El cura párroco de Coronel Suárez se opuso a que una nena de 11 años que padece de síndrome de Down recibiera la comunión, lo cual provocó el rechazo de gran parte de los vecinos de esa ciudad bonaerense. Se trata del sacerdote Diego Kessler, quien puso en duda que Catalina Recuna, quien cursa la escuela primaria en el Colegio José Manuel Estrada, cumpliera con las condiciones para recibir ese sacramento.
Ante la negativa del sacerdotepadre Kessler, la familia de la niña se indignó y a raíz de la polémica que generó el caso el párroco de Santa María se comprometió a brindarle el sacramento.
Fernanda, la mamá de Catalina contó: "Me presenté como la mamá de Catalina y le pregunté si le iba a dar la comunión, y me respondió: «Todo aquel que diferencie el pan de la hostia lo puede recibir, pero la nena no es tarada». Y agregó: «Habría que verla y evaluarla »".
"Como no sabía qué decirme me dijo que habría que confesarla. La reunión se fue al diablo y quedó todo así. Hace 11 años que peleo con las obras sociales y pelear con el sacerdote es lo máximo. El Arzobispado de Bahía Blanca nos llamó para pedir perdón por el «moco» de este sacerdote. Esperemos que él nos pida perdón", culminó.
Por su parte, el religioso indicó: "Fue un malentendido, por ahí me expresé de manera desafortunada". Agregó que "en ningún momento dijimos que no le íbamos a dar la comunión. Simplemente iniciamos las gestiones para tratar de darle el mejor acompañamiento posible".
"Todo comenzó en una reunión de padres realizada en mayo, para evacuar dudas sobre la práctica del catecismo. La mamá me contó el caso de su chiquita y me preguntó si podía tomar la comunión. Y yo consulté con la Junta Nacional de Catequesis para iniciar las gestiones y tratar de darle el mejor acompañamiento posible", dijo.
Kessler resaltó que la niña "debe comprender el beneficio de recibir a Jesús" y agregó: "Hace cinco años se ha dado la comunión a chiquitos con capacidades diferentes y todos han recibido el sacramento". También resaltó que "no negamos la comunión" desde que forma parte de la comunidad y que aún no habló con los padres de Catalina. "Quiero aclarar este tema con ellos", cerró.
"No entiendo por qué esta palabra ‘evaluar' pudo haber sonado como agresiva, cuando lejos de indicar eso estuvo mi intención, quise decir tratar de que el chico pueda ser tenido en cuenta y ser llevado al máximo de su propia capacidad; es decir, no se le va a pedir nada inhumano, no se lo va a someter a un interrogatorio ni se le va a hacer la misma cantidad de preguntas y exigencias que se le realiza a un chico que recibe la catequesis de modo habitual", dijo Kessler.
En tanto, la mujer informó a ese medio que ya lo denunció ante el Inadi por "violar el derecho humano a tener una religión".
Garros anticipó que no lo elegirá para que Amparo reciba su primera comunión. "No me interesa que se la dé alguien que no quiere", dijo. Y concluyó: "Mi hija es un ángel que bajó del cielo para enseñarnos lo que es el amor, y tiene derechos".
"Menos pecados". "Nuestra hija tiene muchos menos pecados que el más comprometido de los católicos. Su corazón es noble. Había que ver la alegría que tenía luego de la bendición de la palabra de Dios, con qué cuidado sostenía en sus brazos la Biblia que había recibido de manos del sacerdote", expresó su madre.
Tras el escándalo por la respuesta de Kessler, el padre Antonio, del pueblo de Santa María, se habría comprometido a brindarle el sacramento a la niña. El religiioso de esa localidad, situada en el partido de Coronel Suárez, al sur de la cabecera del departamento, remarcó que según su criterio, la niña, si lo quiere, tiene todo derecho a recibir el sacramento, como todos sus compañeros de clase.
La niña fue bautizada dos veces, la primera a poco de nacer, por el padre Roberto Buckle, en Bahía Blanca, cuando su vida corría peligro, y la segunda, ya recuperada, rodeada de todos sus familiares.
"Lo que no sabe este sacerdote es todo lo que lucharon nuestras niñas por vivir por problemas de salud propios de sus patologías. Tampoco sabe que los niños especiales vinieron a este mundo para enseñarnos lo que es amar", dijo la madre.
"No tiene la suerte ni la bendición de tenerlos en su casa porque no entendió que en ellos está Dios. Tampoco entiende que no necesitan confesarse porque no tienen pecados. Su pureza es la fortaleza de ellos. ¡Cuánto tenemos que aprender...! Ellos dan cátedra con solo su presencia". resaltó la madre, indignada.
Requisitos para un sacramento
El Código de Derecho Canónico (CDC) establece que, para que pueda administrarse el sacramento de la Eucaristía a los niños, “se requiere que tengan suficiente conocimiento y hayan recibido una preparación cuidadosa, de manera que entiendan el misterio de Cristo en la medida de su capacidad, y puedan recibir el Cuerpo del Señor con fe y devoción”.