Este viernes por la tarde serán imputadas cinco personas como parte de una organización criminal liderada desde la cárcel de Piñero y con base en el barrio Ludueña. En la semana fueron detenidos algunos de los integrantes del grupo cuya cabeza, según los investigadores, es Andy Fabián Benítez. Se trata de un recluso de 26 años que en septiembre de 2022 fue expulsado de una banda por sus antiguos laderos, luego de que esa gavilla —considerada una subestructura de Los Monos— fuera desarticulada parcialmente. Una investigación que expone, además de los delitos que serán imputados, la facilidad con la que un preso con influencia en la calle puede convertirse en "líder" de una banda.
Una de las explicaciones más habituales del crecimiento sostenido de la violencia ligada a la narcocriminalidad en Rosario es la atomización que se produjo luego de la detención de los grandes líderes de las bandas más reconocidas. Un proceso que decantó en el surgimiento de nuevos grupos más pequeños que comenzaron a funcionar, en su mayoría, por el aval de aquellos líderes detenidos. Conducciones a su vez posibles por la facilidad, a veces inexplicable, con la que estas personas acceden a celulares y comunicaciones para continuar ejerciendo su poder a pesar de estar presos.
Tal vez de esta manera pueda explicarse el surgimiento de tantos "líderes" nuevos que hasta hace un tiempo apenas eran delincuentes desconocidos. El caso de Andy Fabián Benítez puede servir de ejemplo: lo detuvieron en 2019 por una tentativa de robo pero quedó libre, luego lo aprehendieron en 2020 con droga encima y fue condenado en la Justicia Federal a 4 años y 8 meses por narcomenudeo, ahora se lo considera jefe de dos asociaciones ilícitas. La primera la consolidó junto a un entonces compañero de pabellón ligado a Los Monos, Julián Aguirre, alianza con la que construyó una subestructura en el barrio Ludueña que llegó a ser conocida como "la banda de Mauro Gerez". La siguiente, por la cual será imputado este viernes, la armó con nuevos aliados al ser apartado de la anterior.
En ese marco fue que una investigación del fiscal Gastón Ávila condujo a la detención el martes pasado de tres personas en distintos domicilios de los barrios Ludueña y Empalme Graneros. A Brian Manuel C., de 33 años, lo aprehendieron en una casa de Tupac Amaru al 6300 que funciona como punto de venta de drogas, donde incluso había cocaína y documentación útil para la causa.
A Maximiliano Ezequiel V., de 25 años, lo detuvieron en Gorriti al 6100, mientras que un chico de 16 años quedó a disposición de la Justicia de Menores al ser investigado por un intento de homicidio.
Los dos mayores serán imputados este viernes junto a Xiomara Caterina Ayelén R., de 27 años, y Enzo Damián B., de 25, detenidos en junio pasado. Ávila los acusará por extorsiones y amenazas en el marco de la asociación ilícita liderada por Andy Benítez.
Andy
Para reconstruir cómo Benítez se convirtió en "líder" de una banda hay que remontarse a agosto de 2022, cuando la Justicia comenzó a desarticular el grupo que lideraba junto a Aguirre. En la calle los referentes eran Mauro Gerez, Jonatan Almada, Oscar "Nenu" Ramírez y Carlos "Larva" Fernández. Los investigadores habían puesto el foco en esta organización, dedicada al narcomenudeo y a las extorsiones, tras un estallido de la violencia a fines de 2021 en los barrios Ludueña, Empalme Graneros e Industrial.
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Distintas investigaciones por hechos violentos como balaceras, homicidios o extorsiones coincidieron en que de fondo había una disputa con otra organización, la liderada también desde la cárcel por Francisco "Fran" Riquelme. Para fines de 2022 se habían registrado en los tres barrios mencionados 51 homicidios, de los cuales para los investigadores al menos 30 habían tenido alguna vinculación con ese trasfondo.
Cuando en agosto de 2022 el fiscal Pablo Socca imputó a los integrantes del grupo como asociación ilícita sostuvo que el organizador había sido Matías "Pino" César, un hombre ligado a Los Monos y preso con condena de 20 años por las balaceras a los edificios judiciales en 2018. Como parte de una estructura superior a César le habían encargado "copar Ludueña", como sostuvo Socca en aquellas audiencias, para monopolizar el narcomenudeo en ese barrio.
Lo que hizo César, finalmente imputado en marzo pasado como organizador de la banda, fue aliarse con Benítez y Aguirre, por entonces compañeros en el pabellón 8 de la cárcel de Piñero."Fueron seleccionados especialmente para reclutar personas de su confianza en dicha zona que —en libertad— pudieran poner en funcionamiento y llevar adelante todas las actividades ilícitas objeto de esta organización", explicó en su momento Socca.
Pero con la desarticulación parcial de la banda, acentuada desde el asesinato de "Larva" Fernández y la caída en prisión de Gerez y Almada, comenzaron ciertas reconfiguraciones hacia el interior de la organización. Un hecho bisagra pudo ser el ocurrido en septiembre de 2022, cuando César y Gerez golpearon ferozmente a Benítez y provocaron su traslado a otro pabellón.
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Por esos días Benítez, ya apartado por sus antiguos cómplices, mantenía conversaciones por teléfono con Ramírez, todavía en libertad pero con pedido de captura, a quien le insistía con "ser fuertes como éramos antes". "Yo hoy en día estoy con vos nomás hermano, quiero que seas vos porque yo sé que te da para una banda, yo te voy a poner al lado mío", le decía Benítez a "Nenu" según consta en escuchas judicializadas.
Para los investigadores en ese entonces Benítez tenía la intención de construir su propio grupo. En ese marco mencionó los problemas, entre ellos una deuda, que había generado uno de sus laderos, que para los investigadores era Almada. "No tenemos que colgarnos con esa plata hermano. Si no después la tengo que pagar yo", indicaba Benítez a "Nenu", que menos de un mes después fue detenido en barrio Rucci cuando regresaba de ver un partido de Rosario Central en el Gigante de Arroyito.
"El Traidor"
Con ese trasfondo de reconfiguración de un grupo que llegó a "copar Ludueña" y luego se fragmentó, ocurrieron desde fines de 2022 una serie de hechos violentos entre los que se incluyeron homicidios y balaceras. En varios de esos ataques hubo mensajes con Andy Benítez como destinatario.
El 7 de enero fue asesinado Alan Carlini, de 22 años y primo de Jonatan Almada. Junto a su cadáver se halló un papel ensangrentado que decía: "Andy 'El Traidor' Benítez, así les va a pasar a todos los que anden con vos. La mafia no se traiciona". Con el correr de la investigación se supo que Carlini había sido un antiguo tiratiros del grupo en sus tiempos de unidad y que su muerte fue un crimen a traición por el cual Aguirre está acusado como instigador y Kevin Frachia, otro imputado como parte de su banda, señalado como autor material.
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Aguirre, desde la cárcel, se había comunicado con Carlini, que le había manifestado su intención de alejarse del delito. Tal vez con la idea de que el joven se estaba vinculando con su primo Almada y con Benítez, Aguirre lo engañó pidiéndole un último trabajo que consistía en manejar una moto para concretar una balacera en la zona de Solís y Navarro. Cuando llegaron al lugar, con Carlini como conductor, su acompañante le disparó a quemarropa en la nuca. No fue casualidad que en esa cuadra viven los familiares de Benítez, destinatario final del mensaje con el que se firmó el crimen.
Una semana más tarde fue baleada la casa de Almada, lo que se consideró como la continuación del conflicto, que tuvo otro episodio a comienzos de junio. Fue en el marco del asesinato de Maximiliano Leo, de 37 años y baleado en la esquina de Arévalo y Magallanes, a una cuadra del domicilio de Benítez. Junto a su cadáver se halló otro mensaje: "Andy Benítez dejá de tirar en las escuelas y en las iglesias. Vos no tenés cabida en el barrio. La mafia no se traiciona falso choro, dejá de mandar cana quebrado".
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Finalmente, el 23 de julio pasado el nombre de Benítez volvió a retumbar en las calles del barrio Ludueña. Cuando Gonzalo Sebastián Contreras, de 16 años, fue asesinado en un búnker del pasaje Rafaela al 6000, se cayó de maduro que se había tratado de un crimen con trasfondo narco. Pero un vecino fue más allá para darle un marco al crimen del adolescente, acribillado con once balazos: "Era soldado de Gerez y lo mandó a matar una gente del Andy Benítez".
Know how
En otros hechos violentos aparecieron sugerencias de los nuevos vínculos construidos por Benítez desde la prisión. El 29 de julio pasado, tras el ataque a balazos a una estación de servicios de Marco Polo y Ayacucho, además de seis vainas servidas calibre 9 milímetros, los pesquisas juntaron un papel con un mensaje. "Eric Masini rescatate pedazo de sapo. Dejá de hacer matar gente inocente mandando a explotar a esos giles sin bandera del Gordo Leandro Vilches, al puto Nico Pablo Caminos y al Andy Fabián Benítez. Hacen matar a cualquiera para quemar todo nomás ortivas".
Unos meses atrás, luego de una serie de asesinatos de tres adolescentes y un adulto en el barrio La Cerámica, el nombre de Benítez apareció en los comentarios de los vecinos de aquel sector del norte rosarino. En un contexto de temor colectivo aparecieron distintos rumores vinculados a una banda que procuraba atemorizar al barrio para monopolizar la venta de drogas.
En ese marco se supo que Benítez se había acercado a tres reclusos con influencia en La Cerámica con quienes ahora comparte prisión. Entre ellos Franco "Patatán" Duarte, hoy de 29 años y condenado a 18 años de cárcel por un asesinato de 2016 en ese barrio. "Se tuvo que reinventar. El know how ya lo tiene. Era obvio que no se iba a quedar parado", indicó un funcionario judicial consultado sobre los nuevos vínculos de Benítez.