Que Newell's transita un complicado momento desde lo futbolístico es algo palpable, no sorprende y hace tiempo ha generado un fastidio pormenorizado entre los leprosos. Pero a este problema hay otro también de suma importancia que hace tambalear la vida institucional de la entidad y que despierta una serie de interrogantes hasta ahora no aclarados del todo. La ola de renuncias de dirigentes de los últimos meses parece no detenerse y no surgieron explicaciones claras de lo que sucede puertas adentro. La última en pegar el portazo fue la vocal Silvia Bossio tras una bandera que fue desplegada en la puerta del Coloso en la marcha de hinchas del martes. Según trascendió, habría un intento para que revierta su determinación.
Bossio, quien era vocal suplente y en julio había pasado a ser titular tras la renuncia de un compañero, fue tildada de hincha de Central y negó tener algo que ver con la venta de protocolos. Pero tiró una frase que dejó en claro que existe una cuestión interna de difícil resolución. "Yo nunca vendí protocolos ni me quedé con algo del club. No viajo de arriba y cuando lo hice no rompí instalaciones ajenas”, publicó en una red social.
Ese "no rompí instalaciones ajenas" tiene que ver con los destrozos que efectuó la comitiva que estuvo en el Gigante cuando acompañó al equipo en el clásico con Central. Entonces, ¿la salida tiene que ver con el ataque con una bandera de un grupo de hinchas u otra cuestión? De todas formas, desde el club -según trascendió- intentarían que Bossio cambie su decisión y retorne a sus funciones.
Amén de lo que se percibe en la entidad del Parque, hay una realidad inocultable que viene sucediendo desde el 26 de junio. Precisamente, ese día se conocieron las renuncias de dos directivos "por cuestiones personales", un motivo que puede englobar lecturas de todo tipo. El 1º de julio Newell's hizo oficiales las dimisiones de Pablo Allegri a la vicepresidencia y de Raúl Pallotti como vocal. A la vez, se oficializaron las asunciones de Daniel Asturzzi, como vice primero, y Silvia Bossio, como vocal titular.
"Licencia" por un ataque
Estos movimientos no fueron los únicos. Surgió una renuncia por un hecho violento que motivó a que otra dirigente tomara la determinación de pegar el portazo. El viernes 26 de julio, María Fernanda Corte presentó su dimisión -licencia por tiempo indeterminado-, según trascendió por lo bajo, al cargo de vocal suplente después de sufrir un ataque en su hogar.
El frente de su casa fue baleado y, más allá de que no hubo que lamentar heridos, según fuentes policiales, se levantaron ocho vainas servidas y se detectaron cuatro disparos en el frente de la casa. El lunes siguiente el club manifestó su repudio y comunicó que Corte solicitó una licencia por tiempo indeterminado a su cargo y funciones. No obstante, se percibe una idea de no regresar a ser parte de la CD.
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“El Club Atlético Newell's repudia enfáticamente los actos de violencia, de público conocimiento, que tuvieron como victima a la señora María Fernanda Corte, vocal de la comisión directiva, su madre y su familia, el día viernes pasado por la tarde”, expresó la institución a través de sus redes sociales.
Como si fuera poco, a la situación tensa que se aprecia en Newell's se suma que un directivo cargó con dureza a algunos jugadores tras la derrota leprosa ante Central en el Gigante de Arroyito. Gustavo Beretta, vocal suplente, utilizó sus redes para pedir la renuncia de tres jugadores con duras palabras que sin dudas repercutieron en el seno del plantel.
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La situación imperante, que pasa por un momento simple, motivó a que la dirigencia convoque a distintas agrupaciones opositoras con el fin de generar ideas en conjunto para mejorar el andar futbolístico y, también, el institucional.