Manuel Rocha, un ex embajador de los Estados Unidos en Argentina entre 1997 y 2000 y luego en Bolivia, fue arrestado tras una larga investigación del FBI. Es acusado de servir en secreto como agente al gobierno de Cuba, según The Associated Press.
Manuel Rocha, un ex embajador de los Estados Unidos en Argentina entre 1997 y 2000 y luego en Bolivia, fue arrestado tras una larga investigación del FBI. Es acusado de servir en secreto como agente al gobierno de Cuba, según The Associated Press.
El ex diplomático, de 73 años, fue apresado en Miami y este lunes fue presentado a un tribunal. Según documentos judiciales presentados por los fiscales el ex diplomático estadounidense de 73 años “apoyó secretamente a la República de Cuba y su misión clandestina de recopilación de inteligencia contra Estados Unidos sirviendo como agente encubierto de los servicios de inteligencia de Cuba”. El Departamento de Justicia de EEUU acusa a Rocha de trabajar ilegalmente para Cuba. La ley federal exige que las personas que cumplen órdenes políticas de un gobierno extranjero dentro de Estados Unidos se registren en el Departamento de Justicia, que en los últimos años intensificó la aplicación penal contra el lobby extranjero ilícito.
Los fiscales afirman que el gobierno cubano ha trabajado durante años para reclutar a personas dentro de Estados Unidos para ayudar en la recopilación de información de inteligencia, incluidas personas dentro del gobierno estadounidense. Como empleado del Departamento de Estado, el diplomático tenía un acceso “único” a información gubernamental que no era pública, remarcan los fiscales.
Antes de desembarcar en Argentina y Bolivia, Rocha fue el número dos de la embajada de EEUU en Cuba. De extensa trayectoria en sus 25 años de servicio diplomático, Rocha comenzó su carrera como funcionario en Honduras en 1981 En los años noventa, Rocha cumplió funciones en Cuba en la crítica etapa llamada por el régimen cubano “período especial” tras la caída del Muro de Berlín y la pérdida de la millonaria ayuda de la Unión Soviética. Rocha fue jefe de la misión estadounidense en República Dominicana, consejero político en México y director de asuntos interamericanos en el Consejo de Seguridad Nacional, en Washington.
Rocha es una figura mirada con recelo por la izquierda latinoamericana. Evo Morales lo criticó con dureza hace años. El entonces presidente boliviano afirmó que el ex embajador en el año 2000 “condicionó la ayuda de su país a que Bolivia mantenga libre mercado y lucha antidroga”. Morales era el jefe e los productores de coca de Bolivia. Como presidente de Bolivia entre 2006 y 2019, expulsó la misión de la DEA estadounidense y multiplicó la producción de coca de Bolivia. Morales justifica la producción de coca por su uso tradicional como infusión. Pero es obvio que la producción se destina principalmente a hacer pasta base de cocaína.
Al retirarse de Argentina para pasar a cumplir funciones en Bolivia, Rocha fue agasajado por el gobierno de Fernando De la Rúa. Horacio Chighizola, quien ejercía como vicecanciller, entregó al diplomático la Orden de Mayo en el grado de Gran Oficial, en reconocimiento a él y a EEUU.
En la actualidad Rocha se desempeñaba como asesor de negocios de la consultora española Llorente y Cuenca (LYC), una destacada institución. El pasado septiembre la consultora comunicó la nueva incorporación. “Manuel Rocha asumirá el cargo de Senior International Business Advisor. Su principal responsabilidad será reforzar el entendimiento de diversos sectores a nivel global, incluidos los recursos naturales, y su contexto actual. Asimismo, también se encargará de fomentar las relaciones internacionales”, detalló LYC hace tres meses. Antes de llegar a LYC y luego de su retiro como funcionario estadounidense, el exembajador inició su carrera en el mundo de los negocios. Fue presidente de una mina de oro en la República Dominicana operada, en parte, por la compañía canadiense Barrick Gold. Más recientemente, ocupó altos cargos en XCoal, un exportador de carbón con sede en Pensilvania; en Clover Leaf Capital, una empresa formada para facilitar fusiones en la industria del cannabis; y en el despacho de abogados Foley & Lardner, antes de LYC. Ahora está en una celda de Miami, acusado de un delito federal muy grave.