Las entrañas de las resoluciones judiciales suelen esconder relatos que puedan conmover, aunque muchas de esas historias provengan del costado del mostrador donde no hay mañana. En el procesamiento a cuatro personas acusadas de integrar una banda que comercializaba drogas en Puerto Madero (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), el Cordón Industrial del norte rosarino y la localidad de Ricardone, quedó expuesta la historia de Nicolás Martín Caffeína, un pibe de 21 años con severos problemas de adicción investigado como sicario y vendedor de drogas por la Justicia Federal. En un audio quedó reflejado el pedido del joven a su madre para que lo internara para dejar de “matar más gente”. “Por favor ayudame… hoy estoy tranquilo; mañana me agarra la desesperación y… no quiero matar más gente”, le dijo el pibe a su madre en una escucha judicializada. Del otro lado la madre, una referente del área del Área de Desarrollo Social de Ricardone, un pueblo de poco menos de 5 mil habitantes en el departamento San Lorenzo, le ofreció continuar con el negocio: “Vamos embolsarla nosotros. Con vos pila”. Por eso, ayer algunos habitantes de la población se movilizaron hasta la puerta de la Comuna para pedir la renuncia de la mujer y de otros posibles vinculados a la causa.
El 5 de mayo efectivos de la División Operaciones Federales dependiente de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina (PFA) bajo las órdenes del fiscal federal Claudio Kishimoto realizaron 24 allanamientos en Rosario, Capitán Bermúdez, San Lorenzo, Ricardone, Fray Luis Beltrán, Puerto Gaboto y en el porteño barrio de Puerto Madero todo lo que arrojó la demora de ocho hombres y tres mujeres y el secuestro de alrededor de un kilo de marihuana, más de 30 dosis de cocaína, 465.900 pesos, 200 dólares, 22 cartuchos de escopeta calibre 16, seis autos, cuatro motos, cinco balanzas de precisión y 15 teléfonos celulares. En Rosario, uno de los lugares allanados, fue la comisaría 32ª con la orden de secuestrar documentación.
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De los demorados, cuatro terminaron presos y finalmente procesados por el juez federal Carlos Vera Barros como sospechosos de haber formado parte de una organización criminal destinada a traficar con estupefacientes al menos desde febrero de 2021. Otras siete personas, según la pesquisa, están prófugas. Los procesados como coautores de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización en forma organizada son Matías B., un hombre que en su perfil de Instagram se presentaba como representante de futbolistas de la empresa Dattas y Asociados; Brenda Micaela R., hermana del sindicado como cabecilla de la banda; Nicolás Caffeína, descripto como la mano derecha del jefe de la banda; y Joaquín Manuel V., quien, según la acusación, vendía para la organización.
Historia y angustia
Si bien Nicolás Caffeína no es más que un eslabón de la organización puesta bajo la lupa, una serie de escuchas judicializadas con su madre provocaron el asombro de los investigadores. Sobre este pibe de 21 años la acusación indicó que “conocía y participaba de las maniobras ilícitas” del cabecilla de la banda y su interacción con Martín B., el supuesto agente de futbolistas, y uno de los diálogos con su madre e interceptados por la Justicia podría ser parte de la canción “Mirá mamá” del músico freestyler WOS. En esa escucha, grabada el 19 de octubre pasado, la madre de Caffeína le planteó a su hijo montar un punto de venta de drogas bajo la tapadera de una pescadería. “Hacemos una pescadería de pantalla boludo. Vamos embolsarla nosotros. Con vos pila… hacemos cualquier cosa los dos negro”, dice la mujer según la transcripción de la llamada.
Nico responde con la desesperación del que está al límite del precipicio. “No intername Ma… Intername… Intername, porque estoy a punto de hacer cualquier cosa. Hoy estoy tranquilo y mañana me agarra la locura y para tener plata… Hago lo que hice el viernes… Y no quiero…”, respondió Nico. “Por favor ayudame… Hoy estoy tranquilo, mañana me agarra la desesperación. Y no quiero matar más gente. No quiero matar más”, dijo el pibe. “No Ma. Porque yo mañana estoy tranquilo ¿viste? Y me agarra la locura a la noche. Y no puede ser… El viernes fui a matar uno por 30 mil pesos Mami. ¿Me entendés? Y lo tengo que hacer porque estoy tirado. No quiero matar mas gente, Mami. Me pudrí de matar gente… No quiero saber mas nada de boletear gente. Nada por 2.50. Intername. Intername ahí estoy tranquilo. Mañana me agarra la desesperación. Por 30 lucas. Mami, boletié una persona que no sabia quien era”, dijo angustiado Nico. Luego la madre esgrimió un discurso contención que fue cortado por Nico: “Les doy 24 horas. Me internas o esta noche me voy a la jefatura y le digo a quien mate este fin de semana”. La madre de Nico está mencionada en la investigación, pero no fue detenida.
Después del diálogo telefónico en cuestión, Caffeína tuvo una mejora considerable mejoría en su forma de vida. En marzo de 2002 compró un Volkswagen Bora. Y en otra escucha judicializada pudo escucharse una charla en la que le contó a su novia que le debían cuatro millones de pesos, que los investigadores estiman es por la venta de drogas. Este martes a partir de las 18, vecinos de Ricardone se convocaron en la plaza central y marcharon hacia la comuna para pedir explicaciones y exigir renuncias de los involucrados en esta causa.