“¿Y cómo fue ese cambio del Juan Giménez volante central a zaguero central?

En paralelo al agradecimiento a Russo, el juvenil se acordó del DT de inferiores Alejandro Fernández, que lo llevó al puesto en el que hoy juega en primera
Por Gustavo Conti
Virginia Benedetto / La Capital
En cancha de Riestra, Juan Giménez recibe indicaciones de Russo, a quien destacó por el apoyo brindado.
“¿Y cómo fue ese cambio del Juan Giménez volante central a zaguero central?
Jugué como volante central como dos años, hasta que en una pretemporada Alejandro Fernández me agarró y me dijo que pensaba que me iba a ir mejor como zaguero porque creía que por el ritmo me estaba costando la posición de volante. Yo también entendí que podía ser lo mejor, lo acepté y por supuesto lo trabajé para mejorar día a día.
¿Lo que sos hoy se lo debés a él? ¿Se lo reconocés cada vez que te lo cruzás?
Cada vez que nos vemos lo saludo de la mejor forma porque lo respeto muchísimo porque es un gran tipo, pero sobre todo un gran técnico. El tuvo mucho que ver en este presente mío”.
Aplausos para Juan Giménez. El pibe de 18 años ponderó y agradeció de igual modo a un técnico consagrado como Miguel Ángel Russo que lo hizo debutar en primera, como a Alejandro Fernández, el entrenador más ignoto para el gran público pero con su trabajo dedicado, su mirada aguda en el día a día del crecimiento del verdadero capital de los clubes, como en este caso Central, apuntó un defecto y una cualidad, para que hoy Juan Giménez sea lo que es. Un gran proyecto, uno nuevo, de las inferiores de Central, que además tuvo su bautismo goleador aunque en su función no sea eso lo primordial.
Y en ese reconocimiento de Giménez a Fernández, que más que hijo del recordado Nene Fernández hace rato trabaja en unas inferiores canallas que vienen nutriendo la primera división como tantos otros en su condición, emerge una justa valoración.
Para Fernández y para todos los que, como él, cumplen una labor fundamental en un club formador como Central, como Newell's y tantos otros, nada los enaltece más que cuando un jugador al fin llega a primera y se destaque, no olvide quienes lo formaron.
En estos tiempos que desde el mismo poder tratan de mutar en SAD a los clubes, que son y serán siempre de sus socios, el reconocimiento de Giménez habla además de que el fin social que cumplen las instituciones deportivas pueden cohabitar perfectamente con la rentabilidad necesaria para sostenerlas e invertir en mayores opciones para quienes las integran.
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Los clubes no son un negocio, necesitan buenas administraciones. Necesitan, lo dicho, potenciar su capital que son los jugadores. Lo dejó ver claramente Giménez cuando dijo simplemente que fue Fernández el que lo reubicó en la cancha para potenciarlo. Bien por él, que con sus jovencísimos 18 años, supo mostrar cómo funcionan este tipo de instituciones. Que más que mecenas que puedan invertir y si no les va bien se tomen el raje, precisa de gente que, además de por supuesto hacerlo por el sustento necesario, tienen amor por el club y capacidad para un trabajo fundamental como es el de las inferiores. Aunque no sea vea como en primera.
Un acto de Justicia de un pibe. Ni más ni menos.


