A una semana de ser imputado de dos crímenes y un intento de asesinato, Carlos Saúl G. sumó una nueva imputación. El hombre de 35 años apodado “Carita” fue acusado de ayer por la balacera en la que fue herida una mujer de 60 años cuya familia estuvo envuelta dos años atrás en un sangriento enfrentamiento con gente de Claudio “Morocho” Mansilla, por entonces preso, por el control del narcomenudeo en barrio Santa Lucía. En ese marco la fiscal Marisol Fabbro imputó a Carita como coautor de tentativa de homicidio y el juez Carlos Leiva le dictó prisión preventiva por nueve meses, a tono con lo dispuesto días atrás por su par Román Lanzón que ordenó la medida hasta el 2 de septiembre de 2022.
Cuando Carita fue detenido la madrugada del pasado 5 de diciembre mientras llevaba en una bicicleta medidores de agua cuya posesión no pudo explicar, se supo que tenía un pedido de captura por dos homicidios de noviembre de 2019: el de Matías Enríquez, el día 10 en Cabín 9, y el de Sergio Birri, nueve días después en Santa Lucía. Este último estaba inscripto en una saga de violencia cruzada entre dos familias.
Sin embargo, Fabbro no fue notificada de la detención de Carlos G. que por ello sólo fue imputado por los otros episodios investigados por los fiscales Georgina Pairola y Luis Schiappa Pietra. Una vez notificada de que Carita —tras dos años prófugo— estaba preso la fiscal pidió imputarlo por haber estado entre quienes dispararon contra la casa de Catalina A. en Provincia de Misiones al 2100 la noche del 8 de agosto de 2019.
Por ese hecho ya había dos imputados: Alfredo Eduardo “Edu” Salva Celiz, detenido en febrero de 2020 y recientemente condenado a siete años en un juicio abreviado días atrás, y Maximiliano “Maxi” o “Menor” G., sindicado como mano derecha de Mansilla, que afrontará en un juicio un pedido de pena de 15 años por ese y otros hechos.
Balas y nombres
Cerca de las 21 de aquel 8 de agosto Catalina lavaba ropa cuando escuchó una serie de disparos y fue a cerrar el portón de su casa. Así fue alcanzada por un balazo en la zona abdominal sin orificio de salida que la dejó gravemente herida.
Muchos testigos habían sindicado a Edu, Carita y Maxi como quienes habían pasado un par de veces por la puerta de esa casa en una moto azul y un Peugeot 206 gris. Y la propia víctima reconoció a los tres a bordo del auto cuando esa misma noche volvieron a pasar, esta vez a los tiros.
>>Leer más: Imputaron a un joven por un crimen cometido en medio de una disputa barrial
Catalina sobrevivió al ataque, que al parecer tenía entre sus móviles atacar a uno de sus hijos que había salido de prisión en esos días y con quien los agresores al parecer tenían una bronca que se remontaba a 2014. Pero lo sucedido con posterioridad agregaría otros datos a la investigación del hecho, ya que el contexto iba más allá de alguna vieja rivalidad: al parecer Edu, Carita y Maxi estaban empezando a trabajar con Mansilla quien por entonces quería controlar desde la cárcel la venta de drogas en Santa Lucía. La entrada en acción del Morocho recrudeció la violencia, según se demostraría con al menos tres crímenes posteriores a la balacera que fueron sumando nombres a ese enfrentamiento.
El 5 de agosto de 2019, tres días después de que fuera herida Catalina, hubo un tiroteo contra una casa de Serén al 7700 donde murió una chica de 21 años, Sol Jazmín Delgado. El ataque fue respondido a balazos desde la vivienda donde estaban Carita y Salva Celiz. Por ese ataque estuvo entre los sospechosos Rubén Giménez, un hijo de Catalina.
canchita pujato.jpg
El crimen de Rubén Giménez fue el tercero de la saga.
El 19 de noviembre fue asesinado Birri, en la puerta de su casa de Estudiante Aguilar al 7700, hecho por el cual en abril fue imputado Ezequiel “Pecoso” o “Colo” R. y la semana pasada “Carita” G. Y el 24 de noviembre mataron a Rubén Giménez mientras participaba de un partido de fútbol en una canchita de Pujato al 8000.
Más balas
Con el resto de los implicados ya detenidos e incluso con alguna condena, la caída de Carita sería el broche final a una violenta saga que dejó al menos tres muertos hace dos años. Sin embargo, las calles de Santa Lucía han vuelto a ser escenario de una violencia cotidiana que se cobró tres vidas en los últimos dos meses.
>>Leer más: Santa Lucía: uno de los sicarios filmó la ejecución de Carolina Godoy
Y en las investigaciones vuelven a aparecer algunos nombres mencionados en aquellos casos, con la diferencia de que esta vez algunos de ellos están en la cárcel mientras el Morocho Mansilla sigue siendo el único prófugo de los ocho presos que escaparon de Piñero en junio pasado.