La difusión del curso universitario sobre Bioemoción que se dicta en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR -e incluye tópicos como constelaciones familiares, filosofía y espiritualidad, hipnosis Ericksoniana y pensamiento cuántico- despierta en lo que va de 2023 reacciones dispares. Por un lado interés y demanda de usuarios de redes sociales; por otro resquemores entre investigadores y profesionales, no solo de la salud mental, quienes expresaron malestar ante la incorporación de contenidos que afirman no están validados científicamente.
Los primeros días de enero el curso superior de posgrado “Bioemoción: la Nueva Medicina y las cinco leyes biológicas” se anunció través de las cuentas de Facebook e Instagram “Terapias Complementarias Medicina UNR”, correspondientes a la formación sobre terapias orientales integradas (“a la medicina alopática y a la vida diaria”) que se desarrolla en la universidad pública desde 2017. Aunque la UNR está cerrada, usuarios hicieron consultas y recibieron información por mensajes privados y mail.
El médico y docente Pablo Arias, al frente de la Escuela de Graduados de Ciencias Médicas, confirmó que la instancia de formación es oficial y se publicará en el sitio https://fcm.unr.edu.ar/graduados-cursos/ en febrero, cuando retorne la vida académica. De esa manera se podrá acceder a detalles como costo, formas de pago y duración ya que se trata de una actividad arancelada. Recientemente se presentó como propuesta a la Escuela de Graduados, ésta la validó y la giró para su tratamiento al Consejo Directivo, donde obtuvo aprobación a fines de 2022 (previo paso por la Comisión de Enseñanza). La asistencia es semipresencial y virtual, por lo cual puede realizarse desde la casa, consta en el volante visible en redes sociales.
Consultado sobre el perfil de los contenidos allí promocionados (pensamiento cuántico, emociones y neurociencias, constelaciones familiares, hipnosis Ericksoniana, filosofía y espiritualidad, epigenética), Arias admitió que pueden resultar polémicos y los inscribió en “una paleta que se ofrece con diferentes posibilidades en relación a saberes no hegemónicos: desde medicina china, antroposófica y ayurvédica a homeopatía y acupuntura, entre otros”.
“Es un tipo de medicina no tradicional, un paradigma distinto vinculado con teorías holísticas que despierta interés y tiene mucho predicamento. Explora especialmente la interrelación mente-cuerpo en varios sentidos”, se explayó, y enseguida destacó: “En la Facultad no vedamos el acceso a difundir un conocimiento porque no se trate de una disciplina tradicional, porque tenga un enfoque alternativo”.
“Para obtener aval universitario, las propuestas de cursos de posgrado pasan por una doble evaluación (Escuela de Graduados y Consejo Directivo), donde se analiza si tienen proyección en términos de salud, educación, bienestar de la población”, continuó Arias y mencionó que si bien todos los posgrados (lo que incluye también maestrías, especializaciones, doctorados) son pagos, “los que consideramos significativos tratamos de que no sean muy costosos, que tengan un costo simbólico y haya becas. Por ejemplo, enfermedades prevalentes en personas en situación de calle. Nuestro objetivo es que mejore la calidad de vida de la población y apostar a temas relevantes de salud”, concluyó el funcionario.
Una mirada crítica
Marisa Germain, psicóloga y magíster en Salud Pública, además titular de la cátedra Teoría Social en la Facultad de Psicología de la UNR, se mostró “preocupada” frente a cursos académicos donde se desarrollan ejes como biodecodificación, neurociencia, hipnosis o constelaciones familiares y planteó que estos temas deberían discutirse en el seno del Comité de Ética de la Investigación de la universidad, del que oportunamente fue integrante.
“Ese tipo de prácticas no cuenta con reconocimiento formal de las instituciones de la universidad en el campo psi, es decir en el campo de la psicología, de la psiquiatría. Si bien son novedosas, se han difundido socialmente, carecen de respaldo científico”, aseguró. “Se hicieron conocidas, populares, sobre todo a través de las redes, y como hay gente que las demanda las instituciones comienzan a respaldarlas; a mí me preocupa que una de esas instituciones sea la universidad pública”, puntualizó Germain y reseñó que el cuestionamiento a la ciencia y a las instituciones que definen qué es científico se vio y vivió con mayor intensidad durante la pandemia.
“Hay prácticas en relación a las cuales se produce bienestar, por ejemplo hacer ejercicio a diario o confesarse con un cura. La pregunta es si las Facultades deben ocuparse de eso y qué tiene que ver eso con la formación científica en términos de salud mental”, continuó la especialista con mirada crítica y señaló: “El problema de fondo es que se superpuso salud y bienestar, socialmente. En ese corrimiento, estar saludable es estar bien, es sentirse bien, casi ser feliz. Pero el campo de la salud opera sobre la base del conocimiento científico, no sobre la base del criterio práctico A mí me hace bien”, advirtió Germain y para terminar dijo: “La verdad científica tiene que ver con construcción y contraste de hipótesis, hay sistemas de validación. Es muy peligroso y problemático pensar las ciencias de la salud con el criterio del bienestar”.