A medida que pasan las fechas, Ángel Di María es un jugador cada vez más determinante para Central. El campeón del mundo es importante para el equipo no solo por lo que juega sino también por lo que genera en los rivales. Y sobre todo, por supuesto, por situaciones clave como los goles a Newell's y Boca.
Desde que llegó, Di María jugó todos los partidos que disputó el equipo de Ariel Holan. Debutó en el Gigante contra Godoy Cruz y no paró más. El último, contra Talleres, fue su noveno partido desde que regresó al club después de 18 años de jugar en los más grandes equipos de Europa.
Aunque alternó buenas y otras no tantas actuaciones, Di María ya se ganó un lugar en la historia del club por el golazo de tiro libre con el que Central le ganó el clásico a Newell's en el Gigante, y el no menos impresionante tanto olímpico que le marcó a Boca, también en Arroyito.
La jerarquía de Ángel Di María
Si algo le faltaba para entrar definitivamente en los corazones canallas, fueron esas dos acciones descomunales en las que Di María sacó a relucir toda su calidad, jerarquía y experiencia. Atributos que le sobran y que lo convirtieron en uno de los mejores jugadores de la historia en la selección argentina.
Pero en la próxima fecha del torneo Clausura, en la que Central visitará a Gimnasia en La Plata, Di María jugará por primera vez condicionado. Es que en ocho fechas acumuló cuatro tarjetas amarillas y si volvieran a amonestarlo contra el Lobo automáticamente se perdería el siguiente partido, que será nada menos que contra River.
Di María fue amonestado en su debut contra Godoy Cruz en la primera fecha del torneo Clausura por sacarse la camiseta después de marcar el 1 a 0 con un penal. Lo mismo le pasó después de la perfecta ejecución del tiro libre ante Newell's. La tercera amarilla la vio contra Boca, la primera que le mostraron por cometer una falta, y la última contra Talleres, después de un cruce verbal con un rival y con el árbitro.
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Como Malcorra y Campaz en el Apertura
Holan se encuentra así ante una perspectiva similar a la que ya había vivido en el primer semestre. Es que en el torneo Apertura, los primeros dos futbolistas en llegar a la cuarta tarjeta amarilla y quedar automáticamente en capilla fueron Ignacio Malcorra y Jaminton Campaz, en ese momento los más determinantes del equipo. Ahora vuelve a pasarle con Di María, la figura excluyente de un equipo que todavía debe remar para entrar a los playoffs y que no debe descuidar su excelente posición en la tabla anual.
Si lo amonestaran en La Plata, Di María debería cumplir una fecha de suspensión y entonces no podría jugar contra River. Este partido se disputará el 5 de octubre en el Gigante. Si quiere estar ese día contra los millonarios, deberá cuidarse mucho ante Gimnasia de no ver otra amarilla, que sería la quinta.
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