El doble crimen de Brian Ezequiel Molina y Dylan Joaquín Valenti, dos jóvenes ejecutados en una zona semirrural en el límite entre Rosario y Pérez, sumó otro imputado este martes en una audiencia realizada por videoconferencia con la cárcel de Coronda. Desde ese penal donde lleva meses preso por tenencia de armas, entre ellas una de las empleadas en ese episodio, Armando Alfredo M. escuchó los cargos del fiscal Alejandro Ferlazzo que le imputó dos homicidios agravados por el uso de arma de fuego “calificado por el concurso premeditado de más de dos personas”, uno de ellos críminis causa. Al igual que otros cuatro imputados —hay otro más por encubrimiento— al hombre de 28 años también le achacaron los delitos de hurto agravado por el robo de los celulares y otras pertenencias de las víctimas y portación ilegítima de arma de fuego de guerra.
Las mismas imputaciones por el doble homicidio ocurrido el 30 de septiembre de 2021 en inmediaciones de Uriburu y Las Palmeras como venganza por el crimen de Julián Zanier ya fueron formuladas el pasado 1º de mayo pasado a Jorge “Chivo” C., su pareja Denise Amancay C., Sebastián “Narigón” R. y Alexis Z.
Previamente, el 7 de abril de este año Alan Emanuel S. había sido imputado de “encubrimiento agravado por resultar de un delito especialmente grave” luego de que se hallara en su poder el celular de una de las víctimas. En este marco, al cierre de esta edición permanecía prófugo otro joven sindicado entre quienes esa noche llevaron a las víctimas al descampado donde las ejecutaron.
Cacería
La madrugada del pasado 30 de septiembre un grupo comando irrumpió en la vivienda de Nuevo Alberdi donde se refugiaba el narco Julián Zanier y lo ejecutaron de 32 balazos. Quince horas más tarde, junto a un auto con las puertas abiertas a la vera de un camino rural, aparecieron los cuerpos de Valenti, de 18 años, y Molina, de 22. Desde el comienzo los investigadores pensaron que ambos hechos podrían estar relacionados y la investigación fue corroborando ciertos indicios que se consolidaron con el hallazgo del celular robado a Molina y declaraciones de testigos, algunos de identidad reservada. Con esos elementos el pasado 28 de abril fueron detenidos el Chivo C., un familiar del Zanier a quien se le atribuye haber motorizado la venganza, y los otros imputados.
Según la acusación formulada por Ferlazzo el pasado 1º de mayo, horas después del crimen del “Inválido” Zanier —apodado así porque se movía en silla de ruedas— sus allegados salieron a cazar a Dylan Valenti. Estaban convencidos de que este pibe de 19 años que vendía drogas para un grupo rival había marcado la casa de Fontana al 3100 donde lo mataron. El fiscal les achacó “planificar la ejecución por venganza en un lugar completamente aislado” y así, cerca de las 20.30 del 30 de septiembre, llevaron a Valenti y Molina a Uriburu y Las Palmeras.
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Las víctimas iban en el auto de Molina, un amigo de Valenti totalmente ajeno a la trama, escoltados por otro auto y una moto. Al llegar los obligaron a bajar del auto y los ejecutaron: Brian recibió un balazo en el pecho y dos en la cabeza, y Dylan dos en el pecho, uno en la cara y el cuarto en la cabeza. Junto a los cuerpos fue hallado un cartel que decía “con la mafia no se jode” con el dibujo de una corona debajo y el Volkswagen Surán gris de Molina. Antes de escapar los homicidas robaron el celular I-Phone de Valenti y el Samsung de Molina, a quien también le sustrajeron dos aros y un anillo de oro, todos elementos que terminarían siendo incriminantes.
Conexiones
Al momento de imputar al Chivo y sus cómplices, Armando Alfredo M. ya estaba detenido por otra razón y no estaba confirmada su conexión con el doble crimen. Sin embargo ya había testigos de identidad reservada que se habían comunicado con la familia de una de las víctimas para decirles que las armas con las que se había cometido el doble crimen habían sido secuestradas en un procedimiento en diciembre pasado, cuando un hombre fue detenido en su casa con una ametralladora, pistolas y una escopeta. Ese hombre era Armando M. y al menos una de las armas secuestradas en el allanamiento a su casa de Maradona al 5400 estuvo entre las utilizadas en el doble homicidio.
Pero además Armando M. estaba entre los sindicados por un testigo, junto con Alexis Z. y el Narigón R., como miembros de la banda del Chivo. “Manejaban armas, autos, chalecos antibalas, metras, motos. Decían «vamos a tirar tiros allá», «vamos a pintar casas», «vamos a hacer bajas». Pintar casas era darles una alerta, tirar tiros era balear el frente de una casa y hacer bajas era ir a matar”, relató el testigo.
“Alexis era sicario de Chivo. A él solo lo mandaban a tirar tiros pero no tenían contacto con la droga que manejaba el Chivo. En cambio, Narigón manejaba la droga y además era sicario. A Armando M. también lo mandaban a disparar pero nunca escuché que él dijera «fui acá a tirar o allá», pero yo sabía que cuando Armando salía con la pistola y se ponía un pasamontaña era porque lo habían mandando a hacer algún trabajo”, reveló el testigo de identidad reservada. Y agregó que la banda se llevaba los celulares de las víctimas.
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Sobre de la noche del doble crimen, “todos tenían un arma de fuego, todas pistolas”, reveló el testigo de identidad reservada, y agregó que todas las armas eran del Chivo. “La metra y la Itaca las fue a buscar Armando a la casa que el Chivo tenía en Santa Lucía. Armando cayó detenido porque lo agarraron tirando tiros afuera de la casa de la mujer. Las armas que le secuestraron yo las vi por fotos en Facebook de una publicación. Cuando las vi me di cuenta que eran las dos armas que tenía Chivo la noche que mataron a Dylan”, agregó el testigo.