Brasilia. — Una Corte federal brasileña revirtió ayer un fallo que suspendía
la licitación para construir y operar una enorme represa hidroeléctrica en la Amazonia, rechazada
por indígenas y ambientalistas. La gigantesca hidroeléctrica ha generado una áspera polémica en
Brasil y ha sido criticada incluso por personalidades como el prestigioso cineasta James Cameron.
La decisión del Tribunal Regional Federal anuló la orden de suspensión de la subasta dictada el
miércoles por un juez de la ciudad amazónica de Altamira, por lo cual "todas las etapas de la
disputa están reabiertas, con fechas y plazos mantenidos". La decisión del TRF es el capítulo más
reciente de la batalla judicial en torno al proyecto de la hidroeléctrica de Belo Monte que, con
potencia de 11.000 megavattios, será la tercera más grande del mundo y es la principal obra del
ambicioso programa de crecimiento del presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
Según el Instituto Socioambiental (ISA), la planta generará un fuerte impacto
negativo sobre las poblaciones indígenas y ribereñas que viven a orillas del río Xingú, además de
afectar el equilibrio ecológico en la región amazónica vecina a Altamira, en el Estado de Pará.
"Belo Monte hará secar 100 kilómetros del Xingú, un río que tiene tres veces más especies de peces
que toda Europa, y que alimenta a miles de personas. En esa área hay dos tribus indígenas que se
alimentan del río, beben, se bañan y navegan por él. El gobierno de Lula liberó la obra sin saber a
ciencia cierta qué va a pasar con el mediambiente", dijo Raúl Silva Telles, del ISA.
Líderes indígenas amenazaron con desatar un “baño de sangre” sie el
gobierno insista en llevar adelante la obra, mientras que el Ministerio Público busca apoyo de la
Justicia para suspender la construcción hasta que haya estudios más amplios sobre su impacto
ambiental y su real utilidad económica.
Según la fiscalía, la disminución periódica del cauce del río Xingú provocará
que pocas veces la planta pueda operar en potencia máxima: “Belo Monte será como un Ferrari,
con capacidad de alcanzar los 300 kilómetros por hora, atrapada en un embotellamiento en San
Pablo”, dijo el fiscal Ubiratan Cazetta.
La resistencia al proyecto también moviliza a entidades ambientalistas del
exterior, y esta semana recibió la adhesión del prestigioso realizador estadounidense James
Cameron, el autor de la taquillera película “Avatar”, quien escribió una carta a Lula
pidiéndole que desistiera de construir Belo Monte.
El mandatario brasileño, sin embargo, insiste en el proyecto y el jueves criticó
la interferencia de organizaciones extranjeras en el tema: “Nadie se preocupa más que
nosotros en cuidar la Amazonia y a nuestros indígenas. Los que ya destruyeron lo suyo no necesitan
venir a opinar sobre lo nuestro”. La obra prevé excavar un área mayor que la del Canal de
Panamá, además del desvío del principal río amazónico, el Xingú, en un tramo de 100 kilómetros.
El cineasta canadiense estuvo el lunes en Brasilia al frente de una protesta de
pobladores del río Xingú, indígenas y activistas, contra la construcción de Belo Monte. La actriz
Sigourney Weaver, protagonista de “Avatar”, también participó de la protesta. Según
cálculos oficiales, la construcción de Belo Monte demandará inversiones por u$s 11.000 millones,
pero varias empresas se retiraron de la disputa, argumentando que el costo de la obra llegará a por
lo menos 17.000 millones. Hasta ahora solamente un consorcio se mantiene firme en su decisión de
participar en la disputa que se definirá el martes próximo.