Dos mujeres fueron condenadas en procedimientos abreviados por su participación en la logística de dos homicidios en el marco de una disputa entre bandas a comienzos de 2023. Estaban vinculadas al grupo criminal liderado por el recluso Pablo Nicolás Camino desde una cárcel federal y que estuvo detrás de varios crímenes y atentados, como el ejecutado contra el supermercado de la familia Rocuzzo.
El juez Facundo Becerra aceptó el procedimiento abreviado presentado por el fiscal Luis Schiappa Pietra con el acuerdo de la defensa de las acusadas. Antonela "Gorda" Fernández, de 31 años, y Tais Frettes, de 26 años, fueron condenadas a 9 y 15 años de cárcel respectivamente por participar de los asesinatos de Wilson Silveira y Benjamín Echavarría, mientras que a la segunda de las acusadas también le atribuyeron amenazas y pertenecer a una asociación ilícita.
El crimen de Echavarría ocurrió el 1º de marzo de 2023 y el de Wilson Silveira tres días después. El primero era parte de la misma banda liderada por Camino y se cree que quisieron matarlo porque el joven, de 25 años, pretendía no participar más de la banda. Silveira, en tanto, era dueño de un local de comidas y fue acribillado a tiros cuando iba en su camioneta. Un crimen del cual nunca se conoció su motivación, a pesar del avance de la investigación hasta estas condenas por juicios abreviados.
Crimen a traición
En marzo de 2023, un asesinato ejecutado en Amenábar al 6200 llamó la atención de los investigadores. Tenía las características de un crimen a traición, algo que comenzó a confirmarse con el tiempo. La víctima, que integraba una banda criminal, fue llevada por engaño a un domicilio en el que dejaría un cartel con una amenaza. El mensaje lo dejó, pero los otros miembros del grupo lo mataron a tiros para utilizarlo como una suerte de sobre.
La misiva fue hallada aquel 1º de enero junto al cadáver de Victorio Benjamín Echavarría, que tenía 25 años y planeaba alejarse de la banda que desde una cárcel federal lideraba el recluso Camino. Emanuel Leguizamón, destinatario del mensaje, es un recluso que estaba enemistado con Camino y en ese entonces tenía familiares que vivían en la casa de calle Amenábar donde fue asesinado Echavarría.
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El fiscal Schiappa Pietra acusó a Frettes y Fernández por su participación en el robo del Renault Sandero que usaba Leonel Broin, expareja de Frettes que ya fue condenado como miembro de la banda. En ese auto, un grupo de sicarios (entre ellos Carlos Ruiu, ya imputado) llevó a Echavarría bajo engaño hasta la cuadra en que lo mataron a balazos. Frettes participó en la logística del robo y Fernández asistió al auto desde una moto "brindando apoyo y asegurando que otras personas no frustraran el éxito que llevaría adelante Ruiu, bajo promesa remuneratoria, conduciendo el auto trasladando a tres masculino", según describió la Fiscalía.
La oscura muerte de Wilson Silveira
La acusación de la Fiscalía indicó que, dos días después del homicidio de Echavarría, el mismo auto se utilizó para el asesinato de Wilson Silveira. Ruiu y Fernández entregaron el vehículo a otras dos personas, no identificadas hasta el momento por la Justicia, que cometieron el crimen.
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En la zona de Vera Mujica y pasaje Independencia interceptaron a Wilson Daniel Perdomo Silveira, dueño de un local de comidas, quien iba a bordo de su camioneta y fue acribillado con diez balazos de calibre 9 milímetros. Los autores del crimen se dieron a la fuga y en la zona de Ceres y Vera Mujica intentaron quemar el auto, aunque no lo lograron dado que el fuego no se propagó.
Para la Fiscalía, la acusada Frettes cometió esos delitos como parte de una banda criminal. En ese marco la condena que recibió incluye, aparte del homicidio, haber sido miembro de una asociación ilícita y por robo agravado por haber sido cometido en poblado y en banda en concurso ideal, con robo agravado por el uso de arma de fuego de aptitud para el disparo no acreditada. También le atribuyeron amenazas calificadas por el propósito de obligar a una persona a hacer abandono de su lugar de residencia habitual, agravado por el uso de arma de fuego.
La carrera de Pablo Nicolás Camino
Pablo Nicolás Camino, considerado jefe de la banda a la que pertenecían las condenadas, tiene 31 años y es conocido en las crónicas policiales desde hace casi una década. Primero por matar a tiros a un joven en la zona oeste y luego por emboscar y asesinar en la cárcel de Coronda al preso Ariel “Tubi” Segovia.
En 2021, la Justicia advirtió que Camino se había afirmado desde la cárcel como líder de una banda que había promovido la violencia en Rosario. No bastó para evitar que continuara por esa vía y dos años después volvió a estar al mando de un grupo que se cargó varios homicidios y ataques intimidatorios.
Pero fue durante 2023 que su nombre comenzó a cobrar relevancia cuando, ya con varios años tras las rejas, lo imputaron como jefe de una banda y sospechoso de instigar 5 homicidios y 18 balaceras y extorsiones. Algunas de ellas de mucha trascendencia, con la finalidad de generar conmoción pública y perjudicar los negocios de la barra de Newell’s que manejaba (todavía lo hace) la facción rival. El caso testigo fue la balacera contra el supermercado Único de la familia de Antonela Rocuzzo, ocurrido el 2 de marzo de 2023.