La disputa de poder creciente en Bolivia entre el presidente Luis Arce y su antecesor, Evo Morales, podría terminar en una histórica ruptura antes de las elecciones presidenciales de 2025.
La disputa de poder creciente en Bolivia entre el presidente Luis Arce y su antecesor, Evo Morales, podría terminar en una histórica ruptura antes de las elecciones presidenciales de 2025.
Morales, primer presidente indígena a lo largo de tres mandatos, desde 2006 a 2019, anunció esta semana que lanzará su candidatura para un nuevo ejercicio mientras que a Arce, ministro de Economía hasta 2017 y su sucesor, aún le restan dos años al frente del gobierno del partido que los aglutina a ambos, el Movimiento al Socialismo (MAS).
“Me han convencido, voy a ser candidato, me han obligado, la gente quiere”, dijo el expresidente Morales el domingo pasado a pocos días del congreso del MAS del 3 de octubre, al que está previsto que solo asistan sus seguidores.
Este miércoles Evo Morales escaló sus críticas al sector partidario que se referencia en Arce, al que acusó de intentar “descabezar al movimiento indígena y popular” y de avanzar en el armado de una nueva fuerza para las candidaturas de 2025.
“Advertimos que el plan del gobierno para descabezar al movimiento indígena y popular es hacer fracasar el Congreso del MAS-IPSP en Lauca Ñ, inhabilitarnos con el Tribunal Constitucional o incluso armar algún proceso con denuncias pagadas”, alertó Morales en la red social X (ex Twitter).
La referencia al Congreso es porque la conducción formal del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), en poder de afines a Morales, convocó al congreso partidario del 3 al 5 de octubre, en Lauca Ñ, Cochabamba, pero los grupos que responden a Arce ya anunciaron que no participarán.
Según Morales, “como calculan que pueden fracasar en su intento de usurpar el Instrumento Político del Pueblo, ya preparan cómo usar” al Partido Socialista (PS) o “armar una megacoalición con el nombre de frente amplio”, fustigó este miércoles.
Desde este sector ya se había acusado a Arce de intentar reflotar la sigla del PS para buscar la reelección si la interna del MAS le impedía ser candidato en 2025.
“Duele mucho que un gobierno que fue elegido con nuestros votos y nuestra sigla se dedique a atacarnos para defenestrarnos”, se quejó Morales.
El exmandatario ayer, en conferencia de prensa, explicó que aceptó la oferta “para salvar a Bolivia” desde 2025 y remarcó sus diferencias “ideológicas y programáticas” con Arce, que fue ministro de Economía durante su mandato como presidente.
Desde el Gobierno lo acusaron de adelantar una pulseada para la que resta mucho tiempo y consideraron que este es el momento de gestionar.
Los enfrentamientos entre uno y otro sector vienen desde hace meses, a partir de los cuestionamientos que Morales hizo a la política económica, lo que llevó a que varias organizaciones que integran el llamado Pacto de Unidad se alinearan con Arce.
El lunes último, dos de esas organizaciones, la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias Bartolina Sisa y el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyo, que se mantenían al margen de la disputa, decidieron apoyar a Arce.
Los “arcistas” consideraron que la convocatoria para el Congreso de Lauca Ñ “es ilegítima, sin consenso y con apetitos personales”.
Con todo, la conducción nacional del MAS ratificó el encuentro, en el que se elegirá al nuevo jefe partidario y, probablemente, se proclame formalmente a Morales como candidato para 2025.
Como contracara, el sector de Arce hará el 17 de octubre un “cabildo” en la ciudad de El Alto, vecina a La Paz, para abordar la cuestión partidaria.
Desde junio, dirigentes afines al jefe del Ejecutivo intentaron trasladar el congreso del MAS fuera de la base fuerte de Morales, a la ciudad de El Alto, pero el Tribunal Supremo Electoral ratificó que el encuentro debe realizarse en el Trópico de Cochabamba.
Eso demostrará la división al interior del partido.