Las tropas rusas trataron este martes de rodear a las fuerzas ucranianas que “siguen resistiendo” en Severodonetsk, ciudad estratégica del este que se convirtió en epicentro de los combates y donde el Kremlin anunció la apertura de un corredor humanitario para evacuar a aproximadamente 500 civiles atrincherados en una fábrica química.
Esta localidad industrial, que antes de la guerra tenía 100 mil habitantes, así como su vecina Lisichansk, se encuentran desde hace semanas bajo el fuego de las tropas enviadas por Moscú. Su caída significaría la pérdida del último reducto que controla Kiev en Lugansk, una de las dos regiones que junto a Donetsk conforman la cuenca minera del Donbass, región que maneja parcialmente fuerzas separatistas prorrusas desde 2014.
El ejército ruso anunció que organizará mañana un corredor humanitario para los civiles atrincherados en la fábrica química de Azot, de Severodonetsk, y que los evacuados serán transportados a la región separatista prorrusa de Lugansk.
La ONU dijo que está tratando con ambas partes la posibilidad de apoyar la evacuación, como ya hizo en colaboración con la Cruz Roja en el caso de la acería Azovstal de Mariupol, en el sureste de Ucrania.
“Seguimos trabajando con nuestros socios y en contacto con las partes para prepararnos para dar asistencia una vez que la situación de seguridad lo permita”, dijo en su conferencia de prensa diaria el portavoz de la organización Stéphane Dujarric.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aseguró que el costo humano de esta batalla “es muy alto, simplemente aterrador”, pero se mostró confiado un vuelco de la situación si recibe más armas occidentales.
Estados Unidos ya empezó a entregar armas pesadas a Ucrania. El secretario norteamericano de Defensa, Lloyd Austin, presidirá mañana una reunión en Bruselas del Grupo de Contacto para Ucrania donde se discutirá una posible aceleración de las entregas.
Kiev recibió de sus aliados occidentales apenas “un 10% de las armas” que precisa para enfrentar la invasión rusa, afirmó hoy la viceministra de Defensa ucraniana, Anna Maliar, y exhortó a los países a definir “plazos claros” para las entregas de armamento.
“Hemos recibido un 10% del armamento que indicamos necesitar. Por muchos esfuerzos que haga Ucrania y por muy profesional que sea nuestro ejército, sin la ayuda de nuestros socios occidentales no podremos ganar esta guerra”, declaró Maliar a la televisión ucraniana, informó la agencia de noticias AFP.
Para Rusia, controlar Severodonetsk allanaría el camino para hacerse con otra gran ciudad del Donbass, Kramatorsk, una etapa importante para conquistar toda esta región.
El gobernador de Lugansk, Serguei Gaidai, afirmó que los rusos “intentan rodear” a los ucranianos en Severodonetsk y Lisichansk, así como en las localidades cercanas de Pryvillya y Borivske. Según Gaidai, los rusos recibieron el refuerzo de “dos grupos de batallones tácticos”.
“La situación es extremadamente grave”, añadió el gobernador, que admitió que las tropas ucranianas habían sido expulsadas del centro de Severodonetsk.