—¿Por qué te dicen Mata?
—Cuando tenía 5 años, un profe de Gimnasia y Esgrima, Carlos Igareta, me empezó a llamar así. Fue durante un partido y me quedó para toda la vida. Mis amigos y mis compañeros me dicen así.
—¿Empezaste a jugar en Gimnasia y Esgrima?
—Sí, a los 4 años. A mi hermano, que es más grande que yo, lo iba a ver jugar a Gimnasia. Su profesor me vio que estaba jugando solo contra la pared y me dijo si quería entrar. Así arranqué. Eran chicos de la categoría 2004. Un año más grandes que yo.
—¿Tu familia es futbolera?
—A toda mi familia le encanta el fútbol. Mi papá jugó toda la vida, no de manera profesional. Hoy lo sigue haciendo. A la cancha iba con mi abuelo. Fue el que me hizo hincha de Newell’s. Era español, llegó de chico a la Argentina, hincha de Málaga, y se hizo de Newell’s. Llevaba a mis dos primos y a mi hermano a la cancha. Y cuando yo tenía 4 años me empezó a llevar también a mí. Era un ritual hermoso todos los fines de semana. Íbamos a la platea y veíamos muy lindos partidos, los del 2013 cuando salimos campeones.
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—Pasaste de ser un hincha que hasta hace poco iba a la tribuna a estar adentro de una cancha, ¿lo podés creer?
—Lo hablo mucho con mi papá. Hasta hace seis meses estaba yendo a la cancha como hincha. Obviamente que tenía las ganas y el sueño de jugar en la primera de Newell’s, desde los 8 años. Pero no me imaginaba llegar a estar adentro, con 40 mil personas que te alientan. Es sorprendente lo que pasó, siendo que hasta hace algunos años veía desde la tribuna a los jugadores que fueron campeones en ese brillante 2013. Ojalá podamos lograr lo mismo alguna vez.
Miraba el Newell's del Tata
—Más allá de la calidad individual de ese equipo del Tata Martino, ¿cuáles jugadores destacás?
—Uh, es difícil. Los que más me atraían eran Maxi (Rodríguez), Scocco, Lucas Bernardi. Me gustaba Pomelo (Mateo), por el tema que yo jugaba en ese puesto. También jugó ahí el Mudo Villalba. Los seguía, los miraba cómo jugaban. Cuando arranqué de chiquito, quise jugar en el medio, entonces veía lo que hacían ellos. Me encantaban. También recuerdo a Heinze, por la actitud que tenía y lo que imponía, más allá de la técnica.
—Justamente Heinze te llevó a primera, cuando el año pasado fuiste al banco contra Central Córdoba de Santiago del Estero.
—Lo venía esperando durante ese año, porque me sentía muy bien, estaba haciendo un buen torneo de reserva y pensaba que podía ayudar. Iba a entrenar seguido con la primera y un día, antes de viajar, tuve la sensación de que algo se venía. Me dijeron que espere la citación, que seguro iba a estar. Cuando llegó me puse muy contento. Fue mi primer viaje en avión. Cuando llego al aeropuerto de Rosario me crucé a varios conocidos. Estaban yendo y viniendo del viaje a Bariloche. Eran chicos de mi misma edad y yo me estaba yendo a Santiago del Estero.
—¿Ya sabías que era imposible viajar a Bariloche o tenías alguna esperanza?
—No podía por el fútbol. Nos pasa a la mayoría de los que jugamos. A esa altura no podés perderte una semana de entrenamiento. Perdés más de lo que ganás. Mi mamá hizo igual el esfuerzo y pagó muchas cuotas del viaje. Yo tenía algo de ilusión y de ganas, porque iban mis amigos, aunque sabía que era muy difícil. Dos meses antes le dije a mi mamá que no siguiera pagando más. Por suerte le devolvieron algo de plata.
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—¿A qué colegio asistías?
—Hice toda la primaria en el colegio Virgen del Rosario. En la secundaria, a Sagrado Corazón. Llegó la pandemia, luego empecé a entrenar a la mañana y entonces en 4º año me pasé a la escuela de Newell’s.
—Nos faltó hablar acerca de cuándo fue que llegaste a Newell’s.
—Tenía 7 años. La mamá de un amigo mío de Gimnasia tenía un hermano que era técnico en Malvinas. Nos vino a ver un par de veces y me dijo si no quería probarme en Newell’s. Siendo hincha yo estaba emocionado. Fui con mi papá y entrené con los que ya lo estaban haciendo. Ese entrenador me dijo que me quede y terminé jugando ese mismo fin de semana. El entrenador es Marcelo Neri. Lo sigo viendo y siempre se lo agradecí.
—Pasaste sin escalas de 7ª de AFA a la reserva.
—En 9ª tuve de técnico a Adrián Taffarel y nos fue muy bien. Peleamos todo el año el torneo y terminamos terceros. En 8ª no jugamos en todo el año por la pandemia. Jugué en 7ª y cuando terminó el año, en las vacaciones, me llama Taffa, que estaba de técnico en reserva, y me dice que quería tenerme para hacer la pretemporada. Que yo era chico pero que no le importaba porque sabía lo que podía dar. Así empecé en reserva, en 2022, con 16 años, y de titular. Siempre se lo agradezco.
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—En tu primera convocatoria a la primera, Taffarel declaró que en el futuro serías “el cinco titular de Newell’s”, y destacó que sos “inteligente y entendés todo del juego”.
—Siempre que habla de mí lo hace bien y le agradezco. Me lo dijo mil veces a la cara. Es un tipo muy sincero. Lo tuve cuatro años y me ha insultado como técnico mil veces. Lo que me decía era necesario porque yo era un chico y tenía mucho para aprender. Siempre estuvo para lo que necesitaba. Le agradezco todo lo que me dio como técnico.
—¿Cómo fue el momento en que debutaste en primera, ingresando en el segundo tiempo frente a Independiente Rivadavia en la Copa de la Liga?
—Fue el sueño cumplido. Antes y después del partido estuve muy nervioso. En el medio del partido no, porque estaba muy concentrado, y para mí lo hice bastante bien. Después del partido, me aparecieron varios recuerdos, el hecho de ver a Newell’s desde afuera junto a mi familia. Una vez que se me cayó la primera lágrima no pude parar de llorar. En el vestuario mis compañeros trataban de que pare. Para mí fue un logro importante. Hasta ahora el más importante de todos.
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La felicidad del primer gol
—¿Tu gol contra Estudiantes fue una alegría que seguís teniendo presente, pese a que después perdieron 4 a 1?
—Sí. Fue un logro más. En ese momento no lo podía creer, ni entender, porque no juego en una posición en la que llegue seguido al área, y tampoco soy de hacer goles. Que me haya tocado en mi primer partido de titular hacer un gol fue emocionante. Fueron 5 segundos en los que estuve en shock. Veía a toda la gente gritando y no lo podía creer. Una lástima que después no se pudo disfrutar. Me fui amargado por la derrota. Pero me quedo con el recuerdo de ese festejo.
—¿Siempre jugaste como volante central?
—Cuando empezás a jugar de chico siempre te preguntan de que querés jugar y decís que de atacante o defensor. Mi papá siempre cuenta que le pareció raro que yo, a los 4 años, le dije al técnico que quería en el medio, dar pases. Desde ese momento fue mi lugar en la cancha. Con el tiempo jugué en otras posiciones, de 2, 6, 8, hasta de enganche. A mí me gusta jugar de 5. Es mi posición.
—¿Un 5 que tiene quite, trata de ocupar los espacios y además distribuye?
—La idea es ser lo más completo posible. Con el tiempo fui aprendiendo que tenía que hacer ambas cosas, marcar y jugar. Trato de defender, recuperar y darle juego al equipo.
—Compartiste la mitad de la cancha con Juan Ignacio Méndez, un volante mixto, y ahora lo hacés con Rodrigo Fernández, un cinco más de quite, ¿cómo se complementan?
—Con Rodri defensivamente cumplimos más o menos la misma función. Tenemos que estar cerca, que no nos filtren, presionar alto. Y ofensivamente, me tengo que soltar un poco más. Cuando la tenemos, en vez de jugar de doble cinco debo hacerlo más de ocho, un poco más adelantado, pidiendo la pelota y llegando más al área que cuando lo hago de cinco.
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Tomás Pérez presiona alto en la salida de Belgrano, en el último partido en el Coloso. Dijo que hicieron un muy buen primer tiempo.
—¿Qué diferencia notás de la reserva a la primera?
—Todos hablan de que físicamente la diferencia es terrible, pero no lo siento tanto. La diferencia la veo más desde el lado de la calidad individual, del control del pase. Hay un montón de buenísimos jugadores. Futbolistas con una larga carrera. En primera, la pelota va más rápido y hay menos tiempo para pensar. Y eso que el fútbol argentino es muy trabado y no se juega. Pero cuando aparece el juego, ves futbolistas que la paran y no se les va de los pies. Es lo que tengo que tratar de lograr a medida que pasan los partidos y adquiero confianza. Tratar de hacer los menos toques posibles, recuperar y pasar rápido.
—¿Quiénes son esos compañeros que te brindan tranquilidad adentro de la cancha, ya sea diciéndote algo o hasta pidiéndote la pelota?
—Los pibes que recién subimos a primera necesitamos un buen grupo, para adaptarnos. Y el grupo que tenemos es muy bueno. Es tan así que cuando entré a la cancha en mi debut y en mi primer partido de titular, todos vinieron antes a darme el apoyo, un abrazo. Me decían: “Tranquilo. Si te equivocás, no pasa nada. Nosotros vamos a estar con vos”. Obviamente que los capitanes y referentes son los que por lo general toman la palabra. Pero nos respaldamos entre todos. Y eso pasa en todos los partidos.
El momento del equipo
—Newell’s no está pasando un buen momento y hay protestas y quejas del hincha. ¿Te llega mucho lo que se dice, te afecta?
—Es un momento duro, más que nada para el jugador que es hincha. Siendo jugador siempre querés que te vaya bien. Y siendo hincha, ese deseo es el doble. Entendemos a la gente que exige, porque Newell’s es un club grande, con una gran historia. Está en cada uno en que no te afecte lo que se dice. En estos últimos partidos se vio otra cara del equipo, contra River y el primer tiempo del otro día. En el entretiempo contra Belgrano, mucha gente nos aplaudió cuando fuimos al vestuario. Fue un primer tiempo bueno, con muchas chances de gol y en el que tuvimos a Belgrano contra su arco. Con eso ya recibimos aplausos y vi que la gente cambió la actitud. Si seguimos así, traeremos buenos resultados y la gente se tranquilizará.
—Una cuestión es el reclamo del hincha desde la tribuna. Otra, las redes sociales, donde aparecen comentarios muy hirientes y maliciosos, ¿tratás de mantenerte un poco al margen de todo eso?
—El que dice cosas en forma anónima capaz que a la cara no te las diría. No suelo entrar a leer publicaciones de Twitter o Instagram. Hay un montón de comentarios buenos, pero con que haya dos que te dicen algo de mala manera, inconscientemente te quedás con eso. Todos tratamos de no entrar. A veces igual te llegan de otros esos comentarios.
—Después de estos dos últimos partidos de Newell’s, ¿considerás que pueden empezar a ganar?
—Sin dudas. Porque estamos haciendo las cosas bien, cambiamos de actitud. Tenemos que empezar a jugar más, aunque entendemos que es difícil en el fútbol actual. Pero estamos en el camino correcto. A veces es cuestión de que la pelota entre. En el partido contra Belgrano generamos un montón de ocasiones y no quiso entrar. Los goles y las victorias ya van a venir. Tenemos que seguir manteniéndonos ordenados, tranquilos y presionando.
—¿Se mantiene la expectativa de clasificar este año a una copa internacional?
—Sí, quedan muchas fechas por jugar y es el objetivo que tenemos. Sabemos que podemos. Espero que se cumpla.
Los datos de Tomás Pérez
Aunque empezó en Gimnasia, todo el vínculo de Tomás Pérez en el fútbol federado es con Newell’s. El suyo es un caso muy particular ya que no tiene partidos en las tres divisiones mayores de inferiores de AFA, porque de la 7ª saltó a reserva.
Su debut en juveniles de AFA fue el 16/3/19 cuando la 9ª le ganó 5 a 0 a San Martín de San Juan con goles de Pablo Altamirano (2), Joaquín Gómez Mattar, Giovani Chiaverano y Patricio García Albarracín.
Mientras que su último cotejo fue el 30/10/21 cuando la 7ª leprosa venció 4 a 0 a Sarmiento en Junín, con tantos de Chiaverano, Gómez Mattar, Jerónimo Russo y Thiago Gigena Ruiz.
En inferiores de AFA disputó 38 partidos: 26 en 9ª en 2019, uno en 8ª en 2020 y 11 en 7ª en 2021. Fue dirigido por Adrián Taffarel en 35 encuentros y por Sergio Stacchiotti los últimos tres.
A principios de 2022 Taffarel lo subió a reserva y nunca más bajó a inferiores. Con 16 años debutó el 10/2/22, cuando Newell’s venció 2 a 0 en Rosario a Defensa con tantos de Román Bravo y, otra vez, Chiaverano.
En estos dos años y medio, sumó una experiencia increíble en reserva, ya que jugó 77 partidos (61 como titular y 16 desde el banco). Tuvo como entrenadores a Taffarel (31 cotejos), Facundo Quiroga (37) y Ricardo Lunari (9). E hizo dos goles y de visitante: a Arsenal 2-0 en la Liga Profesional 2023 y contra Estudiantes 1-2 en la Copa Liga Profesional 2023.
Hasta que llegó el 23/7/24 y Sebastián Méndez lo hizo debutar en primera el 0 a 0 ante Independiente Rivadavia. A los 81’ reemplazó a Angelo Martino. Lleva 6 partidos, dos de titular, ante Estudiantes (L) 1-4, hizo el gol, y Belgrano (L) 0-0.
Datos: Carlos Durhand