La mujer, que habita en el departamento Rosario y que está internada supuestamente en Bélgica con un posible cuadro de Fiebre Hemorrágica Argentina, evoluciona favorablemente, de acuerdo a las autoridades del Ministerio de Salud provincial: "Tuvo una leve mejoría".
La mujer, de 40 años, vive en el departamento Rosario, está internada en cuidados intensivos y de acuerdo a las últimas informaciones evoluciona favorablemente. "Es oriunda de acá y había viajado para un posgrado", señaló a La Capital Sonia Martorano, secretaria de Salud del Ministerio de Salud provincial.
La enfermedad la contrajo en Argentina, puesto que ya viajó con un "síndrome febril, una faringitis", hizo escala en Europa, y cuando llegó a destino hizo "un cuadro convulsivo y la internaron y un médico tuvo la buena semiología para pensar que el cuadro podría ser de Fiebre Hemorrágica Argentina, ya que la enfermedad no existe fuera del país".
El diagnóstico fue hecho en un laboratorio de Alemania, y si bien "no hemos visto los estudios, tenemos una fuerte sospecha que se trata de esa enfermedad".
"Tuvo un cuadro muy delicado, ingresó en una coma, pero estaba mejorando. Desde Europa se comunicaron con Cancillería Argentina, ellos con el Instituto Maiztegui y a su vez ellos con el Ministerio de Salud de la provincia", contó Martorano.
La mujer habría contraído la enfermedad en el departamento Rosario, que es una zona endémica de la enfermedad, antes de viajar.
Desde el Ministerio provincial se está trabajando conjuntamente con autoridades de Cancillería Argentina, con el Instituto Maiztegui y con organismos internacionales alrededor del caso.
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Fuentes del Ministerio de Educación explicaron que, si bien se conoce de dónde es la persona, se desaconseja la difusión de estos detalles para no generar el alerta en una población específica, ya que la enfermedad es endémica en todo el territorio del sur santafesino.
La Fiebre Hemorrágica Argentina, también conocida como "mal de los rastrojos", es una enfermedad infecciosa endémica en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, sur de Córdoba, sur de Santa Fe y norte de La Pampa. La produce el virus Junín, que tiene su reservorio en roedores silvestres de la especie Calomys musculinus (conocida como laucha manchada, laucha del maíz o ratón maicero)
La transmisión a humanos se produce por inhalación de pequeñas partículas de las secreciones de roedores infectados o por contacto directo con ellos. Por eso, suelen contraerla las personas que trabajan o visitan el campo.
La Fiebre Hemorrágica empieza con fiebre, decaimiento y dolor de cabeza. Luego pueden presentarse dolores musculares, de articulaciones, detrás de los ojos, mareos, náuseas y vómitos.
Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas es importante consultar al médico. La principal forma de prevenir la enfermedad es vacunarse: la vacuna es altamente eficaz y está en el calendario oficial desde el año 2007.
En el período comprendido entre los años 2016 y 2019 hubo en total 43 casos, mientras que en el último año hubo 13 casos, tres de los cuales resultaron fatales, por eso es tan importante conocer los síntomas y tener en cuenta que hay vacuna contra esta enfermedad.
Vacunación
La vacunación es la principal forma de prevenir la Fiebre Hemorrágica Argentina, es altamente eficaz y se encuentra en el calendario oficial, y disponible en los efectores públicos del Ministerio de Salud de la Provincia.
Deben vacunarse hombres y mujeres mayores de 15 años que no hayan sido vacunados anteriormente y que residan o desarrollen actividades en las zonas del área endémica. En el caso de las mujeres, no deben estar embarazadas o amamantando, ni presentar cuadros agudos o crónicos descompensados, estar recibiendo corticoides sistémicos o presentar cuadros de inmunosupresión congénitos o adquiridos y no deben haber recibido otras vacunas y/o gammaglobulinas, cualquiera sea, en el mes previo, ni recibirlas en el mes posterior a recibir la vacuna contra la Fiebre Hemorrágica Argentina.
Otras formas de Prevención
Mantener una higiene cuidadosa, principalmente de las manos y cambio de ropas, cada vez que se hayan frecuentado zonas con roedores.
- No introducir tallos, hojas o granos en la boca.
- No acostarse sobre bolsas o en el suelo.
- Comer y dormir en habitaciones limpias.
- Usar calzado cerrado.
Mantener desmalezados los alrededores de la vivienda para evitar que las lauchas se acerquen a ella; disponer de lugares libres de maleza para los juegos de niños.
No destruir la fauna depredadores de roedores, tales como lechuzas, lechuzones, chimangos y gatos.