La Cámara Penal escuchó ayer los argumentos de la apelación al sobreseimiento de dos policías, padre e hijo, acusados del crimen de un joven de 18 años que le había robado la moto a uno de ellos. La querella expuso lo que entiende como un caso de gatillo fácil y la defensa alegó que no hubo intención de matar y que los imputados repelieron una agresión. El tribunal definirá en diez días si el caso se cierra o no.
El crimen de Michel Ramón Campero ocurrió el 7 de enero de 2014 en Granadero Baigorria. Esa noche el agente Omar Jesús Dal Lago llegaba a su casa en moto con su esposa y dos hijos cuando lo abordaron dos ladrones que también iban en moto. Uno se bajó y a punta de pistola se llevó el rodado del policía.
Dal Lago le avisó a su padre, comisario y entonces jefe de la Brigada de Orden Urbano de Rosario, y ambos salieron en un auto particular a buscar a los ladrones, a quienes avistaron minutos después. Según relató Omar Dal Lago padre, él disparó dos veces al aire para intimidar a los maleantes.
Uno de los ladrones huyó pero Campero, que iba en la moto robada, chocó contra un ómnibus de la línea 103 y cayó herido. Los policías dijeron que el joven se reincorporó, les apuntó y el comisario le disparó a una pierna. Luego se constataría que la pistola hallada junto a Campero era de juguete.
Cuestionado. En diciembre pasado la jueza de Instrucción Alejandra Rodenas sobreseyó a los policías al considerar que hubo un enfrentamiento previo que justificó su reacción y que no quisieron matar al joven, ya que le dispararon en la pierna. La fiscalía y la querella EM_DASHel Centro de Asistencia Judicial (CAJ) en representación de la familia de la víctimaEM_DASH apelaron argumentando que la pesquisa ponderó sólo la versión de los policías y que no se hicieron pericias fundamentales para contemplar otra hipótesis, como una ejecución por la espalda.
El caso se debatió ayer en una audiencia presidida por el camarista Carlos Carbone. "Hay dudas de cómo ocurrieron los hechos. La hipótesis del caso se basa exclusivamente en el relato de los imputados", dijo la fiscal de Cámara Cristina Rubiolo, para quien el caso tiene zonas grises por esclarecer. "La jueza (por Rodenas) da por hecho que hubo enfrentamiento pero no se sabe quién tiró primero. Además, el arma hallada junto a la víctima era una réplica y la otra fue encontrada en una zanja con barro. No se hallaron vainas servidas ni quedó acreditado que la hubieran usado al robar la moto".
Rubiolo cuestionó la cadena de evidencias. "Los testigos sólo fueron convocados para acreditar la presencia del arma, pero no pudieron ver quiénes la usaron y la secuencia de hechos. Tampoco había disparos en el auto de los imputados", dijo la fiscal sobre la alegada agresión previa que justificaría la legítima defensa de los policías. Además sostuvo que, según la autopsia, Campero recibió el balazo estando de espaldas y que el chofer del ómnibus contra el que chocó dijo haber escuchado "dos o tres disparos" antes de la colisión.
"No está acreditada una agresión previa, no se puede hablar de legítima defensa. Tampoco la jueza hizo lugar a una solicitud de la fiscal (Nora Marull) de hacer pericias más profundas por Gendarmería. No se puede avalar que un policía entrenado que superó una situación de peligro profiriera los disparos como lo hicieron los Dal Lago", dijo la fiscal al pedir que se revoque el sobreseimiento para "seguir con la investigación".
Por la espalda. Por su parte, el abogado del CAJ Valentín Hereñú sostuvo que la coartada del enfrentamiento justifica "una ejecución por la espalda" dado que ese tiroteo "no está sustentado, sólo se tuvo en cuenta el relato de los policías sin tener en cuenta otros elementos probatorios". Indicó también que la pistola 9 milímetros "fue hallada en un charco y no hay nada objetivo que la vincule con el hecho".
Hereñú remarcó que "uno de los testigos escuchó los tiros y después vio al joven caído, pero no vio que intentara levantarse para disparar".
Sin manchas. La defensa alegó la buena conducta de los Dal Lago y sus fojas de servicio sin manchas. "Este fue un raid delictivo de Campero y con triste final". También dio una versión que contrasta, en principio, con la investigación, ya que puso los disparos que los policías dicen que hizo Campero en manos de su cómplice.
"La moto fue robada a punta de pistola. Eso es una acción de peligro. Dal Lago padre hizo disparos previos que impactaron en el glúteo, pero no sabía que estaba previamente herido, no se acreditaron tres disparos. No hubo intención de matar. Un policía entrenado si quiere eliminar al delincuente lo hubiera fulminado, pero en este caso la víctima murió cuatro horas después. Acá no hay dolo homicida", dijo el abogado Hernán Tasada.