La comisión comunal de Santa Isabel encabezada por el justicialista Pablo Giorgis denunció que encontraron al asumir el 10 de diciembre de 2021 una comuna con números en rojo, no apta operativamente y con hechos francamente extraños como el llenado de piletas que realizaba la gestión anterior del radical Jorge Raverta a particulares. Al menos así lo hizo público la secretaria de gobierno comunal, Marta Pérez, quien además junto con el resto de los integrantes de la comuna denunciaron otras anomalías.
Además de una planta de personal de 200 empleados (60 efectivos y 140 contratados), dinero en caja de apenas 513 mil pesos y una deuda de más de 5.4 millones de pesos, la comisión denunció anomalías en la huerta comunal, la bloquera y la estación de reciclado de residuos.
Santa Isabel es una localidad de alrededor de 5 mil habitantes ubicada sobre la ruta provincial Nº 94, a unos 35 kilómetros de Venado Tuerto. Pertenece al departamento General López. Dicho por propios y extraños, Santa Isabel es un pueblo con una base social muy amplia y peronista.
Sin embargo fue gobernada por el radicalismo desde el año 1997 cuando en una elección histórica, el por entonces radical Juan Enrique Lombardi destrona al peronismo que venía ganando consecutivamente todas las elecciones en la que se presentaba. Lombardi estuvo diez al frente de la comuna, luego vino otro boina blanca, Mario Kovacevic y desde 2013, Jorge Raverta, quien en esta última elección no se presentó de candidato, sino que lo hizo Iván Bordón quien perdió por pocos votos a manos del peronista Pablo Giorgis.
El flamante mandatario, ex deportista que descollaba bajo los tres palos, Pablo Giorgis dijo que la idea de la gestión es trabajar con transparencia, descentralizar la gestión para que no quede en una sola mano y optimizar los recursos con los que cuenta la comuna.
Uno de los temas que van a trabajar es sobre el predio donde se ubica la planta de acopio de residuos a reciclar. “Creíamos que era algo para destacar de la gestión anterior de Jorge Raverta pero nos comimos el viaje ya que todo fue a medias. El reciclaje comenzó pero el basural sigue estando. Se inscribe en la misma línea que lo que pasó con la bloquera comunal y la huerta comunitaria”, dijo Giorgis.
Huerta comunal
Otro de los puntos de discordia con la anterior comisión comunal era la huerta comunitaria. Según el relevamiento realizado por las autoridades comunales entrantes en la que detectaron que “no hay palas para trabajar, no hay agua corriente por lo que hay que utilizar un tanque. Sólo cinco empleados hay en la huerta y tienen dos asadas y dos rastrillos. Imposible trabajar así”.
Giorgis admitió que nunca se supo que fue lo que pasó con lo recaudado en los últimos tres años en concepto de venta de verduras ni adónde fue a parar esa mercadería producida por los quinteros comunales. Para Giorgis la idea es revitalizar la huerta, dotarla de herramientas y comodidades a los trabajadores y con lo producido de verduras, dárselo a los comedores escolares e instituciones como el Centro de Jubilados.
La bloquera es otro de los puntos polémicos entre la anterior gestión y la nueva ya que según la administración actual “son cinco los empleados costeados por la comuna que laburan en condiciones inhumanas, no generan ingresos o al menos no se sabe que fue lo que paso con lo producido”.
Anomalías en la gestión del radical Jorge Raverta, quien dejó el cargo de presidente comunal el 10 de diciembre de 2021 y tras estar 8 años, son muchas y de todo tipo. Pero sin dudas el más atípico es el llenado de piletas a particulares que hacía la comuna.