En los hospitales provinciales y municipales comenzaron a agregar camas para internar a
pacientes con complicaciones respiratorias. Además, se dividieron los ingresos para evitar
contagios y todos los médicos están disponibles para atender a los afectados por el virus A (H1N1).
Así, el sistema sanitario local se prepara para hacer frente al pico de gripe que se espera se
registre durante esta semana.
Por su parte, los ministros de Salud de todo el país analizaron ayer el avance de la pandemia,
estimaron que el 90% del virus gripal que circula en el país es influenza A y no descartaron dar
asueto el viernes para prolongar el feriado y lograr así que la gente no concurra a ámbitos
cerrados (ver página 4).
Suspenden cirugías. En varios hospitales de la ciudad decidieron suspender las
cirugías de baja complejidad con el fin de usar esas camas para internaciones de niños y adultos.
Otro objetivo fue lograr el aislamiento, para lo cual se dividieron los ingresos, uno para los
pacientes con síntomas sospechosos de gripe A y otro para los que acuden por otras patologías. Lo
mismo sucedió en las salas de internación, donde se separó a los afectados por el virus de
influenza de los demás enfermos.
Uno de los hospitales que fue drástico a la hora de tomar medidas preventivas fue el Provincial.
El director, Pietro Belletich, aseguró que de 176 camas pasarán a 200 que se distribuirán en
internación pediátrica, de adultos y para embarazadas. Si bien la demanda aún no llegó al pico,
ayer en ese efector ya había camas pediátricas en los pasillos y seis chicos tuvieron que ser
internados en la guardia. “El hospital está completo y el 80% de los ingresados es por gripe
A”, aseguró Belletich.
También se reorganizaron otros servicios, como la sala de coronarias. “Dejamos esas camas
para internación y armamos una sala provisoria en la guardia para los enfermos cardíacos, hasta
tanto podamos contar con un lugar mejor”, agregó el director del hospital.
En ese efector también se restringió la circulación para lograr cierto aislamiento y se dividió
el ingreso. “Por la guardia de calle Zeballos entran los adultos con complicaciones en las
vías respiratorias, y rápidamente se les coloca un barbijo”, explicó.
Suman médicos. El director del hospital municipal Roque Sáenz Peña, Federico
Cornier, destacó el trabajo del personal en el efector. “Aquí todos se pusieron a disposición
para reforzar la guardia y lo que hiciera falta”, indicó y subrayó que “todos los
clínicos, aunque luego tengan la especialidad de reumatólogo o endocrinólogo, prestan sus servicios
como médicos generalistas y atienden casos de gripe A”.
En el Sáenz Peña también se vieron obligados a colocar más camas. “En la sala de clínica
médica colocamos pacientes con problemas respiratorios y agregamos tres camas. También en
maternidad preparamos dos salas separadas para embarazadas con enfermedades respiratorias”,
detalló Cornier. Además, la guardia con internación pediátrica se reforzó con seis camas más.
El doble. En el Hospital de Niños Zona Norte calculan que van a duplicar la
cantidad de camas. “De 15 pasaremos a 30”, estimó el director, Hernán Oddone, en pleno
trabajo estratégico para abarcar la cantidad de infectados. Allí también se reforzó el personal,
sobre todo enfermeras y mucamas. Además, al igual que los demás efectores, en la guardia se dividió
la atención de pacientes y se reestructuró la circulación. Se instaló el vacunatorio en el
auditorio para que los niños sanos y las embarazadas no se crucen con pacientes febriles.
El Hospital de Niños Víctor J. Vilela también tomó medidas. Por ejemplo, a la guardia sólo puede
ingresar el chico con un familiar. Además, se sumaron dos salas, que días atrás eran quirófanos,
para la atención en la guardia.
La directora del Vilela, Stella Binelli, confirmó que “se habilitó la sala de hospital de
día como lugar de internación” y que de las 90 camas que manejan habitualmente pasarán a
115.
Más conciencia. Oddone, en tanto, destacó que se notó la conciencia de la gente.
“Se percibe que están todos más informados, porque son pocos los que vienen a las consultas
programadas. La mayoría se abstiene de asistir y lo hace sólo en caso de urgencia”. Esta
realidad se observó también en los demás hospitales, donde las fuentes consultadas coincidieron en
señalar que mermó notablemente la atención en los consultorios externos.