La organización para las fiestas de fin de año. Tema crucial para la mesa de las familias de Rosario y del mundo. Entrada, plato principal y la sobremesa se llevan las principales discusiones y más aún cuando los menús tienen que contemplar situaciones particulares de cada comensal como celiacos o diabéticos.
Budines, pan dulce, turrones y toda golosina que pueda circular en una mesa de Nochebuena o Fin de Año tiene que ser estrictamente calculado por personas no tolerante al Trigo, Avena, Cebada y Centeno (TACC) o aquellos donde el exceso de azúcar golpea directamente en la salud.
Y aunque la industria avanzó y existen góndolas para todos. Las diferencias están marcadas, en primera medida desde los precios y también desde los preparados. En este contexto, los preparativos se vuelven todo un desafío para incluir a cada uno de los integrantes de la familia.
Allí se entrecruza otra problemática: los precios y sus diferencias según el producto que se busca. En personas diabéticas es importante buscar artículos sin azúcares y sin grasas trans, que en algunos casos puede llegar a valer un 30% más que productos similares aptos para todo público. Los celiacos son los que enfrentan una situación más compleja desde la elaboración propia ya que la harina más económica ronda un 50% más, pero las de mayor calidad pueden llegar a triplicar el valor en la góndola de cualquier supermercado.
¿Cuánto cuesta armar una mesa navideña inclusiva?
La Capital realizó un relevamiento del costo de la canasta navideña en los principales supermercados de Rosario y sin contar bebidas, con o sin alcohol, ronda en los 19 mil pesos. La misma cuenta con un pan dulce, una garrapiñada, un turrón y dos budines. Cabe destacar que la Cámara de Supermercadistas de Rosario (Casar) lanzó esta semana una canasta navideña básica (incluyendo una sidra) por 5.999 pesos.
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A su vez, las personas con diabetes recorren dietéticas o buscan entre las góndolas de los supermercados. Leen las etiquetas y los apartados con la información nutricional. Los hexágonos de la Ley de Etiquetado Frontal ayudan, pero tuvieron que aprender a conocer el significado de cada renglón para evitar males mayores a la hora de consumir un producto
Así, según indicaron desde Asociación Regional de Ayuda a la persona con Diabetes (Fradi) a este medio, llegan a armar una canasta navideña con dos budines, uno sin azúcar por 3.900 pesos, y otro cero azúcar y grasas trans por 4.800 pesos, más un pan dulce promedio en 7.000 pesos, un turrón sin azúcar a 3.800 pesos y garrapiñadas de almendra sin azúcar (por 100 gramos) a 3.200 pesos. Elevando el costo de la canasta a 22.700 pesos. Un 20% más de la canasta básica y casi cuatro veces más que la oferta elaborada por Casar.
En tanto, los celiacos tienen otros recorridos. Dieticas o locales dedicados a la comida sin TACC, también sectores especiales en supermercados o almacenes de barrio. La principal problemática es el origen de los alimentos y que no exista una contaminación. Por eso, cuando encuentran sitios en los cuales confiar, son fieles clientes.
Además, armar una canasta para personas con celiaquía es mucho más caro ya que la variedad de precios no es similar a la de los productos aptos para todo público. Mientras que existe pan dulce por menos de 3.000 pesos, el más barato en un comercio especial para personas con una dieta sin TACC no baja de 4.700 pesos, mismo sentido para los budines, que aptos para todo público comienzan en 1.700 pesos y sin TACC en 3.700 pesos.
Teniendo en cuenta los precios menores de los productos sin TACC, una canasta navideña con dos budines, un pan dulce, un turrón y una garrapiñada ronda los 21 mil pesos. Al confeccionar la misma canasta con los productos con TACC más económicos, no supera los 10 mil pesos. Es decir, el doble entre una canasta apta para celiacos y otra no. Ahora bien, teniendo en cuenta la canasta de Casar, la diferencia es casi de 4 veces más.
Si la elección es por productos sin TACC de primera calidad la canasta puede superar los 28 mil pesos. Es decir, casi tres veces que una canasta no apta para celiacos y casi cinco veces más que la oferta de Casar.
¿Y la bebida? Salvo la cerveza, los celiacos pueden consumir cualquier tipo de alcohol: vino, sidra, champagne o bebidas blancas son aptos para ellos. Mientras que en los diabéticos es importante el control y evitar cualquier bebida gaseosa (con la salvedad de las “zero”) o jugos frutales.
Alternativa: elaboración propia
El principal escollo que encuentran las personas que tienen que seguir una dieta sin TACC es la posible contaminación de los alimentos. Un cuchillo que haya cortado pan y que sea utilizado en productos sin TACC echa a perder el alimento. O una pizzera que ya haya cocinado pizza con harina común deja de servir, lo mismo para un colador por donde pasaron fideos con TACC. “Cuando tenemos el diagnostico hacemos limpieza de la cocina y tenemos que cambiar toda la vajilla”, reveló a La Capital Edit Di Carlo, referente de Acela, la asociación civil que ayuda y acompaña a personas celiacas.
“Nosotros nos llevamos nuestro tupper”, aseguró. Con esa práctica evitan todo tipo de contaminación y pueden transitar estas fiestas sin mayores problemas. O bien, elaboran utilizando productos sin TACC que duplican el precio de los comunes. En el caso de las harinas también cambia la productividad porque al no tener gluten no leuda, por ende, la masa no crece como los insumos con TACC.
Por su parte, Claudia Müller presidenta de Fradi, recordó la importancia de contar las calorías para las personas con diabetes. “La famosa palma de la mano como medida, pero se puede comer poco de todo”; dijo. Además, apostó por endulzantes como la estevia, que se consigue a 3.200 pesos (contra un kilo de una primera marca de azúcar a 1.200 pesos) y dejó una recomendación: “Hay que comer ensalada antes de la cena porque las fibras evitan que suba la glucosa”.