Tucumán, bendecida por la generosidad de la naturaleza y acariciada por un clima ideal para el florecimiento de la vegetación, posee innumerables rincones que invitan a explorar y maravillarse en cada paso. La ciudad capital, elegante y moderna, es un ejemplo de la belleza característica de toda la región. Sin embargo, sin necesidad de recorrer grandes distancias, se pueden descubrir lugares casi sacados de un cuento de hadas.
Uno de estos lugares es Villa Nougués, una de las primeras villas de veraneo de la provincia, fundada a fines del siglo XIX por el ingeniero azucarero Luis Nougués. Siguiendo la cima del cerro San Javier hacia el sur, a unos 32 kilómetros de San Miguel por la Ruta Provincial 338, se puede llegar a este lugar en auto, bicicleta, a pie o a caballo, y deslumbrarse en cada paso con la maravillosa vegetación y las impresionantes vistas de la ciudad que se pueden apreciar desde allí.
El sello distintivo de Villa Nougués son sus construcciones, que siguen un fuerte estilo europeo y se ven aún más embellecidas por la exuberante vegetación que las rodea. El microclima y la altitud del lugar (1.350 metros sobre el nivel del mar) favorecen el desarrollo de pinos, palmeras, hortensias, violetas, agapantos y muchas otras especies. El resultado es una postal inolvidable.
Esta villa albergó las casas de descanso de las familias más ilustres y adineradas de Tucumán. Después de los Nougués, vinieron los Rougés y los Terán. Por los salones de sus mansiones pasearon figuras de renombre mundial como el ex presidente estadounidense Theodore Roosevelt o el príncipe Humberto de Saboya, quien luego se convirtió en el rey Humberto II de Italia.
Aunque los monjes jesuitas ya habitaban esta región desde hace siglos, el fundador de Villa Nougués quiso replicar allí la arquitectura de su pueblo natal, en el sur de Francia y a los pies de los Pirineos. Estas hermosas construcciones le dan un toque único al lugar y el punto más visitado es la capilla del Sagrado Corazón de Jesús, construida en 1918 bajo la advocación de la Virgen de Lourdes y con un estilo neogótico que deja maravillados a los visitantes.
A pesar de su reducido tamaño, esta localidad del departamento Lules es en sí misma un atractivo turístico, con un ambiente perfecto para pasear a pie, tomar fotos o andar en bicicleta mientras se contempla la belleza de las casas rodeadas de árboles, flores y las imponentes montañas de Tucumán.
Uno de los puntos arquitectónicos destacados es la Hostería Villa Nougués, la residencia principal del lugar. Fue allí donde Luis Nougués colocó la piedra fundacional del pueblo en 1903. Actualmente, la hostería cuenta con un restaurante que ofrece comida tradicional y permite disfrutar de hermosas vistas panorámicas del pueblo.
Otros lugares muy populares en Villa Nougués son la gruta de la Virgen de Lourdes y el Puente colgante, aunque sin duda el atractivo más característico es la Iglesia del Sagrado Corazón, situada frente a la hostería. Cualquier foto de la villa mostrará esta hermosa construcción en piedra y estilo neogótico, que se ha convertido en el emblema del pueblo.
SIERRA DE SAN JAVIER
Visitar la Sierra de San Javier es una experiencia imprescindible para aquellos que llegan a Villa Nougués. Se trata de un vasto pulmón verde que provee de aire puro a San Miguel de Tucumán y que, además, regala a la ciudad un entorno de belleza natural incomparable.
Esta cadena montañosa, ubicada a unos 20 km del centro de Tucumán, está cubierta en su mayoría por vegetación yunga y su pico más alto es el cerro Taficillo, con 1.876 metros de altitud. Luego desciende suavemente hasta Anta Muerta, a 1.240 metros, y en su extremo sur, donde se encuentra Villa Nougués, alcanza los 1.350 metros.
La Sierra San Javier brinda una excelente oportunidad para el turismo de naturaleza y disfrutar de actividades al aire libre. Gran parte de su territorio forma parte del Parque Sierra San Javier, que se encarga de proteger los recursos naturales de la región y sus cuencas hidrográficas, y brinda posibilidades de recreación y educación.
Dentro del Parque, se pueden recorrer varios senderos que permiten descubrir diferentes puntos de interés, como el impresionante monumento al Cristo Bendice, que ofrece una panorámica incomparable de la ciudad de San Miguel de Tucumán desde lo alto. Además, este monumento es la puerta de entrada a la villa veraniega de San Javier.
La impresionante obra escultórica del reconocido artista Juan Carlos Iramain se encuentra enmarcada en un complejo turístico inaugurado hace poco más de un año, con el objetivo de mejorar la calidad de los espacios públicos mediante la organización, la conectividad entre diferentes niveles y la incorporación de actividades y paseos que permitan a los visitantes disfrutar de una jornada llena de propuestas y opciones en la villa, además de apreciar las vistas panorámicas espectaculares.
El sector de servicios del Complejo Turístico cuenta con plazas, locales comerciales, un centro sanitario, un anfiteatro al aire libre, estacionamiento, una parada de autobús y una zona específica para recibir a los visitantes, lo que garantiza una llegada segura al morro del Cristo. La obra también incluye un restaurante con terrazas al aire libre que próximamente ofrecerá una vista panorámica de la ciudad.
Otro atractivo interesante es la cascada del río Noque, a la que se puede acceder a través de un hermoso sendero que atraviesa la selva de yungas. Allí se encuentra una piscina natural escondida entre la vegetación, ideal para darse un refrescante chapuzón.
El trekking es otra de las opciones que ofrece el Parque, especialmente para llegar a la cumbre del Taficillo, el punto más alto de la sierra. Aunque requiere un poco de esfuerzo, las vistas desde la cima son encantadoras. La época adecuada para subir es entre abril y noviembre, y no se recomienda hacerlo entre diciembre y marzo debido a las lluvias, que podrían dificultar la travesía.