La prolífica escritora Griselda Gambaro es considerada como una de las más importantes influencias literarias y dramatúrgicas argentina, con 10 novelas, nueve obras de teatro y seis cuentos, además de poseer una personalidad atrapante desde la humildad y el humor, algo que la directora Jazmín Bazán retrata en su film “Gambaro”, que se estrena hoy, a las 18, en el Arteón (Sarmiento 778).
“Las obras de Gambaro han sido muy influyentes en la dramaturga argentina y ha sido, a su vez, reconocida mundialmente. En la película, Cristina Banegas habla de la fuerza poética y el carácter premonitorio de su escritura. (“El editor) Daniel Divinsky la define como inclasificable. (La directora) Laura Yusem hace hincapié en la mirada feminista de su obra. La primera obra teatral de Griselda se estrenó en 1965, sin embargo su contenido poético, social y político la convierten en una obra actual, que puede y debe interpelar a personas jóvenes, en especial en el contexto social y político que estamos viviendo en Argentina”, explicó la realizadora a Télam.
La película aborda la vida de Gambaro con entrevistas a ella misma y a tres de los artistas con los que colaboró. A través de la lente de Bazán, el espectador descubre que la madre de la escritora era analfabeta y que su padre a duras penas podía leer. Lo cual hace aún más atractivo el amor a la literatura de la escritora que hoy tiene 95 años y continúa en actividad.
“Desde muy joven -explicó la directora sobre la motivación para hacer el filme- tuve acceso a la literatura de Gambaro, ya sea sus obras de teatro, sus novelas o sus cuentos. Sus obras siempre me interpelaron directamente desde varios aspectos, en particular lo poético de la escritura así como la fuerza política y feminista de su obra. Conocerla a ella fue encontrarme a una artista profunda, pero con una sencillez única. A partir de esa interpelación que me provocó su obra y la calidad humana con la me encontré al poder conocerla personalmente, nació la idea de esta película”.
Con historias cercanas a las clases marginadas, conocimiento que le agradece a sus padres y a su infancia en el barrio porteño de La Boca, Gambaro sufrió la persecución y el exilio en la última dictadura. En Barcelona, nunca paró de escribir. Y ya de regreso en Argentina vio cómo sus obras eran repuestas.
“Creo que desde la amplitud de los géneros literarios en los que incursionó, tuvo una poética literaria que fue fundante. No se la puede inscribir de forma exacta en ninguna escuela y eso creo que es una marca en nuestra literatura y dramaturgia nacional. El compromiso político, histórico y de género es innegable, pero desde una vanguardia poética sin antecesores, como dice Daniel Divinsky. Lo cual la hizo universal, siendo su obra traducida en varios idiomas”, dijo Bazán.
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“Por otra parte -agregó la directora-, sus obras han aportado una mirada a las problemáticas sociales de la Argentina desde la perspectiva de personajes marginados, mayoritariamente femeninos, que le dan un carácter destacado a su escritura”.
Gambaro nació el 28 de julio de 1928 y es una de las figuras clave del teatro argentino de todos los tiempos. Pionera entre las dramaturgas nacionales, inició su carrera como autora de cuentos y novelas cortas. Su primera publicación, “Madrigal en ciudad” (1963), ganó una distinción del Fondo Nacional de las Artes (FNA). Dos años después, “El desatino”, otra colección de cuentos y narrativas cortas, obtuvo el premio Emecé.
Fue precisamente la adaptación de uno de esos relatos su primer estreno teatral en el vanguardista Instituto Di Tella, en 1965. En su ópera prima “El desatino”, sobre un hombre que se despierta con un aparato extraño en la pierna del cual no se puede liberar, se pueden vislumbrar los temas que le interesarán toda la vida: la opresión, la violencia y la imposibilidad de la comunicación se desenvolverán en su trabajo en clave de revelación grotesca sobre la condición humana.
El film de Bazán resultó ganador en la Competencia Nacional de la 15ª muestra del Festival Internacional de Cine Documental organizado por Documentalistas de Argentina (Doca)bajo el lema “40 años de Democracia en las calles: Cine de lucha y resistencia”.
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Jazmín Bazán destacó el valor de la obra de Gambaro.
¿Cómo fue la investigación, teniendo en cuenta la cantidad de material escrito por Gambaro y la cantidad de artistas con los que se relacionó?
Fue una investigación muy larga. Al momento de empezar el desarrollo de la película ya había leído gran parte de su obra, por lo cual comencé a realizar una revisión de textos académicos sobre su obra. Luego, continué con una investigación y sistematización de todas las puestas en escena de sus obras. Posteriormente contacté y entrevisté a algunos artistas que tuvieron relación con Griselda.
¿Cómo fue la selección de los textos para leer en la película?
Al comenzar el desarrollo de la película realicé una selección de cuáles serían las obras con las que trabajaría. Decidí focalizarme en su dramaturgia. Unicamente trabajo dos novelas en la apertura y cierre del filme: las cuales son “Ganarse la muerte”, por ser la obra censurada en la última dictadura y que la llevó al exilio, y “El mar que nos trajo” por trabajar con elementos autobiográficos. Dentro del amplio espectro de la obra dramática el principal criterio de selección fue trabajar con personajes femeninos, pero aun dentro de ese gran abanico que se abre la elección fue totalmente subjetiva, y esa subjetividad se evidencia desde diferentes estrategias de la enunciación en la película.
La película cuenta con lecturas y performances. ¿Cuál fue tu idea?
La de trabajar los textos dramáticos en relación a otros espacios, por fuera del espacio teatral. Cada espacio como portador de sentido poniéndolo en diálogo con la fuerza de sus textos. Volver evidente una subjetividad en la lectura de sus textos y por ende en su adaptación en otros espacios no teatrales, y cómo esos textos dejaron huella y entran en vínculo con diferentes espacios.