Débora Cotichini, jefa de Inteligencia Zona Sur del Organismo de Investigaciones (OI) del Ministerio Público de la Acusación (MPA), fue suspendida preventivamente en sus funciones mientras dure la proceso disciplinario que la colocó bajo la lupa por tráfico de información sensible a Marcelo Sain, ex ministro de Seguridad de la provincia. La resolución fue adoptada a pedido de la auditora María Cecilia Vranicich por el fiscal Carlos Arietti, quien reemplaza al frente del MPA a Jorge Baclini por encontrarse de licencia.
Además Vranicich presentó ante el fiscal de Violencia Institucional Gonzalo Fernández Bussy una denuncia penal contra Cotichini por el presunto incumplimiento de los deberes de funcionaria pública y la posible violación de secreto. La presentación surgió a partir de una denuncia del subdirector del OI, Víctor Moloeznik, por ocultamiento de información a sus superiores durante al ausencia de Sain una vez que éste asumió como ministro de Seguridad en diciembre de 2019.
Según la denuncia, Cotichini solicitó a un subalterno que no le pasara información a Moloeznik sobre una serie de expedientes que se estaban tramitando en colaboración con un fiscal federal. ¿La razón? El fiscal estaba enemistado con el jefe de los fiscales provinciales, Jorge Baclini, y como Moloeznik responde verticalmente a ese funcionario era una posible vía de fuga de información.
A principios del mes pasado Cotichini, una psicóloga que desde julio de 2017 es jefa de Inteligencia Zona Sur del OI se ganó un lugar en las crónicas policiales y políticas cuando comenzó a ser investigada bajo la sospecha de reportarle al por entonces ministro Sain información reservada sobre investigaciones de alto impacto. La situación fue expuesta en marzo por Moloeznik y progresivamente se transformó en una bola de barro que salpicó a Sain y a su mano derecha. La denuncia se tradujo en 600 carillas que la auditora general del MPA, María Cecilia Vranicich, giró a la la Comisión Bicameral de Acuerdos de la Legislatura provincial ante las sospechas de filtración de información confidencial.
Una de las filtraciones bajo la lupa era fruto de escuchas legales a un empleado judicial que hablaba con el senador Armando Traferri, blanco frecuente de los ataques de Sain por sus vínculos con una estructura de juego ilegal desplegada en la provincia. Otra, un perfil de Ana Viglione, la ex secretaria de Delitos Complejos durante la gestión de Antonio Bonfatti como gobernador. El empleado del OI que hizo la denuncia reconoció que el contenido del trabajo que le habían encomendado sobre Viglione se divulgó diez días después de terminado en un programa del canal de TV porteño C5N.
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Como si esto no fuera suficiente, a principios de mes se viralizó un audio de Whatsapp de abril de 2020 en el que Cotichini requería mediante una escucha judicial reservada a una analista de la OI diciéndole: “Viste que todos tenemos un jefe, nuestro ministro hoy en día”, en obvia alusión a Marcelo Sain. “Mi jefe me pregunta si ese primer audio que te mandé se lo puedo mandar en otro formato, que es el segundo audio que te mandé de muestra. ¿Hay alguna posibilidad que vos me conviertas ese audio en ese otro audio? Porque yo no sabría cómo, pero este hombre me rompe las pelotas para que se lo haga, ¿vos podés convertir eso?", reclamó Cotichini.
Para esa fecha, abril de 2020, Cotichini debía responder a Moloeznik, a la fiscal regional de Rosario María Eugenia Iribarren y al fiscal general Jorge Baclini porque Sain era ministro y estaba de licencia en el OI.
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El ex Ministro de Seguridad de la provincia Marcelo Sain.
Hace un mes Moloeznik se presentó ante la Comisión de Acuerdos, confirmó el contenido de la denuncia de Vranicich y brindó un pormenorizado informe sobre cómo descubrió que Cotichini le pasaba información confidencial y grabaciones de escuchas telefónicas judicializadas a Sain cuando éste era ministro y, por ende, era parte del Poder Ejecutivo. Así, se inició la investigación en la cual Moloeznik contó también cómo la funcionaria había vaciado su oficina y la había cerrado con llave. Con ese panorama, y ante el escenario de que no había un solo papel en el lugar, el subdirector solicitó que peritaran la computadora de Cotichini y así descubrieron que había sido reformateada.
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Nueva denuncia
A la investigación por el uso indebido de recursos y violación del deber de reserva, esta semana Cotichini sumó una nueva causa. Esta vez por ocultamiento de información a sus superiores. Según explicó Moloeznik, la funcionaria le había ordenado a una empleada que no le suministrara información sobre una investigación en la que estaban colaborando con una Fiscalía federal: “La semana pasada hice una nueva denuncia contra Cotichini, en este caso por ocultar información a superiores. Una empleada de la OI me acercó información sobre que la funcionaria le había dado instrucciones para que no me transmitiera información a mí. «De esto no se tiene que enterar Víctor, mandale un informe viejo para que no moleste más», le dijo a la empleada”, según el propio Moloeznik.
“Su argumento fue que el fiscal federal estaba enemistado con Jorge Baclini y como yo era subalterno de Baclini, si ella me daba esa información a mí yo se la podía filtrar al fiscal general de la provincia. El problema no es solo conmigo, sino con Baclini”, detalló. “Este tipo de cuestiones rompe con el ordenamiento vertical que debe mantenerse en un organismo de este calibre”, explicó el subdirector.
Lo que Moloeznik elevó como otro sumario administrativo contra Cotichini, la auditora Vranicich lo tradujo el miércoles en una denuncia penal ante el fiscal Fernández Bussy. La presentación motivó que Vranicich le solicitara al fiscal Arietti (quien reemplaza a Baclini por licencia) la suspensión preventiva de Cotichini hasta que se resuelvan ambas investigaciones. En tanto pudo conocerse que están avanzadas las pericias ordenadas sobre la computadora y el teléfono que usaba la desplazada funcionaria.