero. Antes de presentar la denuncia pasó por el lugar, vio estacionada la moto de su novio en un pasillo de la casa y la atendieron dos hombres que respondieron con evasivas. Los policías fueron hasta ese domicilio y entrevistaron a Alexis L., dueño de la casa, y Luciano P. Quedaron detenidos cuando personal entró a la casa y a simple vista encontró los cuerpos sobre un mar de sangre.
Tres escapes
Con domicilio a pocas cuadras, en un monoblock de Los Inmigrantes al 500, Ramos contaba con pedido de captura en una causa por infracción a la ley de drogas. El 10 de noviembre de 2022 había logrado escapar tras una persecución de la Policía Federal que se había iniciado en una estación de servicios y terminó con un Citroën C4 negro chocado contra un árbol en Francia al 300. Tras el choque, según se reportó, huyó descartando un arma 9 milímetros en un terreno baldío. Logró escapar en dos ocasiones. Unos meses antes fueron a allanar su casa y sugestivamente se fue por los techos.
>>Leer más: Estremecedor pedido de un sicario a su mamá: "Ayudame, intername, no quiero matar más gente"
Alrededor de este joven se centró una investigación de la Fiscalía Federal 2, a cargo en ese momento del fiscal Claudio Kishimoto con asistencia del fiscal Franco Benetti. En esa pesquisa contra una banda que comercializaba drogas en Puerto Madero, Ricardone y el Cordón Industrial hubo 13 allanamientos realizados por la División Operaciones Especiales de la Policía Federal. Eber Ramos no aparecía como el líder pero se lo considera "el principal investigado" porque la pesquisa giró alrededor de sus movimientos en la venta de drogas.
Según una fuente del caso, recibía la droga del procesado Marco Gutiérrez y la vendía a través de distintas personas en la zona de San Lorenzo y alrededor. El proveedor, para la acusación, era Matías Bruzzoni, la figura más fuerte entre los procesados, que espera en prisión preventiva la elevación de la causa a juicio. En su perfil de Instagram se presentaba como representante de futbolistas de la empresa Dattas y Asociados.
El juez federal Carlos Vera Barros procesó a los acusados por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización en forma organizada, acusados de haber formado parte de una organización criminal destinada a traficar con estupefacientes al menos desde febrero de 2021. El caso cobró notoriedad en 2022 a partir de escuchas a Martín Caffeína, implicado como un eslabón más bajo, quien le rogaba a su madre que lo internara porque estaba cansado de matar para sostener su adicción.
“Ese pibe tenía un perfil más de transa. Ya le habían baleado varias veces la casa”, agregaron, en referencia a Ramos, vecinos del barrio Posta que hablaron el sábado con este diario. En cuanto a las restantes víctimas, sus allegados y los clubes deportivos a los que estaban vinculados expresaron sus condolencias en redes sociales.
“Con profundo dolor y pesar, el club Barrio Quinta comunica la partida de Santi Ochoa, jugador de primera división del club. Es inexplicable tu partida”, publicó la institución donde jugaba el joven oriundo de Capitán Bermúdez, hincha de River y a quien los mensajes describían como “un buen pibe”. La Unión Vecinal y Deportiva Sargento Cabral, donde juega al fútbol uno de sus dos hijos, despidió en tanto a Emiliano Saucedo, de 31 años y domiciliado en Fray Luis Beltrán.