Fue tan intenso el mes de setiembre, con Franco Colapinto completando sus primeros tres GP de Fórmula 1, que se hizo un hueco enorme hasta que la máxima categoría mundial vuelva a acelerar en Austin el viernes 18 de este octubre.
Todo el mundo siguió hablando de Franco Colapinto y se dieron movimientos que pueden vincularse a su futuro en la Fórmula 1. Desde Austin no debe aflojar.
Por Gustavo Conti
Fue tan intenso el mes de setiembre, con Franco Colapinto completando sus primeros tres GP de Fórmula 1, que se hizo un hueco enorme hasta que la máxima categoría mundial vuelva a acelerar en Austin el viernes 18 de este octubre.
Pero a partir de ahí volverá la vorágine, ya que serán tres carreras seguidas y todas en América. A la semana siguiente de Austin, los Hermanos Rodríguez estarán a full para el Gran Premio de México y a la siguiente será San Pablo, en Interlagos, el que seguramente albergará la mayor cantidad de público argentino que se recuerde desde los tiempos de Carlos Alberto Reutemann.
Y en el medio de este impasse, los rumores y los espacios dedicados al pilarense estuvieron a la orden del día . La conclusión es obvia: ladran Sancho, señal que cabalgamos.
Es que si se habló tanto del 2025 para Colapinto es porque en ese setiembre el argentino impresionó en serio a todo el circo de la Fórmula Uno. Todo el mundo habló de él.
Sobre todo los personajes de peso internacionales, más que los opinadores locales, que son los que más cuentan a la hora de trazarse un panorama claro de lo que logró en solo tres carreras.
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En Williams ni hablar. Los elogios fueron desde el jefe de equipo James Volwes, hasta el propio compañero de equipo Alex Albon, el que ya dejó ver que toma a Colapinto en serio, como un rival como no tuvo desde que llegó al team inglés.
Pero fueron otros los que más alimentaron la esperanza de que en 2025 el argentino siga en Fórmula Uno. Y partieron más que nada del equipo que ganó la Copa de Constructores de los últimos años, Red Bull, en boca de Christian Horner, el jefe, y Helmut Marko, el asesor de más peso.
Esos elogios no fueron casuales, nunca lo es en la F-1, y alientan la expectativa que realmente lo estén considerando a Colapinto. No por nada, bajaron a Daniel Ricciardo de su equipo bis, el RB, para ya sentarlo al neocelandés Liam Lawson, del que siempre se dijo que tenía la butaca asegurada para el año próximo.
No será así y no caben dudas de que Lawson estará a prueba hasta fin de año, midiéndose con un irregular compañero como lo es Yuki Tsunoda, muy fuerte en clasificación pero siempre pobre en carrera, y cuyo mérito principal es ser japonés, ya que Honda le provee los motores a ambos teams.
Tampoco parece casual que Sauber guarde sus cartas para definir quien acompañará a Nico Hulkenberg en el último año del equipo concebido como tal, ya que lo adquirió Audi para meterse con todo en la F-1 en 2026, cuando cambie todo el reglamento y los autos deban ser concebidos de cero.
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Sin dudas el equipo alemán tendrá un peso clave en la decisión del team suizo que en 1997 tuvo a Norberto Fontana, al que bancó muy poco.
Y en esa espera Colapinto seguirá estando bajo la lupa, sin dudas. Los seis GP que faltan, más los tres sprint sabatinos que también darán puntos, serán decisivos. Él mismo subió la vara, logró que todos hablen de él, copó con sus actuaciones y su simpatía (y desenfado) las redes sociales de la F-1 como hacía mucho no ocurría.
Nunca los sitios especializados le dedicaron tanto espacio a un novato y lo siguieron haciendo en este paréntesis. Inclusive el sitio oficial de la máxima categoría.
Colapinto en un mes hizo mucho más ruido que cualquiera y hay que, de mínima, mantenerlo. Ahora en autódromos tradicionales y que tampoco conoció nunca, después de haber sacado un sobresaliente entre las paredes de los callejeros de Bakú y Singapur.
También suma sponsors y en sus historias de Instagram ya invitó a viajar a Brasil a través de la reconocida marca de cervezas. Hay un fenómeno en verdad pocas veces visto en la F-1 y ni hablar de los argentinos en lo más empinado del deporte motor. Impensado, ideal, pero no puede sacar el pie del acelerador para que no sea solo, apenas o tanto como eso, una hermosa primavera.