Por Pablo Mihal
¿Cómo recibiste la noticia de la capitanía del seleccionado mayor de Rosario justo en el 90º aniversario de la URR?
No sabía nada. En la charla de presentación Fernando Bilbao (head coach del seleccionado) lo anunció y me sorprendió. No estaban ni Pedro Imhoff ni Felipe Tellería, quienes habían sido los capitanes el año pasado, pero ni me imaginé que me iban a designar a mí. En un principio quedé frío, pero después lo asumí con la responsabilidad que la designación requiere. Por eso quiero agradecerle al staff por su confianza, a mis compañeros por la paciencia y a mi familia, porque sin ellos nada sería posible.
¿Pensaste que se iba a dar un partido como el que se dio?
Sinceramente no, creí que iba a ser parecido al que jugamos el año pasado. Ahora tuvimos solamente dos prácticas pero el equipo siempre mostró muchas ganas. No nos esperábamos un partido así, de haber sacado una gran diferencia como la que sacamos. Te diría que me sorprendió para bien. El equipo jugó bien y la calidad de los jugadores también influyó. Fuimos un equipo serio, que tomamos el partido más como un test match que como un amistoso para llenar una fecha vacía. Hubo mucha actitud, a punto tal que cuando éramos tres menos por las amarillas no se notó. Si bien la vimos oscura, pudimos controlarlo. Confiamos en el plan de juego, le pusimos ganas y todo salió bien.
Ya tenés más de un año en la primera de Duendes. ¿Cómo ves al equipo?
Duendes se está armando. En relación al equipo del año pasado somos los mismos, no hubo bajas importantes, y en cuanto al juego creo que en esta primera fase fuimos de menor a mayor. Intentamos incorporar algunas cosas nuevas y al principio se nos complicó, algo que se reflejó en algunos resultados: perdimos con CRAI y Santa Fe. Después las fuimos ajustando y creo que hoy estamos en un buen nivel, aunque siempre se puede mejorar.
Venían de siete titulos consecutivos y de golpe de cortó. ¿Hoy la vuelta olímpica es una obligación?
Esta camada es nueva y tiene que escribir su propia historia. Salvo Nannini, Miralles, Prieto, Pedro Imhoff y alguno más que me puedo estar olvidando, que vivieron esa linda época del club, el resto somos pibes que no podemos vivir de lo que pasó. Lo hablamos y sabemos que tenemos que hacer lo nuestro, más después de la final que perdimos el año pasado.
Fue un golpe duro.
Sí, pero sobre todo por la forma en que se dio. Esa derrota nos sirvió de experiencia. De los errores se aprende más que de las victorias pero hubiese estado bueno ganar. Creo que no vamos a cometer los mismos errores.
¿Qué análisis hacés de la primera fase del Regional?
Fue mucho más pareja que otros años. Los equipos se están equiparando de a poco. Nosotros empezamos dándole rodaje a muchos compañeros míos en juveniles para tener más recambio y eso, quieras o no, se nota, como se distingue también que han mejorado y se acoplaron mejor al equipo. En el juego pienso que en defensa estamos bien pero tratamos de mejorar en el ataque.
¿Cómo ves a Duendes para la Zona Campeonato?
Después de las dos derrotas consecutivas que sufrimos, al equipo se lo notó más sólido y con más ganas, tratando de no repetir los mismos errores. Esos dos partidos nos sirvió para darnos cuenta de que no nos sobra nada y que si seguíamos así corríamos el riesgo de repetir lo del año pasado y eso no lo queremos. Ahora la cosa será mucho más pareja. Si te relajás un segundo cualquier equipo te gana. Los errores son imperdonables y cada partido es una final... no podés especular. Son siete finales y arrancamos todos de cero. El objetivo es estar dentro de los cuatro semifinalistas, después veremos.
Duendes siempre se caracterizó por tener en la tercera línea nombres de peso. ¿Cómo vivís eso?
Cuando me puse a pensar quiénes habían jugado en mi puesto antes que yo, no te digo que no sentí presión, pero es algo que se disfruta mucho. Tener gente en los últimos años como José Basso o Nicolás Galatro es tener la vara alta y eso está bueno.
Cuál es tu sueño?
Te diría que el que sueña cualquier jugador... jugar en Los Pumas y salir campeón con mi club. Por ahí siento que estar en el seleccionado es un sueño más lejano. El otro lo veo más cerca. Igual no me gusta volar.