La Agencia de Control Policial investiga la muerte en custodia de una persona ocurrida el martes por la noche en un pabellón de la cárcel de Piñero. Una versión preliminar indicó que el desencadenante fue una pelea entre internos a punta de armas blancas que, además de la víctima fatal, dejó a otro recluso herido. El fallecido fue Gustavo Rodolfo "Bocha" Figueroa, de 41 años, quien en 2020 había sido condenado en el marco de la causa por el secuestro extorsivo de un integrante de la comunidad gitana. Su abogado buscará ser querellante y pedirá que se investigue la actuación del Servicio Penitenciario con relación al crimen.
Un asesinato dentro de una cárcel provincial podría ser el hecho que al departamento Rosario le faltaba para ampliar el abanico de modalidades de los homicidios registrados en lo que va del año. A su vez, se trata de un episodio que expone nuevamente la falta de control de las autoridades sobre lo que acontece en el encierro. Además de posibilitar el crecimiento de una industria delictiva, situación a la vista en innumerables causas que exponen el liderazgo de bandas criminales desde distintos penales, hay que contemplar la posibilidad de que las personas que están bajo custodia del Estado puedan ser asesinadas. Un combo que empantana todavía más los caminos posibles para abordar las problemáticas relacionadas con la seguridad pública.
Una versión preliminar para explicar la muerte de Gustavo "Bocha" Figueroa indica que cerca de las 21.30 del martes se dio una pelea en el patio del módulo 11 de la cárcel de Piñero. Allí se encontraban los internos que comparten el pabellón 17, destinado a personas con causas federales. Según esta descripción de los hechos fueron varios reclusos los que participaron de la riña, aunque por el momento se desconocen las causas que la originaron.
Lo cierto es que Gustavo Figueroa resultó herido gravemente, con puñaladas en el pecho, la cara y la cabeza que le provocaron la muerte. Otro interno, identificado como Juan Leguizamón y de 29 años, terminó lastimado también con arma blanca en el abdomen y en un brazo. No está claro si la pelea fue entre ellos dos o si ambos fueron agredidos por otros reclusos. Todo es materia de investigación para la causa que quedó a cargo del fiscal Adrián Spelta, quien ordenó la intervención de la Agencia de Control Policial.
Sospechas
Figueroa había sido condenado el 1º de diciembre de 2020 en la justicia federal a cinco años de prisión por ser partícipe secundario de un secuestro extorsivo agravado porque la víctima era mayor de 70 años y por haber sido cometido entre más de tres personas. Ese hecho ocurrió en septiembre de 2018 cuando Colián Miguel, un hombre de la comunidad gitana que tenía 76 años, fue secuestrado y luego liberado tras la entrega de una suma de dinero millonaria.
Cuando se le concedió la libertad condicional, Figueroa volvió a ser indagado y procesado en la Justicia federal por infracción a la ley de drogas 23.737 en una causa del año 2017, donde según fuentes judiciales se lo involucraba a la banda Los Monos. En ese marco, su abogado fue Leonel Iesari, quien aseguró a La Capital que ahora buscará constituirse en querellante en la investigación por el homicidio de su defendido.
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Para Iesari es dudosa la circunstancia en la que ocurrió el asesinato en Piñero y pondrá a los investigadores al tanto de un posible contexto en el que Figueroa estaba expuesto a la violencia ante sus compañeros de pabellón. En ese sentido, mencionó a La Capital que tiempo atrás su defendido era delegado del pabellón 17 junto a Rodrigo Sebastián Rígoli, un hombre de 36 años también vinculado a Los Monos que en 2020 había sido condenado por narcotráfico.
A principio de año ambos fueron trasladados a la Unidad Penal 1 de Coronda, donde en abril pasado Rígoli fue hallado sin vida. En ese entonces, voceros de la investigación indicaron que la principal hipótesis era la de suicidio, pero que no se descartaban otras líneas. En ese sentido, Iesari pone comillas al momento de hablar de accidente y de igual manera lo considera "totalmente aberrante que una persona que estaba con resguardo físico aparezca ahorcada".
Luego de esa muerte, Figueroa fue trasladado nuevamente a la cárcel de Piñero, donde lo alojaron otra vez en el pabellón 17. En ese marco le había contado a su abogado que "en la Unidad había gente a la que no le interesaba su presencia ahí y le hacían la vida imposible en el pabellón", donde a su vez a fines de septiembre hubo cambio de delegados. Para Iesari su defendido "aparece muerto de manera sospechosa", y en ese sentido buscará constituirse en querellante para ser una parte activa de la causa que investigue ese deceso en custodia. "No sé si habrá connivencia con el Servicio Penitenciario, pero su presencia en ese pabellón no era agradable ni para la Unidad ni para los presos", explicó.
Secuestro y muerte
El secuestro de Colián Miguel fue un hecho tan intenso como atípico en Rosario. El 3 de septiembre de 2018, cerca de las 16, cinco hombres llegaron en dos autos a la concesionaria Merri Automotores, de Arijón y Callao, y a punta de pistolas se llevaron a su propietario. La víctima, también referente de la comunidad gitana, fue liberada luego de estar tres horas retenido en un lugar que no se pudo localizar. Desde allí realizaron llamadas a la agencia de autos y pactaron la entrega de una suma millonaria.
La escena del secuestro fue captada por una cámara de vigilancia de la concesionaria, que captó con buena definición los movimientos de los secuestradores. Con otras evidencias, un mes después del hecho se realizaron 18 allanamientos en el barrio Cabín 9 de Pérez. Allí fueron aprehendidas siete personas, de las cuales tres fueron procesadas por el juez federal Marcelo Bailaque. Entre ellos estaba Gustavo "Bocha" Figueroa.
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Al impacto que el caso tuvo por sí mismo se sumó el asesinato de un joven de 22 años que estaba sospechado de haber participado del secuestro de Miguel. A Cristian Enrique, sobrino de Figueroa, varias personas se lo llevaron de su casa un día después de la detención de su tío y a los 20 días fue hallado muerto en un zanjón de la ruta 14, en inmediaciones de Soldini, con signos de que había sido golpeado.
El crimen de Enrique se ventiló a comienzos de 2022 en el juicio al narco Esteban Alvarado, donde el sicario Mauricio Laferrara fue sindicado coautor del homicidio y recibió la condena a prisión perpetua, que también incluyó su participación en el asesinato del prestamista Lucio Maldonado. Incluso durante el juicio, los investigadores que declararon expusieron las similitudes entre ambos crímenes que como antesala tuvieron al secuestro de las víctimas.