Rusia firmó el viernes un acuerdo para desbloquear los puertos de Ucrania para que esta pudiera finalmente exportar sus cereales, pero al día siguiente, este sábado, bombardeó con misiles a la principal terminal de granos de Ucrania, en Odesa. Al menos dos misiles pesados Kalibr cayeron sobre las instalaciones portuarias de la ciudad sobre el Mar Negro, mientras otros dos cohetes fueron interceptados por la defensa antiaérea ucraniana. Con esta agresión, y cuando aún estaban frescas las imágenes de los dos ministros, uno ruso y otro ucraniano, que firmaron el acuerdo para liberar los puertos ucranianos del bloqueo ruso, Vladimir Putin envió un mensaje tan violento como claro: el acuerdo firmado bajo auspicio de Naciones Unidas vale muy poco. Y el abastecimiento de cereales a Africa y otras regiones necesitadas con urgencia de alimentos se mantiene en duda, como lo estaba antes de la firma en Turquía.
A menos de 24 horas de que Kiev y Moscú firmaran en Estambul el pacto auspiciado por Turquía y Naciones Unidas por el que se comprometen a respetar corredores navales seguros para la exportación del grano ucraniano bloqueado en sus puertos por la marina rusa desde la invasión lanzada por Putin el 24 de febrero, 4 misiles pesados Kalibr cayeron sobre la gran ciudad portuaria ucraniana. Dos golpearon sus objetivos mientras que otros dos estallaron sobre la ciudad, abatidos por la defensa antiaérea.
Odesa, a orillas del Mar Negro, constituye la principal salida por vía marítima de las exportaciones ucranianas, especialmente de cereales, de los que el país era el cuarto exportador mundial antes de la guerra iniciada por Vladímir Putin. Al menos 22 millones de toneladas de granos ucranianos esperan en puertos y silos a que se liberen los puertos. El viernes el mundo se felicitó por el pacto firmado por el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, y el titular de Infraestructura de Ucrania, Oleksander Kubrakov, ante la mirada atenta del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aseguró que el bombardeo ruso de Odesa demuestra que “no importa lo que Rusia diga y prometa. Siempre rompe sus promesas”. A pesar de ello, su gobierno continúa con los preparativos para sacar el grano y recalca que el Kremlin no logrará que el convenio descarrile por completo. Moscú no comentó el bombardeo, pero según el ministro turco de Defensa, Hulusi Akar, Rusia dice “no tener absolutamente nada que ver” con el suceso. Una negativa absurda, dado que los únicos en condiciones de lanzar una salva de misiles Kalibr son los rusos.
Con la firma de Rusia
Los misiles de larga distancia y de alta precisión Kalibr son una “firma” rusa del bombardeo. Dos fueron derribados sobre Odesa por las fuerzas de defensa aérea y dos alcanzaron infraestructuras del gran puerto ucraniano. Una ciudadana de Odesa ha filmado cómo las baterías antiaéreas interceptaban dos de los misiles Kalibr. Las autoridades ucranias no han precisado los daños provocados por la agresión rusa, pero fuentes locales citadas por The Wall Street Journal aseguran que fueron destruidos un andén de descarga de grano y un almacén o silo. O sea, precisamente la infraestructura que Ucrania necesita para poder hacer realidad sus exportaciones de trigo y otros cereales. El Ministerio de Agricultura ucraniano confirmó que en el puerto había silos cargados con miles de toneladas de cereales listas para ser embarcadas.
El portavoz del Ministerio de Exteriores ucraniano, Oleg Nikolenko, recalcó que Moscú socava sus compromisos apenas firmados ante la ONU y Turquía: “Rusia asumirá toda la responsabilidad por la crisis alimentaria mundial”.
Por su parte, el ministro de Infraestructura, Oleksander Kubrakov, quien selló el acuerdo en Estambul por parte ucraniana, aseguró que el bombardeo contra Odesa no logrará romper el pacto y que Kiev continúa con los “preparativos técnicos” para sacar el grano de este puerto y otros.
Volodimir Dubovik, director del Centro de Estudios Internacionales (CIS) de Odesa, considera que sería un error que Ucrania renunciara al acuerdo invocando la agresión rusa contra su puerto: “Debe quedar claro que si el acuerdo no funciona, no es por culpa de Ucrania. Además, el país lo necesita, necesita encontrar formas de exportar. Lo que seguro que sucederá es que las empresas [navieras] serán más reacias a operar en la zona”, explicó el director del CIS. “Aumentará la impresión de que es una zona insegura”, algo que incidirá en los seguros de los embarques.
Dubovik cree que una posible explicación para esta agresión es que el Kremlin quiere demostrar que “continúa siendo capaz de atacar a Ucrania en cualquier lugar”. El experto apunta también la posibilidad de que Moscú envíe así un mensaje a Kiev para que evite una contraofensiva en los territorios del Mar Negro que Rusia ocupado desde el inicio de la guerra, y se abstenga de realizar acciones militares contra las posiciones rusas en Crimea.
Repudio internacional
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha expresado una condena “inequívoca” del ataque. El máximo responsable de la diplomacia europea, Josep Borrell, también lo ha censurado: “La UE condena enérgicamente el ataque ruso con misiles contra el puerto de Odesa. Golpear un objetivo crucial para la exportación de grano, un día después de firmarse el acuerdo de Estambul, es particularmente reprochable y de nuevo demuestra el completo desdén de Rusia por el derecho Internacional y sus compromisos”. Mientras, la embajadora de Estados Unidos en Ucrania, Bridget A. Brink, lo ha calificado de “ataque inaceptable” y ha denunciado que Rusia “continúa utilizando los alimentos como arma”.
El bombardeo ocurre, además, la víspera de que el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, inicie una gira por Africa, donde varios países abrazan la retórica del Kremlin de que la culpa de la crisis alimentaria es de las sanciones de Occidente a Rusia, y no por el bloqueo de cereales ucranianos de Rusia ni la reducción de exportaciones de grano y fertilizantes rusos ordenada por Moscú.
Momento de debilidad militar
Los misiles han llegado a Odesa cuando fuentes de inteligencia occidentales y analistas especializados señalan que las fuerzas del Kremlin están perdiendo potencia en el este de Ucrania y se han colocado en posiciones defensivas en las zonas ocupadas del sur, al este de Odesa y de la península de Crimea, ocupada por Rusia desde 2014.
El presidente ucraniano Volodimir Zelensky afirmó que las fuerzas armadas ucranianas avanzan paso a paso en la región sureña de Kherson, vecina a la ocupada península de Crimea. “En cierto modo”, afirma Zelensky, “este día es similar a todos los anteriores: siguen los cohetes, los intensos combates en muchas zonas, en Donbas, en la región de Kharkiv, siguen los bombardeos. Pero, por lo demás, este día demuestra lo mucho que hemos avanzado hacia nuestra victoria. Ya llegará. En primer lugar, podemos decir ahora sobre la región de Kherson que los ocupantes han tratado de ganar un punto de apoyo allí. Pero las fuerzas armadas de Ucrania están avanzando paso a paso por toda la región”.
De hecho, las tropas rusas han pasado a posiciones defensivas en todo el frente ucraniano salvo en el limitado sector del Donbas, donde las operaciones se limitan a pocos kilómetros de frente. El desgaste llega incluso a la artillería rusa, que ha debido disminuir su ritmo de bombardeos diarios en Donbas.