Con la imputación de un hombre de 32 años como coautor del doble crimen de Dylan Joaquín Valenti y Brian Ezequiel Molina, dos años después ya suman ocho los acusados en prisión preventiva por el hecho sucedido en un descampado de la zona sudoeste. Este martes fue el turno de Ezequiel Aladino M., sindicado como “sicario” de Jorge Andrés “Chivo” C., a quien le atribuyen haber liderado el grupo que llevó adelante las acciones cometidas para vengar un asesinato ocurrido ese mismo día.
Ezequiel M. se mantuvo prófugo desde mayo del año pasado hasta que días atrás fue detenido en la provincia de Chaco. Y este martes el fiscal de Homicidio Alejandro Ferlazzo lo imputó como coautor de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego calificado por el concurso premeditado de dos personas”, figura a la cual para el caso de Molina se le agrega el agravante de críminis causa, ya que se considera que lo mataron para garantizar la impunidad del otro crimen; además le atribuyó otros delitos como hurto agravado —por el robo de pertenencias de las víctimas— y la portación de un arma de fuego de guerra. En ese marco la jueza de primera instancia Valeria Pedrana le dictó prisión preventiva por el plazo de ley de hasta dos años.
Cacería
Según la investigación de Ferlazzo, el doble crimen fue planeado y concretado para vengar la muerte de Julián Zanier, un joven de 25 años al que le decían “Inválido” por estar en silla de ruedas desde noviembre de 2017, cuando recibió un balazo en la médula. Zanier fue ejecutado de 32 disparos el 30 de septiembre de 2021 por un grupo comando que irrumpió al grito de “policía” en la casa de Nuevo Alberdi donde se refugiaba con su esposa, su hijo de 4 años y su cuñado. Horas después del crimen comenzó la cacería de Valenti, un chico de 18 años que vendía drogas para un grupo rival y a quien sindicaban como entregador del “Inválido”.
Sobre las 20.30 de ese mismo día la banda del Chivo encontró al pibe, que estaba con su amigo Brian Molina, un trabajador de la construcción totalmente ajeno al conflicto. Luego de raptar a los dos amigos los asesinos los trasladaron en dos autos —uno era el de Molina, un Volkswagen Suran gris— y una moto hasta un camino rural en inmediaciones de Uriburu y Las Palmeras, en el límite entre Rosario y Pérez.
En el descampado bajaron a los dos amigos del auto y los fusilaron con pistolas 9 milímetros. A Brian con tres tiros en el pecho, la cabeza y la cara. Y a Dylan con cuatro balazos en el costado derecho del tórax, el maxilar y la frente. En la escena se colectaron nueve vainas servidas calibre 9 milímetros.
Antes de huir dejando ambos cuerpos tendido al costado del Surán junto a un papel escrito con la leyenda “con la mafia no se jode”, los asesinos le sustrajeron a los muertos sus respectivos —y costosos— celulares así como dos aros y un anillo de oro. Un botín que conduciría al fiscal hacia los sospechosos.
El rastreo de los celulares robados a las víctimas tuvo sus frutos en abril de 2022 cuando el hallazgo de uno de esos teléfonos, el Samsung A10 negro de Brian, redundó en elementos para develar la trama del doble crimen. El aparato estaba en manos de Alan S., un hombre cercano a Zanier que dijo haberlo comprado días después del doble crimen y por lo cual fue imputado por encubrimiento agravado y la tenencia de un arma de fuego.
Datos
En el teléfono se hallaron elementos contra una banda comandada por el Chivo Jorge C., un hombre de Santa Lucía primo del Inválido y sindicado como vendedor de drogas al parecer en conflicto con “Leo Rey” Saravia, un narco de Villa Banana detenido en mayo de 2021. El Chivo fue detenido en mayo de 2022 en un departamento que alquilaba en Pellegrini al 700. En el lugar había una pistola 9 milímetros, estatuas y velas de San La Muerte, anotaciones que daban cuenta de negocios con la venta de drogas, más de 300 mil pesos y un teléfono hallado en una olla con indicios de haber sido hervido.
Junto con el Chivo cayeron su pareja Denise Amancay C., apodada “la Colo”, y Sebastián Ezequiel R., considerado un colaborador al igual que Alexis Daniel Z., apresado en otro sitio. En función de esos elementos y declaraciones de testigos, esos fueron los primeros cuatro imputados por el doble crimen.
Sin embargo todavía quedaban sospechosos prófugos. Unos veinte días después fue imputado Armando Alfredo M., de 28 años, que estaba preso en Coronda desde hacía meses por tenencia de armas, una de ellas las usadas en el doble homicidio. En julio de 2023 cayó en Corrientes Hernán Ismael C., también de 28 años e interceptado en un control de Gendarmería sobre la ruta 14 mientras viajaba con el DNI de un hermano a la localidad de La Cruz.
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Ese mismo mes, unos días después, fue el turno de Emiliano Francisco R., de 26 años quien fue visto con los atacantes antes y después del hecho pero aseguró no haber participado. Todos fueron imputados de los mismos delitos, en un encuadre que prevé prisión perpetua de prosperar la idea de que a Molina lo mataron para garantizar la impunidad en el crimen de Valenti.
Plan
La investigación de Ferlazzo expone un “plan criminal” trazado por el grupo del Chivo, que había estado todo el día buscando a Dylan para matarlo en represalia por el crimen de Zanier. Una vez encontrado lo llevaron a un descampado junto con Brian, que se encontraba fortuitamente con él, y mataron a los dos en el marco de un “hecho premeditado que no podría haber ocurrido sin tal planificación”.
En ese marco, todavía estaba prófugo uno de los presuntos participantes: Ezequiel Aladino M., hermano del también imputado Armando M. y detenido el miércoles de la semana pasada en la provincia de Chaco. Sindicado por testigos como miembro del grupo, el hombre de 32 años había sido buscado anteriormente en la ciudad de Paraná en allanamientos que habían resultado negativos.
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Según testigos de identidad de reservada que declararon en el marco del expediente, Ezequiel M. era “uno de los sicarios” del Chivo C. “Igual que Alexis, cuando se lo pedían él iba y tiraba”, dijo uno de ellos que lo había visto con varios de los coimputados tanto antes como después del doble crimen. Otros testigos también refirieron haber visto a los sospechosos juntos aquel 30 de septiembre.
“Manejaban armas, autos, chalecos antibalas, metras, motos... estos pibes decían «vamos a tirar tiros allá», «vamos a pintar casas», «vamos a hacer bajas». Pintar casas era darles una alerta, balear el frente de una casa, y «dar bajas» era ir a matar”, reveló una de las personas que declaró.
“Ezequiel M. es sicario de Chivo. Un mediodía lo vi parado en la calle en una moto, estaba esperando a Alexis. En un momento vino su hermano, Armando, y contó que Alexis y Ezequiel se tenían que ir a hacer una baja a Villa Banana. Por lo que yo supe y me enteré en los diarios hicieron esa baja y mataron a un chico”, contó un testigo respecto del último de los imputados.