Aquel viejo recurso que solía utilizarse en las películas y que hoy parece haber caído en desuso, realmente le ocurrió a un excursionista estadounidense con mucha mala suerte. Un hombre que recorría el el Parque Nacional Arches de Utah quedó atrapado en arenas movedizas y debió ser socorrido por un equipo de emergencias. Aunque, es justo aclararlo, el resultado de este tipo de incidentes dista mucho de los finales trágicos que muestra Hollywood: la mayoría de las personas no se hunden más abajo de la cintura en las arenas movedizas.
El parque, famoso por sus decenas de arcos naturales de arenisca, recibe más de un millón de visitantes al año, y son comunes los accidentes como caídas y golpes de calor. No suele quedar gente atrapada en arenas movedizas, aunque un par de veces ocurrió. Y ahora nuevamente.
“La arena mojada simplemente vuelve a fluir. Es como una batalla sin fin”, dijo John Marshall, quien ayudó a una mujer atrapada en arenas movedizas hace más de una década y ahora coordinó este rescate. Un excursionista experimentado atravesaba un pequeño cañón el domingo, en el segundo día de un viaje de 32 kilómetros, cuando se hundió hasta el muslo, según Marshall.
Incapaz de liberarse, el excursionista activó una baliza satelital de emergencia. Su mensaje fue enviado al personal de emergencia del condado de Grand, y Marshall recibió el reporte a las 7.15 de la mañana. “Me estaba levantando de la cama. Me quedé rascando la cabeza, pensando: ¿escuché bien? ¿Dijeron arenas movedizas?", comentó Marshall.
Se puso las botas y se reunió con un equipo que partió a bordo de vehículos todoterreno, una escalera, tablas de tracción, camillas y un dron. Poco después Marshall tuvo una vista aérea de la situación. A través de la cámara del dron vio a un guardabosques que le había lanzado una pala al hombre atrapado. Pero las arenas movedizas volvían a fluir tan pronto como el excursionista intentaba retirarlas.
El equipo de Búsqueda y Rescate del condado de Grand colocó la escalera y las tablas cerca del excursionista y lentamente liberaron su pierna. Para entonces, había estado atrapado a temperaturas por debajo del punto de congelación durante un par de horas. Los rescatistas lo calentaron hasta que pudo ponerse de pie y, eventualmente, caminar. Luego salió andando por su cuenta, incluso con su mochila al hombro, contó Marshall.
Las arenas movedizas son peligrosas, pero es un mito que la inmersión total sea el principal riesgo. “En las arenas movedizas sos extremadamente flotante. La mayoría de las personas no se hundirán más allá de la cintura", indicó Marshall, a quien puede denominarse como un experto en arenas movedizas, luego de que en 2014 ayudara a una mujer de 78 años que había quedado atrapada por más de 13 horas en ese mismo cañón, a sólo tres kilómetros de donde tuvo lugar el rescate del domingo.