Música para Volar regresa hoy a las 21 a un gran escenario, al Auditorio Fundación Astengo, para presentar uno de sus espectáculos más ambiciosos, “Charly Sinfónico”. Con 50 instrumentistas en escena, incluyendo banda, orquesta y coro polifónico, el show se propone como un recorrido conceptual y emotivo por canciones de toda la discografía de Charly García: desde Sui Generis hasta su extensa carrera solista, pasando por La Máquina de Hacer Pájaros y Serú Girán.
El grupo integrado por José Matteucci (batería y voz), Alexis Thompson (guitarra), Julieta Sciasci (bajo y voz) y Bruno Moreno (piano) se formó en 2012, y desde entonces ha crecido en público con giras por toda la Argentina y países limítrofes. La clave de su convocatoria está en el respeto y el profesionalismo con el que abordan la obra de distintos gigantes del rock, además de las puesta audiovisuales diseñadas especialmente para cada show.
En charla con La Capital, José Matteucci adelantó detalles del concierto de hoy, habló de los desafíos de interpretar a un compositor de la magnitud de García y de los prejuicios que existen con las “bandas de versiones”.
—El espectáculo “Charly sinfónico” está dividido en cuatro segmentos: “La inocencia con la piel”, “El pueblo pide sangre”, “Música es lo que das” y “Asesíname”. ¿Por qué decidieron estructurarlo de esa forma?
—Era un gran desafío pensar en cómo proponer un recorrido por todo lo que es la discografía de Charly. Las cuatro partes del espectáculo tienen que ver con algunos elementos audiovisuales de la puesta y con las temáticas que atravesaban a las canciones. “La inocencia con la piel” tiene que ver con cómo Charly expresa las emociones, con una apertura incluso hacia el universo infantil. En “El pueblo pide sangre” aparece una mirada de Charly más hacia lo social y lo político, su agudeza para mostrar distintos momentos de la Argentina. “Música es lo que das” se refiere a su enorme capacidad, más allá de lo letrístico, de decir con formas estrictamente musicales, su manera de construir melodías y de trabajar la armonía. Y “Asesíname” es la parte más oscura del show, es cuando la entrega al arte es tan total que uno convierte su vida casi en la obra, y cómo eso te va llevando al extremo. En cada capítulo fuimos enlazando canciones de distintas etapas cronológicas, y por eso aparecen temas de todas sus bandas y su carrera solista.
—¿Hubo algún período o tema en especial que les costó adaptar?
—Todas las etapas de García tienen alguna dificultad, es algo que lleva mucho tiempo de estudio y ensayo. Lo de Serú Girán, por ejemplo, es complejo. Cada uno de los instrumentos está llevado al máximo de virtuosismo. Hace un tiempo nosotros grabamos una versión de “La grasa de las capitales”, y si te ponés a transcribir cada uno de los cuatro instrumentos, más las voces para un coro polifónico, es algo que lleva tiempo, hay que hacer un trabajo muy meticuloso, porque no se repite casi nada, como en la música clásica, cada instrumento va contando algo.
—A vos personalmente, ¿cuál es el período de Charly que más te impacta, que más te moviliza?
—En la casa de mis padres yo tenía dos discos. Uno era “El principito” leído por Alfredo Alcón, y el otro era “Clics modernos”. Entonces mis primeros recuerdos están relacionados a “Clics modernos”. Pero cuando empecé a tocar lo que me impactó fue Serú y La Máquina, y como intento de baterista estaba fascinado con Oscar Moro, el aporte rosarino a la obra de Charly. En mis inicios estaba muy setentoso, y después empecé a disfrutar de la parte más minimalista.
—Los shows de versiones y de homenaje han crecido en los últimos años. Sobre todo en lo que se refiere a figuras del rock. ¿Por qué pensás que se da este fenómeno?
—Yo creo que estamos en un momento en donde esa obra ya ha atravesado medio siglo en algunos casos. Todo el fenómeno del rock nacional va alcanzando un lugar de standard, de madurez, de corpus de canciones que ya han atravesado varias generaciones. Nosotros crecimos en y con estas canciones, y esto es volver a esas canciones para poder contemplarnos. En el rock está pasando eso. Hay una necesidad de revisitar estas canciones porque todavía tienen mucho para decir, y encima va pasando que hay una nueva generación que no escuchó esa música en vivo y quieren transitar ahora esa experiencia. Yo creo que este espectáculo es una manera de proponer un lugar de encuentro en esas canciones, una puerta de entrada a esa obra. Y además darnos el placer de escuchar en vivo esos temas, porque están los discos, sí, pero el ritual de la música en vivo es incomparable.
—Tiempo atrás, entre los mismos músicos, se hablaba en tono despectivo de las bandas tributo. Se hablaba de “bandas de covers”, y después cambió a “versiones”. A mí me parece que eso cambió en los últimos años. ¿Cómo lo ves vos?
—Puede ser que haya cambiado. Ojalá. Yo siempre valoré y me gusta pensar que la interpretación de la música es la manera más común en la historia de la música de relacionarse con ella. Ser un intérprete de música. Y a eso me dedico principalmente, más allá de que participo en grupos donde se compone y me gusta esa sensación de estar creando algo desde cero. Heidegger dijo que “la avidez por la novedad es una de las características del ser inauténtico”. Eso es interesante. Si nosotros estamos todo el tiempo persiguiendo lo nuevo tal vez nos estamos perdiendo de algo más profundo. A mí me pega esa sensación, y siento que puedo estar interpretando una canción de un artista que admiro como Charly García sin dejar de ser yo. Uno es parte de una cadena o tradición que lo excede. Y así sucedió la música en el 99% de su historia.
—¿Este show lo van a llevar a otras provincias?
—Sí. Un día después del show en Rosario vamos a estar en Buenos Aires, presentándonos en el teatro Broadway de la calle Corrientes. Hasta diciembre estamos de gira por el país y por Chile. Y este año también fuimos a Uruguay. Estamos muy felices con este espectáculo.
Rezo por vos (García/Spinetta) VERSIÓN SINFÓNICA por Música para Volar