Una discusión por cuestiones de tránsito terminó con un hombre baleado y finalmente asesinado con un tiro de remate en el suelo. Así de atroz fue la secuencia que relataron los vecinos del barrio Toba del sudoeste de Rosario sobre el crimen de Jonatan Rodríguez, un vendedor ambulante de 35 años que vivía en la zona. El sospechoso fue identificado por la Justicia, pero está prófugo tras lograr escapar.
El pasaje 1847 al 6300 es una calle que, además de angosta, está pegada sobre las viviendas por la falta de veredas. Apenas un margen de tierra de un metro de ancho permite a los vecinos hacerse a un lado si pasa un auto. Con esa costumbre, una suerte de código barrial es bajar la velocidad de los vehículos al pasar por el lugar, sobre todo cuando hay chicos en la vía pública. Una falta a ese acuerdo fue, según se investiga, el desencadenante del asesinato de Rodríguez.
Cerca de las 21 del domingo, el hombre vio pasar a toda velocidad un Chevrolet Corsa negro que frenó de golpe sobre la boca de un pasillo. Allí, Rodríguez les pidió que circularan más despacio, lo que provocó una reacción violenta del conductor del auto y su acompañante. La discusión pasó a una pelea a golpes de puño y luego llegaron los tiros: testigos vieron que, de repente, quien manejaba el Corsa tenía un arma en la mano y comenzaba a dispararle a Rodríguez.
Cuando la víctima cayó, un tiro de gracia fue el punto final luego del cual los agresores escaparon a las corridas. Los vecinos intentaron retenerlos pero no lo lograron, por lo cual se abalanzaron contra el Corsa que había quedado abandonado y fue blanco de una descarga de furia.
Triste final de un laburante
Jonatan Rodríguez era un vecino conocido y querido en la cuadra donde lo mataron. Se dedicaba a la fabricación de panificados y prepizzas que luego vendía en los comercios de la zona. Este lunes por la mañana una comerciante contó a La Capital que justamente tenía agendado un encargo que le había hecho a Rodríguez.
Entre lamentos y bronca, la mujer avaló el reclamo que el muchacho había hecho a sus agresores. "Ayer estaba lindo a la noche, yo estaba tomando mates en la puerta y estaba lleno de chicos. Es un peligro que pasen autos tan rápido", aseguró. También se mostró sorprendida por la reacción del homicida, a quien conocen en el barrio. "Es una persona tranquila, nunca le conocí algún problema. Pero ayer estaba borracho", contó la vecina.
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La hipótesis que maneja la Fiscalía es similar a la mencionada por los vecinos pero con el agregado de que la víctima fue rematada en el suelo. Los peritos de la Policía de Investigaciones (PDI) hallaron tres vainas calibre 9 milímetros y constataron que la víctima, que había fallecido en el lugar, tenía al menos 7 heridas de arma de fuego.
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Foto: Sebastián Suarez Meccia
La investigación a cargo del fiscal Patricio Saldutti se encamina en encontrar al sospechoso, que fue identificado y se mantiene prófugo. Se trata de un hombre con domicilio en Pérez pero que tiene allegados en la zona donde ocurrió el crimen. En ese sentido este lunes la policía hizo presencia con varios móviles que patrullaron la zona.
También intentarán determinar la participación que tuvo en el hecho el acompañante del sospechoso, que no fue identificado porque en principio los testigos no lo tenían de vista. La Fiscalía busca establecer si fue quien le alcanzó el arma al homicida.
Una mujer en problemas
La reacción de los vecinos no se centró solo en la agresión al auto que los agresores habían dejado abandonados. También increparon a una mujer de 30 años, identificada como la pareja del principal sospechoso.
La policía, al llegar al lugar, se encontraron con esa escena a metros del cadáver de Rodríguez. La mujer fue puesta en resguardo ante la bronca vecinal y luego le entregó a los agentes algunos documentos de su pareja.
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La convivencia vecinal en ese sector del barrio Toba tiene sus vaivenes por distintos motivos, según contaron a La Capital los residentes de la zona. "Acá siempre hay problemas, no siempre se llega a los tiros como ayer. Pero estamos acostumbrados a las peleas y los robos", contó una vecina.
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Foto: Sebastián Suarez Meccia
Además de la violencia urbana, que puede tener distintos desencadenantes, los vecinos conviven con una problemática ambiental relacionada al crecimiento de la contaminación en el espacio público. A metros de donde ocurrió el crimen de Rodríguez hay un basural que crece de tamaño con el tiempo.
"Ya nos cansamos de reclamar a la Municipalidad y nunca vienen. Pero acá la gente también tiene la culpa, porque no caminan hasta el volquete, entonces tiran la basura acá", protestó una mujer. Cuando La Capital se retiraba del lugar una discusión por ese tema motivó un cruce de palabras entre vecinos, pero esta vez no pasó a mayores.