Una multitud de palestinos se encontró con la muerte en medio del fuego que abrieron tropas israelíes justo en el momento en el que un convoy de ayuda con alimentos asistía en la ciudad de Gaza. En el caos que se desató en la corrida entre medio de la búsqueda de comida y la desesperación ante el ataque, un centenar de personas perdieron la vida, lo que elevó el número de muertos desde el inicio de la guerra entre Hamás e Israel a más de 30.000, según informes de funcionarios de salud.
Kamel Abu Nahel, que estaba siendo tratado por una herida de bala en el Hospital Shifa, dijo que él y otras personas fueron al punto de distribución en medio de la noche porque escucharon que habría una entrega de alimentos. Asimismo, dijo que las tropas israelíes abrieron fuego contra la multitud mientras la gente sacaba cajas de harina y productos enlatados de los camiones, lo que provocó que se dispersaran y algunos se escondieran debajo de los automóviles. Cuando cesaron los disparos, la gente volvió a los camiones y los soldados abrieron fuego nuevamente. Él recibió un disparo en la pierna y se cayó, y luego un camión le pasó por encima de la pierna mientras aceleraba.
Otro hombre entre la multitud, que sólo dio su nombre de pila, Ahmad, mientras estaba siendo tratado en un hospital por heridas de bala en el brazo y la pierna, dijo que esperó durante dos horas antes de que alguien con un carro tirado por caballos tuviera espacio para llevarlo a Shifa.
Los médicos que llegaron al lugar del derramamiento de sangre encontraron “docenas o cientos” tirados en el suelo, según Fares Afana, jefe del servicio de ambulancias del Hospital Kamal Adwan. Dijo que no había suficientes móviles para recoger a todos los muertos y heridos y que algunos estaban siendo llevados a los hospitales en carros tirados por burros.
Un convoy de 30 camiones
Oficiales militares dijeron que un convoy de 30 camiones que se dirigía antes del amanecer hacia el norte de Gaza se encontró con grandes multitudes de personas que intentaban apoderarse de la ayuda que llevaban. Decenas de palestinos murieron en la estampida y algunos fueron atropellados por los camiones cuando los conductores intentaban escapar, explicó el contralmirante Daniel Hagari, principal portavoz militar.
Israel se defendió al decir que muchos de los muertos fueron pisoteados en una estampida caótica en busca de la ayuda alimentaria y que sus tropas sólo dispararon cuando se sintieron en peligro por la multitud.
“No abrimos fuego contra quienes buscaban ayuda. Contrariamente a las acusaciones, nosotros no abrimos fuego contra un convoy de ayuda humanitaria, ni desde el aire ni desde tierra. Lo controlábamos para que pudiera llegar al norte de Gaza”, dijo Hagari.
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La violencia fue rápidamente condenada por los países árabes y el presidente estadounidense, Joe Biden, quien expresó su preocupación de que aumentaría la dificultad de negociar un alto el fuego en el conflicto de casi cinco meses.
Si bien muchos palestinos huyeron de la invasión en el norte del enclave, se cree que unos cientos de miles permanecen en la región, en gran medida devastada y aislada. Ahí donde varios envíos de ayuda llegaron a la zona en la última semana, dijeron las autoridades.
Los grupos de ayuda dicen que se volvió casi imposible entregar suministros en la mayor parte de Gaza debido a la dificultad de coordinar con el ejército israelí. Las hostilidades en curso y la alteración del orden público, con multitudes de personas desesperadas que abruman los convoy de ayuda, hacen que sucedan este tipo de descontrol de la gente.
La ONU dice que una cuarta parte de los 2,3 millones de palestinos de Gaza enfrentan esta situación de hambre y que alrededor del 80% huyó de sus hogares.
Piden pasos seguros
Arabia Saudita, Egipto y Jordania acusaron a Israel de atacar a civiles en el incidente. En declaraciones separadas, pidieron mayores pasos seguros para la ayuda humanitaria. También instaron a la comunidad internacional a tomar medidas decisivas para presionar a Israel para que respete el derecho internacional y llegue a un acuerdo para un alto el fuego inmediato.
La creciente alarma por el hambre en Gaza hizo que crecieran los llamados internacionales a un alto el fuego, y Estados Unidos, Egipto y Qatar están trabajando para asegurar un acuerdo entre Israel y Hamás para decretar una pausa en el combate y la liberación de algunos de los rehenes que Hamás tomó durante su ataque del 7 de octubre.
Los mediadores esperan llegar a un acuerdo antes de que comience el mes sagrado musulmán del Ramadán, alrededor del 10 de marzo. Pero hasta ahora, Israel y Hamás se mantuvieron muy distanciados en público en cuanto a sus demandas.
“La esperanza es eterna”, dijo Biden a los periodistas. “Estuve hablando por teléfono con gente de la región. Probablemente no para el próximo lunes, pero tengo esperanzas”.
En tanto, condenando el ataque de este jueves, Hamás dijo que no permitiría que las negociaciones “sigan tapando las cosas como para que el enemigo continúe con sus crímenes”.
Un mes después
La violencia se produjo más de un mes después de que testigos y funcionarios de salud en Gaza acusaran a las tropas israelíes de disparar contra una distribución de ayuda anterior en la ciudad de Gaza, matando al menos a 20 personas.
El Dr. Mohammed Salha, director interino del Hospital Al-Awda, dijo que la instalación recibió 161 pacientes heridos, la mayoría de los cuales parecían haber recibido disparos. Dijo que el hospital sólo puede realizar las cirugías más esenciales porque se está quedando sin combustible para alimentar los generadores de emergencia.
El Ministerio de Salud dijo que el número de muertos palestinos a causa de la guerra aumentó a 30.035, con otros 70.457 heridos. La agencia no diferencia entre civiles y combatientes en sus cifras, pero dice que las mujeres y los niños representan alrededor de dos tercios de los muertos.
El ataque de Hamás al sur de Israel que desató la guerra mató a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y los militantes tomaron alrededor de 250 rehenes. Hamás y otros militantes todavía mantienen alrededor de 100 rehenes y los restos de unos 30 más, después de liberar a la mayoría de los otros cautivos durante un alto el fuego en noviembre.
La violencia también aumentó en Cisjordania desde el 7 de octubre. Un atacante disparó y mató a dos israelíes en una gasolinera en el asentamiento de Eli el jueves, según el ejército israelí. El atacante murió, dijo el ejército.
Mientras tanto, funcionarios de la ONU advirtieron de más víctimas masivas si Israel cumple sus promesas de atacar la ciudad más meridional de Rafah, donde se refugió más de la mitad de la población de Gaza, de 2,3 millones. También dicen que una ofensiva ahí podría diezmar lo que queda de las operaciones de ayuda.
Se cree que cientos de miles de palestinos permanecen en el norte de Gaza a pesar de las órdenes israelíes de evacuar la zona en octubre, y muchos se vieron obligados a comer forraje para animales para sobrevivir. La ONU dice que 1 de cada 6 niños menores de 2 años en el norte sufre desnutrición aguda y emaciación.
Cogat, el organismo militar israelí a cargo de los asuntos civiles palestinos, dijo que alrededor de 50 camiones de ayuda entraron al norte de Gaza durante esta semana. No estaba claro quién entregó la ayuda. Algunos países recurrieron a lanzamientos aéreos en los últimos días.
El Programa Mundial de Alimentos dijo a principios de este mes que estaba deteniendo las entregas al norte debido al creciente caos, después de que palestinos desesperados vaciaran un convoy mientras estaba en camino.
Desde que lanzó su asalto a Gaza, tras el ataque de Hamas el 7 de octubre, Israel prohibió la entrada de alimentos, agua, medicinas y otros suministros, excepto un hilo de ayuda que ingresa al sur desde Egipto, por el cruce de Rafah y el cruce israelí de Kerem Shalom. A pesar de los llamados internacionales para permitir la entrada de más ayuda, el número de camiones de suministros es mucho menor que los 500 que llegaban diariamente antes de la guerra.